A Byron, que a veces
nos emborrachamos.
1. Escuchar conversaciones ajenas.
2.“Es un asunto muy hiperbólico” Decía
mientras sostenía en la mano una cerveza, el metalero más culto del parque del
periodista.
3.– Vamos por una empanada, yo
invito.– Cruzamos la calle y llegamos al local de empanas.– Deme dos empanadas
de carne por favor.
4.– Los filósofos y las empanadas...
me quedo con las empanadas
– Sí ome, hastía más un filósofo de vereda que mil empanadas.
“Todo era tan poético, los árboles, la luz que se colaba por
entre las ramas y el verde...” Al lado de las empanadas hay un teatro, y yo
mirando el ají como un mar de colores, y el tipo de la boina con la boca
brillante de la grasa se comía una empanada.
– Invítame a cerveza.
– Vamos.
5.– Dos cervezas.
– Y una cajetilla de royal.
– Y una cajetilla de royal. Vos pagás los cigarros.
– Hágale.
6. Voy a decir algo muy brillante,
pero se me escapa la lengua y me caigo en un contador sin tapa.
– ¡Jeputa!
– ¿Qué?
– ¡Que vida hijueputa!
– Poeta de mierda.
– Qué va, ayúdame a parar más bien... y dame un cigarro.
– Sos un poeta.
– Y vos un fotógrafo. Dame candela.
Por: Jaime.
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