1. PANTALLA EN NEGRO. Empieza a sonar una guitarra acústica, suave, lenta, con un ritmo que te dan ganas de bailar, tanana tanana tanana. El sonido aumenta TANANA TANANA TANANA.
2. FUNDIDO A IMAGEN. Veo la triste realidad, son las 4:40 am de un sábado, el reloj despertador y la alarma de mi celular suenan a toda castaña, y precisamente no es que emitan el sonido de una guitarra que te invita a bailar. Apago el reloj y el celular.
3. FUNDIDO A NEGRO. Duermo otros cinco minutos, minutos que de cinco en cinco van sumando cuarenta.
4. FUNDIDO A IMAGEN. Entro a laborar a las 6:30 am. Voy retrasado, tomo un taxi. El taxista me deja fumar dentro del auto, pero como nada es a pedir de boca, resulta que el tipo es un fanático de no sé qué religión y quiere que me arrepienta de mis pecados porque o si no me pudriré vivo en no sé dónde. Le digo que ya me estoy pudriendo en donde sí sé, igual mucho caso no me hace y sigue con su parloteo; hay gente así, qué se le va a hacer.
1. CORTE A. Con cámara en mano y al lado de mucha humanidad, pobre, del medio y rica, incluyendo a mi compañero periodista, estoy en el cerro de Moravia - antiguo y mal cuidado basurero de la ciudad de Medellín-. Mi misión es grabar cómo “trasladan” para otro barrio, en la puta mierda, a algunas familias súper pobres que viven, desde hace años, en el cerro. Lamento no haber traído mi cámara fotográfica, las imágenes que aquí se ven es imposible que no salgan bonitas en fotos o video. También lamento haberme puesto mis tennis nuevos, el pantano que se pisa es de un grosor que hasta puedes nadar en él; exagero. Sol, solecito, quiéreme un poquito. No me mates con tus hijos de puta malditos rayos a esta hora del día ¿no es muy temprano para que estés en tu rol de amo y señor del sufrimiento de los que prefieren el frío al calor? “Quiéreme porque me esfumo”, te lo ruego. Eso sí, sol, tu eres causante, también, de que las imágenes que estoy grabando me queden más bonitas, la luz que estás dando es perfecta, ni hablar que en los ranchos de este cerro entras con solemnidad, dando luz donde yo la quiero. Estoy seguro, sol, de que eres partidario de esa famosa frase “Lo que es bello duele”.
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