5. Que no valés a la hora de hacer cosas porque siempre te rebajas ante otro ser que tiene poder ante ti (murmurando: es mi jefe de alguna cosa…).
4. Que eres tan cambiante: vas de lo más alto a lo más bajo y viceversa. Eres tan bipolar, maldito, y no vas donde el sicólogo a que te receten algo.
3. Que estás intacto en lo más, más, más, más adentro de ti, pero no haces nada por valerte: tan inútil eres, tan hijueputa eres.
2. Ves cómo cambia tu personalidad por una cámara de seguridad y luego te das golpes contra la pared: la sangre salpica contra la cara de los otros, pero por error sólo cae en su ropa. Para justificar dicho hecho no tienes palabras, y la ropa se lava. La cámara de seguridad, por error, borra todo.
1. De ti se aburren... y te salen con el típico cliché de: “ya no te quiero hacer más daño, démonos un tiempo…”.
Orgullo, sé que estás cansado, eres tan bobo, me caes tan mal.
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