1. - A esta
hora tú sigues danzando en mi cabeza, y eso que no te veo desde hace tres días.
Me gusta recordarte. Con mi voz de fumador me gusta decirte todo esto en voz
alta, aunque en el momento no estés presente. Me gusta estar aquí sentado fumando
en el patio de mi nueva casa fingiendo que tú estás parada en frente de mí, sonriendo,
fumando también; cerrando el mismo ojo que yo cierro cuando tengo sueño. En mi
imaginación me hago interesante para ti, y tú no tienes que esforzarte nada.
2. El sonido
del viento atrapado en estas cuatro paredes del patio es magia, retumba en mis
oídos formando así una máquina del tiempo que sólo va hacía el pasado. Estoy un
poco melancólico. Si fuera por mí sólo
me iría tres días atrás, cuando estuve contigo, pero a pesar mío ese sonido del
viento me transportó a mi adolescencia hijueputa, donde no te conocía, y ya sé
que de igual modo andabas por ahí, siendo también una adolescente insoportable,
como yo.
3. En la
adolescencia, en la casa de una sola pieza de un amigo llamado Carvajal que la
compartía con su mamá y su hermana:
- Me choca mucho bañarme después de mi mamá y mi hermana, siempre me toca quitarle sus pelos púbicos al jabón, me da una cosa, gas. Yo compro mi propio jabón, pero ellas igual me lo quitan. – dijo Carvajal.
- Me choca mucho bañarme después de mi mamá y mi hermana, siempre me toca quitarle sus pelos púbicos al jabón, me da una cosa, gas. Yo compro mi propio jabón, pero ellas igual me lo quitan. – dijo Carvajal.
- A mi no me
chocarían los de tu hermana, está muy buena.- dijo otro amigo.
- Bobo
hijueputa, cuando llegue ella se lo digo.
Y se lo
dijo.
4. En la
adolescencia, recuerdo que le dije a una chica que me gustaba mucho, ella me
dijo que yo era un bobo y al mes ella terminó embarazada de un miliciano, al
que mataron, y luego supe, creció su hijo y también lo mataron...
5. - A esta hora tú sigues danzando en mi cabeza,
y eso que no te veo desde hace tres días. Me gusta estar aquí sentado fumando en
el patio de mi nueva casa fingiendo que tú estás parada en frente de mí, sonriendo,
fumando también; cerrando el mismo ojo que yo cierro cuando tengo sueño. En mi
imaginación me hago interesante para ti, y tú no tienes que esforzarte nada.
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