1. Media noche. Calles apenas vacías. Ruido de música proveniente de cantinas. Una brisa ligera, constante, ayuda a que el contenido alcohólico de una botella de brandy haga el doble de su laboro. Magia. Cinco adolescentes (hombres) están sentados en el borde de una acera, borrachos.
- ¿Entonssces quéeeee… (hipo)…entons?
- ¿Qué dee qu…?
- Todaví. Tá tempranoo. ¿Otra? (hipo)
- Otra.
2. Altas horas la noche. Calles vacías. Silencio. Una brisa fuerte, duradera, anuncia un enérgico aguacero. Una botella vacía de vino barato cae rodando por el pavimento. Hechizo. Tres adolescentes están acostados en una acera, llevados del carajo.
- Qu güevassss eto do mane porq se fueron, si o no.
- Hey, esssstásss hablaaandoo… comoo costeeeñooo
- No
-Si
3. De madrugada. Calles apenas poblándose por gente a la que le gusta madrugar. Ruido de buses. Mucho frío. Deleite. Tres adolescentes están en una de las esquinas de la cuadra, uno de ellos está dormido, babeando y acostado sobre un vomito.
- Parce, tengo mero dolor de cabeza. No debimos combinar brandy con Luminoso.
- Yo todavía estoy borracho…, hey … ¿te confieso algo?
- Marica, apenas da para que nos tomemos unas cervezas.
- Te estás quejando que no debimos mezclar brandy con luminoso y querés tomar cerveza.
- Licor con licor, así se quita el guayabo.
- Mmm, pues sí, vamos a por cerveza pues, me da igual… ¿Qué hacemos con éste man que está más llevado que un verraco?
- Despertémoslo.
4. Casi llega el medio día. Calles transitadas por carros particulares, buses y mucha gente. Mucho ruido de todo. Un varonil sol predomina en el cielo. Botellas de cerveza van y vienen en una de las cantinas. Depresión. Cuatro adolescentes están sentados alrededor de una mesa de la cantina, uno de ellos está completamente sobrio, otro se ve a media pila casi durmiéndose y casi cayéndosele una cerveza de la mano, los otros dos están como una cuba dormitando contra el espaldar de sus respectivas sillas.
- Parce, ustedes son muy ociosos, cómo es qué siguieron y siguen bebiendo después de esa botella de brandy de anoche. Yo apenas si pude llegar a la puerta de mi casa. Mi mamá me abrió y me pegó un regaño.
- Paaarceee ¿T confisooo algo?
- Home, llevas diciendo eso desde anoche y nada qué confesas algo.
- Esss (hipo)… es quee ustedeee son muy… (hipo) chismoo…… (se duerme)
- Ah, marica, ya también te dormiste, trió de borrachos.
5. Pasan tres días. Cae la tarde. Llega la noche. Sortilegio. Cinco adolescentes están sentados en el atrio de una iglesia, miran a la gente pasar –sobre todo a las mujeres-. Dos chicas se les acercan.
- Jairo, usted ahorita me prometió que me iba a dar plata, y entonces es para que me la dé antes que se la gaste en trago.
- Qué va, yo no te prometí nada, abrase.
- Le voy a decir a mi mamá que usted no cumple sus promesas.
- Dígale, ya mi mamá sabe que yo soy legal.
Las dos chicas se van, pero no antes de que la hermanita de Jairo le ofrezca una sonrisa, le guiñe un ojo y le diga a uno de los adolescentes amigo de Jairo:
- Me contaron de su confesión, pero sepa que yo tengo novio, y que es muy bravo.
- ¡¿Qué?! ¡¿Yo qué confesé?!
El adolescente se golpea la frente con una de sus manos.
- Marica, Jairo ¿Cómo le contaste a tu hermanita qué me gusta?
- ¿Yo? Ni siquiera sabía, vos hace tres días estabas con lo de confesar algo, pero nunca dijiste nada.
- ¿En serio?
- En serio.
- ¿Entonces quién contó?
- A ninguno de nosotros nos dijiste nada.
El adolescente se queda con la mirada fija en el horizonte y con su mente trata de deshacer sus pasos.
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