1. En la casa de nuestro protagonista
- Mierda. Me quemé las pestañas, no lo puedo creer.
- ¿Y por qué no lo puedes creer? Eso pasa mucho cuando fumas, Freddy.
- Pues no. Sólo le pasa a los que son descuidados. Siempre me aseguro de no utilizar un encendedor defectuoso al encenderme un cigarrillo. Sentido común.
- Ok, ¿entonces por qué te acabas de quemar las pestañas?
- Quise encenderme un cigarrillo con la estufa de gas.
- ¿Eso no es más peligroso que utilizar un encendedor defectuoso?
- Ahora lo sé, en las películas se ve tan fácil.
- Para de mirarte en el espejo, eso no te va a devolver las pestañas.
2. Más tarde
- Dime una excusa para decir que no puedes ir tantas horas a laborar. Necesito una urgente; mis compañeros de trabajo, todos, tienen una excusa: que estudian una maestría, que no sé qué cosa y la otra. Yo no tengo nada, mi tiempo en el que puedo hacer cualquier cosa abunda más que el arroz; quiero un empate.
- Hmmm, Freddy ¿qué te digo?… religión. Esa es la respuesta: no puedes ir a laborar este día y el otro porque tu religión no te lo permite.
- Por ejemplo estaría bien decir: ¿Jesucristo entraría en cólera y se bajaría de la cruz si yo trabajara el lunes y el viernes?
- No, nada que tenga que ver con Jesús. Tiene que ser una religión bien extraña.
- Hmmm ¿una religión alienígena? creo que tres extraterrestres nos gobiernan.
- ¿Y por qué tres extraterrestres, no pueden ser menos o más?
3. En la misma casa
- ¿Freddy? ¿Freddy? ¿Te quedaste dormido? Bien, ¿sabes que llevas tres días en mi casa, y qué tienes que ir a trabajar? No sé por qué le hablo a un dormido. Cuando te despiertes, ya sabes dónde buscarme.
4. En un bar
– Barman, dadme un Cuba libre.
- Está bien cliente más distinguido, te sirvo lo que quieras.
- ¿Sabías que ese nombre, Cuba libre, se debe a los gringos?
- Sí, siempre cuenta esa historia.
- Bueno, es que hoy no tengo nada para contar.
- Hummm, ¿en qué paró lo de su ex novia, Sara?
- Que arruiné su matrimonio.
- Eso también lo sé, ella vino hasta aquí a pegarle cachetadas, pero ¿y qué más?
- ¿Me pegó cachetadas? ¿Me dolieron?
- No sé, dígame usted.
- No tengo idea, tengo que esperar a que Freddy se despierte, él siempre lo sabe todo.
- Él se fue con ella esa noche, bien lo tiene que saber.
- ¿Él se fue con ella esa noche?
5. En el mismo bar
-Odio mi trabajo.
- Lo sé.
- Tengo una teoría sobre eso.
- Antes de que me la digas, Freddy. Cuéntame por qué te fuiste con Sara esa noche en la que ella vino a pegarme cachetadas.
- ¿Quién te contó?
- El barman.
- Bien, no te puedo decir mentiras: me la follé, y cuando me vine, ella gritó: abundancia, abundancia, esto equivale al arroz que nos tiraron en la iglesia a mi ex esposo y a mí.
- No te creo.
- Está bien, es mentira.
- ¿Te la follaste? ¿En serio?
- No, idiota. Tenía un problema de bichos en su casa, y la ayudé.
- ¿Problema de bichos?
- En sentido figurado.
- Ya, ¿qué bichos?
- El ex esposo, resultó ser todo un problema.
- La vida es toda divertida, quién lo creyera ¿no?
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2 comentarios:
1. La vida del fumador es quemarse las pestañas
2. Pues te toca inventar algo como excusa, lo pensaré y ayudaré en algo y con el asunto de la abundancia, jejejeje de bichos, casi nada que hacer. Saludos. BP
1. no si sos descuidado, je.
2. Casi nada qué hacer
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