TOP 5 Este cielo de estrellas

5. De día, en una oficina, por teléfono, le dan una buena noticia a una chica:

- Ya nació, acabó de nacer.

La chica salta de la alegría y levanta un brazo en señal de victoria.

- ¡Urra! ¡Soy tía!

Media hora después, por teléfono, le dan una mala noticia a la misma chica:

- Uno de los pajaritos tuyos, *****, se perdió, no lo encontramos.
- Nooo ¿en serio? Nooo, qué tristeee. Nooo ¿cómo así? ese pajarito lleva conmigo como 5 años. Nooo.

La chica cuelga el teléfono, su gesto es entre triste y alegre. Ley de Murphy: Unas por otras ¿no?

4. De noche, en un centro comercial:

Una mujer y un hombre están sentados en unas sillas de aluminio, en el medio de la mujer y el hombre hay una mesa del mismo material de las sillas y sobre la mesa hay dos granizados de brownie. La mujer, con una cucharita pequeña, come de su granizado. El hombre, con su cucharita a medio alzar, mira cómo come la mujer, y sonríe. La mujer se da cuenta de la mirada y de la sonrisa del hombre y lo mira. Los dos se quedan mirando fijamente.

El hombre piensa: “De fondo sonido ambiente y la cámara en travelling hacia atrás se empieza alejar. Fundido a negro.”

3. De noche, una mujer y un hombre caminan por una calle vacía, esporádicamente pasan carros:

– A diferencia de las mujeres, ustedes los hombres son muy explícitos. Cuando hablan siempre recrean la situación, ya sea con gestos, con las manos o agregando sonidos: “El otro día iba manejando * Raaannggg* y se me atravesó alguien y *iiiippp* tram, y trim…”
- Claro, si las mujeres hablaran y actuaran así como nosotros, los hombres no pensaríamos que el 100 % de ustedes están locas. Hablan y se portan como si uno tuviera que andar resolviendo acertijos.
- Jajajaja, qué mentira. No, es que los hombres no nos entienden y por eso creen que estamos locas.
- Por eso, si fueran más explicitas... otro gallo cantaría.
- No todo puede estar a pedir de boca. Por eso hay tantos gays últimamente. Son facilistas.
- ¿Facilistas? como sufren los pobres, por algo siempre uno de ellos termina muerto. Siempre uno de los dos termina apuñalando al otro.
- Jajajajaja, pues claro, se ganan hemorroides por evitarse complicaciones femeninas.
- Ya, qué explicita.

Caminan en silencio por varios segundos.

2. De noche, en un mirador en completa oscuridad, un carro se parquea, del carro se bajan una mujer y un hombre, caminan hasta la punta del mirador:

- Disque mirador, no se ve nada.- Dice ella.
- Ajá, todos esos árboles tapan a Medellín.- Dice él.
- ¿Qué vendría a ser esto entonces? – Pregunta ella.
- Un mirador de árboles.- Responde él.
- Y encima no se ven los arboles con toda esta oscuridad, se ven las siluetas.
- Mejor así, que no haya luz… Podemos mirar hacia el cielo y ver las estrellas.
- No, está haciendo mucho frío, mejor volvamos al carro.
- Bueno.

La mujer y el hombre se suben en el carro, cierran las puertas con seguro (no vayan a llevarse el susto de que alguien de repente abra una de las puertas, nunca se sabe), prenden la calefacción y al cabo de unos segundos de silencio entre ellos dos, mirando hacia el frente (hacia el no mirador), oyendo la música que proviene de los demás carros que hay en el lugar, las ventanillas se empiezan a empañar. La mujer con uno de sus dedos escribe su nombre en uno de los vidrios empañados. El hombre con uno de sus dedos escribe en uno de los vidrios empañados los antiguos, populares y muy macheteados: “René y Guita”, “Me 105 cito” y “El profesor Jirafales es un marica. Atte.: El Chavo del 8”.

Se miran.

Sonríen.

La mujer escribe con su dedo, debajo de dónde escribió su nombre, el apodo del hombre.

Se miran.

Sonríen.

Alguien, desde afuera del carro, toca tres veces una de las ventanillas; es un policía.

- Me van desalojando por favor, aquí no puede estar nadie a esta hora.

Pensamiento al aire: “¿Y luego no se suponía que un mirador es un sitio público, qué uno se puede quedar en él hasta dónde a uno le de la regalada gana?”

- Sí señor agente, ya nos vamos.

El carro arranca.

1. 7:00 am, en una habitación, un hombre está dormido en su cama. Varias veces repica el teléfono ubicado en una mesita de noche al lado de la cama. El hombre se despierta sobresaltado, al parecer tenía una pesadilla, se da cuenta del repicar del teléfono y contesta.

- ¿Sí?
- ¿Es la casa de Alberto Correa?
- No, está equivocado.
- Perdón.
- Ok.
- Pero ya que me equivoqué, de casualidad ¿usted no está interesado en un seguro de vida?
- ¿Ah?
- Sí, es que estamos llamando de Seguros… - Diez minutos habla el tipo al otro lado de la línea del teléfono.
- No, no estoy interesado.
- Bueno, muchas gracias por su atención.
- De nada.

El hombre cuelga el teléfono, mira la hora en su teléfono celular, reniega el porqué diantres a la gente le da por llamar tan temprano, el si de una póliza de seguro cubre muerte por tipos que llaman a las 7:00 am a ofrecerte un seguro de vida, y de nuevo intenta dormir…… Pero a pesar de dar mil vueltas en la cama, a pesar de contar mil ovejas, a pesar de imaginarse al objeto de su deseo al lado suyo abrazándolo, no se puede dormir. Piensa: “Jueputa, ¿y por qué no tengo un seguro de vida?, jueputa ¿ya estoy en la edad de pensar en tener un seguro de vida?, esto antes nunca se me hubiera ocurrido.”.

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