5. Estamos en una reunión familiar. Mi hermana es rubia de pelo largo y pesado, tiene ojos azules, un rostro angelical y viste un una falda blanca que le llega más debajo de las rodillas. Mi papá es esbelto, moreno y tiene un pantalón de pana y una camisa blanca abierta por el pecho. También hay otras tres personas que por la escasa luz que hay en la casa es difícil distinguirles el rostro, pero que por alguna razón sospecho que una de ellas es mi mamá. Yo estoy sentado en uno de los laterales de la mesa del comedor a la derecha de mi hermana y al frente de nosotros están sentadas las otras dos personas que más parecen una sombra de la luz de las velas. Mi papá ocupa una de las esquinas y mi supuesta mamá está al frente, en la otra esquina. Todo parece indicar que es una escena de los Monroe, pero sin el indio piel roja con gorro de Daniel Boone que les daba concejos. De un momento a otro todo cambia de perspectiva. Una torva de Payasos Zombis armados con machetes irrumpe en la casa. A mi hermana le desfiguran el rostro, a mi supuesta mamá la decapitan y a mi papá lo convierten en payaso zombi. Yo por el contrario ofrezco jaleo y me armo de un candelabro, retrocedo un par de pasos y en el momento que un payaso me embosca por detrás con sus filosos dientes me despierto.
4. Afuera los zombis se tomaron la calle. Adentro mi familia y yo estamos apoltronados en la sala de la casa de mi abuela, en el barrio Belencito. Estamos a la espera que vengan a por nosotros, según las noticias somos casi los únicos sobrevivientes. De repente tocan la puerta y entre nosotros nos lanzamos miradas cómplices, nos armamos de palos y rifles, y en rebaño caminamos hasta la puerta.
-¿Quién es?- Pregunto.
-Soy yo, vengo a salvarlos- responde una voz que se nos hace conocida.
Nos miramos los unos a los otros con una interrogación, nos rascamos la cabeza, miramos a mi abuela y esta, muy segura, nos da la orden para que abramos la puerta. Pero como yo soy precavido vuelvo a preguntar ¿Y quien es el que nos viene a salvar?
- Soy Robocop.
- ¿Robocop? – preguntamos todos a la par.
- Sí, Robocop.
Sin más precauciones abro la puerta y sin ninguna sorpresa por nuestra parte vemos a Robocop parado ante la puerta; su armadura esta magullada y tiene mutilado el brazo derecho, con su otro brazo sostiene su pistola. Detrás de Robocop, en la calle, hay una avioneta blanca y más allá, en el fondo, vienen los zombis.
-Suban a la avioneta y escapen, rápido. – Dice Robocop mientras empieza a caminar hacia los zombis, les apunta con su pistola y les dispara en la cabeza.- yo ya viví lo suficiente.
- Pero Robocop, ninguno de nosotros sabemos manejar una avioneta- le dice uno de mis tíos. Pero Robocop ya no puede contestar, los zombis se están dando un festín con su cerebro.
3. Me despierto en mitad de la noche con el cuerpo tembloroso y bañado en sudor. Tras unos segundos preguntándome ¿Donde estoy? reparo que tengo suero inyectado en uno de los brazos, que estoy en bata de dormir y que todavía estoy en Buenos Aires, en la habitación de un hospital. Me pregunto si lo que viví en Bs As luego de que saliera del hospital fue realidad, si lo de que volví a Colombia fue cierto, si lo de que estoy sano de las ulceras es un hecho, y no lo puedo creer. Cierro los ojos con fuerza, me muerdo los labios y me sigo negando a creer que todo fue un sueño. Intento volverme a dormir y luego de un rato dando vueltas en la cama lo logro…. Escucho voces, pero estás voces no son argentinas, son colombianas, son paisas, o sea, estoy en Medellín. Trato de abrir los ojos, intento abrir los ojos, me obligo a abrir los ojos, pero soy incapaz. Mis parpados me pesan. Tampoco puedo mover ninguna extremidad y mi boca sólo engendra ahogados sonidos que suenan como “gap, gap”. Oigo claramente a una de las voces decir “Pobrecito este muchacho, lleva veinte años en coma desde que se cayó de aquella bicicleta y aún no le crece la barba.”…
2. El chavo del 8, con un porro en los dedos, una chaqueta de los Héroes del silencio colgada sobre uno de los hombros y con acento venezolano, discute con una mujer ecuatoriana sobre cual acento, el venezolano y el ecuatoriano, es neutro. Como yo no quiero escuchar tan absurda discusión me decido entre pegarle puño al chavo del 8 y hacerle tragar su acento veneco o irme a tomar una cerveza. Sin mucho cavilar elijo la cerveza.
1. Voy caminando por una calle del barrio el Poblado al lado de una mujer terriblemente despampanante, muy parecida a Deisy la de los Dukes de Hazzard –la de la serie de TV, no Jessica Simpson que es una rubia sin gracia- cuando pienso “Paren el carro, estoy soñando, puedo hacer lo que quiera”, y sin más prólogo, en mitad de la calle, le empiezo a meter manito a la Deisy. La desvisto, “le hago el amort”, me aburro de ella, la dejo ahí tirada –desnuda-, y rápidamente voy en busca de más incautas que se parezcan a Linda Carter – cuando era la mujer maravilla-, Asia Argento, Jennifer Connelly, Marisa Tomei y en fin, nenas que satisfagan todos mis ensueños. Luego, en medio de un trio con una Cristina Ricci en Buffalo 66 y una Thora Birch en Ghost World, suena el reloj despertador.
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1 comentario:
heather thomas... la de profesion peligro y zapped... esa nena era demasiado bien, ademas que no le tuvo problema a pelar
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