5. Jugué micro fútbol el lunes y estoy muy molido, es como si me hubieran cagado a palos, me hubieran soltado de un dieciseisavo piso y luego agarrado a pata veinte tipas muy fornidas. Mi consuelo es que no jugaba fútbol, ni nada que se le parezca, desde que Andrés me invitó a Santa fe, y eso fue como hace un año y algo.
4. Cada día me dan menos ganas de salir de juerga. Si no me pintan birra en el parque del poblado o parche tranquilo en algún antro de mala muerte y me salen con que hay fiesta en tal lado o que no sé quién va poner la música en no sé donde, la verdad es que prefiero quedarme en mi casa rascándome la panza mientras veo, por ejemplo, el súper clásico, el partido imperdible, el partidazo del año, lo que demuestra que el fútbol colombiano NO está en crisis, lo que demuestra que los equipos chicos si pueden y que cantar en el estadio “¡Si se puede, si se puede!” se puede porque es que si se puede, LA GRAN FINAL DEL FÚTBOL COLOMBIANO, Cúcuta vs. Tolima. (Por cierto, quedó campeón Cúcuta, un equipo que hace un año estaba en el descenso ¿Pueden creerlo?)
3. – Muchacho, no levante tanto la cabeza.
- Ah, pero señorita es que no quiero quedar con papada en la foto.
- Tan bobo, usted quédese tranquilo muchacho que los gorditos también salen lindos en las fotos.
- No, pero si no es por eso, yo estoy bien así gordito, creo… es sólo que no quiero quedar en la foto como un sapo que está apunto de tirar leche.
- Tranquilo muchacho que si algo le borro la papada en Photoshop.
- Ah, bueno, si es así sí.
Bajo la cabeza, me toma la foto, no quedo con papada, pero sí con un ojo cerrado por el destello del flash, ¿Y quién mierda arregla eso en Photoshop?
2. El dolor de espalda se hace más agudo con el pasar de los años y, a veces, no puedo evitar gruñir y mandarme una mano a la cintura cuando me voy a levantar de algún sitio donde estuve sentado por mucho rato. Sólo me falta salir con una bolsa de maíz pira para las palomas y quedarme dormido con la boca abierta, sin tomarme una sola gota de alcohol, en cualquier banca del parque del poblado.
1. No puedo evitar sentir una leve tristeza, rabia y hasta cierta pereza conmigo mismo por dejar que eso me afecte cuando, sin querer o queriendo, escucho conversaciones propias o ajenas muy profundas y llenas de risas incoherentes de pelaos (pendejos) que no pasan de los 20, es como si sufriera una especie de Déja vu: como si volviera a mis dieciséis, a mis dieciocho o mis diecinueve, cuando alguna vez tuve la esperanza que a este negocio se le podía virar la tortilla, pero que no, que no era así, “que el mundo fue y será una porquería ya lo sé, en el 506 y en el 2000 también”.
*Banda sonora: nothing in this world can - The Kinks
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2 comentarios:
obvio, la vida no hace sino ponerle a uno en frente formas más sofisticadas (si acaso) o por lo menos si más complicadas de aquello que ya se ha vivido, llámese relaciones afectivas y laborales, puntos de vista frente a las cosas, etc... ahi es cuando nos damos cuenta que la dichosa sabiduría no es que un: bah, eso ya la ví y ya se que me fue mal.
ACTUALICEN PEREZOSOS
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