“Oye, nena yo soy un artista, oye, nena yo soy un artista, oye, nena yo soy un artista, oye, nena yo soy un artista…” Oye, nena yo soy un artista- Siniestro Total.
Entro en el salón, no sé por qué me siento como si estuviera entrando en un degolladero siendo yo la próxima res en ser sacrificada. Recuerdo los hechos del por qué termine aquí en frente de un tablero blanco, con un marcador en las manos, mirando pupitres vacios que en próximos minutos serán ocupados por gente que no conozco. Intento diluir esos recuerdos y trato de concentrarme en lo primero que voy a decir apenas esos pupitres se ocupen, algo que preparé con antelación y qué practique delante de varios amigos en la sala de mi casa: “Me llamo Byron Vélez, este es mi correo electrónico y soy su profesor…”. Siempre me dio miedo a hablar en público, nunca fui muy seguro de mi mismo, no es gratis que siempre gaguee y me enrede con las palabras, que por decir “Felicidad” diga “sírvanme otro ron”, que si hablando de vida amorosa se trata no es que yo sea el primero en colocarse los pantalones cortos, las botas pantaneras, el cuchillo carnicero en la boca y decir “nena, vamos a nadar en el rio Amazonas, lucharemos contra pirañas, mataremos delfines rosados… solo nunca te sueltes de mi.”, bueno, mentiras, tal vez sí sea el primero en decirlo, pero decirlo sin nena a la vista. Cuando presenté mi trabajo de grado, donde supuestamente tenía que hablar y sustentar mi laburo delante de mucha gente recurrí al viejo truco de poner a hablar a mis amigos, un buen acierto. Pero ahora estoy solo, ningún amigo en la periferia, temblando, maldiciendo, rogando de que por lo menos entre los asistentes a la clase haya una mujer bonita a la que le eche toda la culpa de toda causa de desconcentración. Sólo yo dependo de mí. Depender de uno mismo es algo que llegado un punto determinado es agotador, algo que en el momento odias con fervor, algo que en el futuro se transformara en charla de orgullo “y yo hice todo solo, yo, yo, yo, óiganlo bien”… ¿pero qué carajos importa el futuro?, no estaría en este momento dale que le doy a cigarrillos encendidos uno detrás de otro sabiendo que tal vez mañana contraiga un cáncer terminal ¿o sí?
Miro la hora en mi teléfono celular, ya faltan cinco minutos para estrenarme oficialmente en la vida de un docente mal pagado. ¿Por qué estoy aquí? De vuelta a Colombia, todavía con el sabor del Fernet y la cerveza Quilmes en la boca, todavía con el olor a excremento de perro de las calles de Buenos Aires en la nariz, todavía con el “che, vamó a escabiar” en los oídos, me esperaba un presente “incierto”. Me esperaba algo que para mí ya era conocido cuando me gradué de Artes plásticas en la Universidad Nacional, que era conocido antes de irme a “estudiar” a Argentina: desempleo, horas de completo ocio en la casa viendo TV, leyendo libros, chatear por el MSN, viendo pornografía, horas de mirar para el techo y contar cuantas capas de pintura tiene el susodicho, noches de beber ron, birra, aguardiente, whisky hasta el mareo y el desmayo con los parceros o solo. Mañanas, tardes, noches de encender un cigarrillo tras otros, de escuchar una y otra vez hasta la saciedad las bandas que me molaban en ese momento, de extrañar y odiar a la que hizo origami con mi corazón y mi razonamiento que ya de por sí son más fláccidos que el papel… ¿no se me ocurrió mandar hojas de vida a todas partes? No.
- ¿Te le animás a ser profesor? Estoy buscando quién me reemplace en una clase, ya no me da el tiempo para dar clase en tres universidades. – Me dijo mi amigo Luis después de llevar meses sin yo hacer nada desde que volví de Argentina.
- No home, eso no es para mí, no me imagino de profesor.
- Dale home, te iría bien.
- Home que no. Me acuerdo de algunos profesores tan malos que me dieron clase en la Universidad y… no, yo sería un profesor de esos.
- ¿Y por qué?
- No sé… al alumno que me caiga mal lo rajo de una, al que me venga hablar de más también lo rajo… no sería objetivo pero para nada. Les metería manito a las alumnas bonitas a cambio de ponerles una buena nota, y siempre los pondría a ver películas en todas las clases… mentiras, que caspa los profesores que hacen eso, es que me acuerdo en especial de dos profesores que me dieron clase que meras basuras.
- Deja de ser bobo home, dale, anímate.
- En serio, no creo que me vaya bien siendo profesor.
Y terminé por aceptar, y aquí estoy tratando de repasar mentalmente toda la retahíla que practiqué frente a mis amigos, la que cuando me equivocaba de nuevo la empezaba y a ellos pues les resbalaba (estaban bebiendo cerveza), la retahíla que he de dar durante las próximas tres horas (siempre odié a esos profesores que en la primera clase solo te preguntan el nombre, qué expectativas tienes con la clase y te despachan para la casa, como si uno no tuviera algo mejor en qué perder el tiempo.). Y ya empiezan a llegar los primeros alumnos. Se comienzan a ocupar los pupitres, hasta este lapso nada de mujeres a la vista, ya Luis me había dicho que en esta clase son pocas las que se matriculan y que si lo hacen son más feas que a tu mamá le pegues, la escupas y la lleves arrastrada agarrándola del pelo a ver un concierto de The Police, que ella ni sabe quiénes son esos, y menos mal que así es ¿qué tal tu mamá fanática de The Police? Te pegas un tiro. Sin embargo las esperanzas de que por la puerta del salón entre una mujer bonita no se desvanecen, después de todo esta universidad es famosa por tener en sus filas modelos, presentadoras de TV, reinas de belleza, niñas adineradas que si bien pueden no resultar atractivas tienen con qué parecerlo.
Pero… se llena el salón y ni rastros femeninos.
- Hola profe.- El primer “Hola profe” de mi vida y provino de un tipo con gorrita sentado en los pupitres de adelante.
- Hola…- ¿Alumno? ¿Vos de gorrita? ¿Qué le digo?- Hola.
- Profe ¿nos va a dar clase de qué?- El segundo “profe” de mi vida y provino del mismo tipo con gorrita que al parecer no sabe dónde carajos está parado ¿cómo así qué clase de qué, en que te matriculaste, si no sabes, qué diantres estás haciendo aquí?
- De narrativa.- Digo y empiezo a escribir en el tablero el nombre de la clase, según me han dicho mi letra a mano es parecida a la del hermanito de alguien, como si recién estuviera aprendiendo a escribir, y tal vez tengan razón, miro lo escrito en el tablero y no entiendo una mierda. Busco un borrador. No hay un borrador en ninguna parte. No me dijeron que tenía que traer mi propio borrador. De hecho, no me dijeron que hasta tenía que traer mi propio DVD porque los que hay en la universidad sirven para tres cosas: 1. Discusiones inverosímiles con los encargados de prestarte los equipos, 2. Sacarte el mal genio porque no leen ningún DVD que no sea original, 3. Ganas de agarrarlos a patadas y arrojarlos por un barranco. Borro con la mano y de nuevo escribo otro jeroglífico. Renuncio a un tercer fracaso a escribir en el tablero, cojo aire, y a lo que vine.
- ¿Qué esperan aprender de esta clase?- ¿Qué es esa pregunta? Debí empezar presentándome, ya empecé mal.
Por si fuera poco mi charla de “tres horas” se fue en veinte minutos. ¿Y ahora qué hago?
- Eh, eh, eh… ¿alguno de ustedes se ve Lost?... ¿no? ¡¿No se ven Lost?!... bueno, entonces nos vemos el próximo miércoles.
Un año después, después de casi conocer los clichés del estudiantado – los de gorrita no sirven para taco de escopeta, los de rastas hablan mucho y nada de nada (meros paquetes), los que se sientan adelante no son precisamente los mejores estudiantes, los mejores y con más talento son los que hablan poco, los que dan “aportes inteligentes” sirven para tres cosas: 1. Rajar de ellos, 2. Odiarlos, 3. Seguir odiándolos. Y puedo seguir, pero bah, son más divertidos los clichés de los que estudian artes: La lesbiana enojada, la mamá que quiere ser culta después de vieja, el tipo que se ha cambiado de carrera múltiples veces, el que le lambe al profesor diciéndole “pero que buen artista que sos”, la que odia a el mundo y hace “arte” con su menstruación, el que da “aportes inteligentes” (uff, están en todas las carreras), etc. – y saber que la docencia no es lo mío, que soy un mal profesor, a la mierda, esto no me lo aguanto más, renuncio.
El nuevo videoclip que les hice a mi banda amada Neoplatonics, espero les
guste.
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El nuevo videoclip que les hice a mi banda amada Neoplatonics, espero les
guste.
Hace 4 días.
16 comentarios:
saludos maese Veléz...
Te falta el cliché de chico gay, que siempre pinta gays, escribe guiones sobre gays, hace fotografías sobre gays, etc...
Hey, Hey, saludos, que post más divertido.
el post está chevere... pero qué hubo del top5?
anónimo: saludos
spaceboy: jaja, claro, ese es muy común
diego: este es el punto 5 de un top 5, mira el punto cuarto http://topfaiv.blogspot.com/2008/06/top-5-situaciones-de-esas-que-la-mierda.html
y el tres: http://topfaiv.blogspot.com/2008/05/top-5-situaciones-de-esas-que-la-mierda_28.html
y el dos: http://topfaiv.blogspot.com/2008/05/top-5-situaciones-de-esas-que-la-mierda.html
y el 1: http://topfaiv.blogspot.com/2008/04/top-5-situaciones-de-esas-que-la-mierda.html
Ah! Ya lo recuerdo, yo también lidié con eso pero con unos cursos secundaria, pobres muchachos inquietos porque mientras yo estudiaba artes (y qué putas hacía yo enseñándoles eso! ¿...?) les dictaba una clase de Lengua Castellana sin vulgaridades y cosas raras, ya que era un colegio pentecostal (y uno ateo). Después de eso cualquier cosa puedo hacer en la vida. Ay! Colegios religiosos...
PD: Le quedó bueno el post
ah no, jaja, secundaria es peor
umm yo me pregunto porque tantos graduados de artes andamos de profesores...no era pues que eramos "ARTISTAS"? nos estafaron parce!!! artistas mi culo! hahahhaa (more evil laugh!!! HAHAHA)
ps. mi culo en realidad es un artista consumado hehehe
jaaaaaa!!! me gustaria ver una clase contigo
ms. martin: ole sí, y lo gracioso es que uno sale con el título de "docente en Artes"
tatiana: jaaa!! ya no se pudo, jeje, renuncié... aunque no sé, ese sueldito (que era poco) a veces me desembalaba... no sé, quizás hasta lo piense otra vez
chau
parce, yo toy en dilema: normalmente doy dos tipos de clases... unos a unos pelados de secundaria a los ke les importa un pito lo ke uno les está explicando y otro donde hay gente ke sabe muchicicímo más ke yo y me corchan cada 10 minutos.
mera mera: pailander, yo siendo vos renuncio a cómo sí lo hice, je.
No papito: hay que comer.
ole sí, no pensé en eso tan importante, jeje
a mi me dicen profe por primera vez y agarro a golpes a ese gonorrea, ja.
que va, vos sos profe
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