1. Te encuentras con una buena canción que no conocías y entonces te quedas lelo mirando hacia la nada. Sin saber sonríes de manera estúpida.
2. Te das cuenta que después de oír la misma canción, una y otra vez, te encendiste un cigarrillo y que este agoniza en tus dedos. Sin saber le sonríes de manera estúpida al agonizante cigarrillo. Hallas muy genial el hecho de que, al parecer, el humo se mueve al ritmo de la canción.
3. Sigue sonando la canción. Sin poder parar sigues sonriendo de manera estúpida. Luego esa sonrisa, por culpa de un acorde que es como una puñalada directa al corazón, ya no es sonrisa; es más bien lo contrario. Igual sigues pareciendo estúpido/a.
4. Quieres dormir, pero el insomnio infligido parece ser un socio eterno. De esos que por más que trates mal ahí está, impávido, mirándote fijamente de manera estúpida. Empiezas a creer que en realidad el insomnio es un ser de carne y hueso, y entonces le hablas… y bueno, la enajenación acompañada de una buena canción, sonando hasta el cansancio, no está del todo mal.
5. Hace mucho frío. Quisieras a esa persona que extrañas tanto a tu lado. De un momento a otro notas que tus labios se mueven, que siguen el ritmo de la canción; que es de amor y que suena y suena y suena. Piensas que este sería un buen momento para dedicarle esa canción a ese ser, pero igual no te sabes la canción… sabes que con solo tararearla, tal vez… Con ese ser estás hablando por el MSN, está tan cerca de ti, pero a la vez está tan lejos…
Deja la canción para mañana. Duerme
martes, mayo 05, 2009
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3 comentarios:
Saludos. Ahora tenéis una seguidora más. Me habéis seducido con un par de párrafos. Enhorabuena
Ahh... que bonito, eso se siente bien! Saludos
Estefanía: enhorabuena, por aquí bienvenida.
Nell:sisas.
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