1. Porque todo era nuevo y te sorprendía, y te hacía llorar o brincar de la felicidad.
2. Porque todo era nuevo y te sorprendía al extremo, y te emocionabas tanto que llorabas y brincabas.
3. Porque no te lo esperabas, o si te lo esperabas igual lo recibías con emoción, y hasta llorabas y brincabas.
4. Porque cualquier torpeza por parte tuya era: “es un niño, ya aprenderá.”
5. Ahora todo se repite y dices: “Eso ya lo viví”
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