5. Jorge Iván (La momia) heredó el apodo de su papá “La momia”. Don Agustín (La momia) era uno de los pocos chóferes de bus buena gente, manejaba un bus de la ruta Circular Sur. A Jorge Iván (La momia) le encantaba sacarle la piedra.
- Momia, tonces qué ¿nos vas a llevar a Monterrey?
- Que no me digas momia gran güevón ¿no ves que soy tu papá? ¿Y a Monterrey a hacer qué?
- Don Agustín, es que nos mandaron a hacer una tarea.
- ¡¿A Monterrey?!
- Sí momia, a Monterrey.
- ¡Que no me digas momia! ¡Teresa, mira a éste muchachito diciéndome momia!
- ¡Jorge Iván, no llame a su papá momia!
- ¡Mamá pero es qué a él le dicen La momia!
- ¡Pero sólo le dicen así los chóferes de bus! ¡Respete a su papá!
- Bueno mamá, no le sigo diciendo momia a La momia. ¿Momia, tonces qué, si nos vas a llevar a Monterrey?
- ¡Un día de estos te voy a dar una pela Jorge Iván si me seguís diciendo así! Pero ¿Quién manda a hacer una tarea a Monterrey? Definitivamente ustedes si no están aprendiendo es nada en esa escuela… ¡verdad, ustedes ni siquiera estudian juntos! ¿Quién les puso una tarea en Monterrey?
- Momia, no te hagas el rogado, llévanos a Monterrey.
- Hágale don Agustín, llévenos a Monterrey.
- ¡Que no me sigas diciendo momia! ¡Te voy a castigar culicagado!
Y Don Agustín en su bus nos llevaba a Monterrey. ¿Qué hacíamos en Monterrey? Gastarnos la plata en maquinitas.
4. - ¡Jorge Iván!- gritaba doña Teresa desde la ventana de su casa – ¡Jorge Iván ¿Dónde estás que no te veo?! ¡Jorge Iván! ¡Jorge Iván, ya te serví el algo!
- Momia, te está llamando tu mamá para que te tomés el algo.
- Mi mamá si es cansona. ¡Ya voy mamá! ¡Ya voy!
- ¡Jorge Iván, párame bolas!
- ¡¿Cómo te voy a parar las bolas mamá?! ¡Esas no se paran!
Los gritos de doña Teresa y las respuestas de Jorge Iván se escuchaban por todo Belencito y era menester de todos los días cuando Jorge Iván no estaba en su casa.
3. Jorge, el tío de la momia, tenía una cámara de video Betamax. La primera cámara que toqué, la primera cámara de la que me enamoré, era gris con negro, grande ajustable al hombro, pesada y con visor – lo nombro así para que me entienda- a blanco y negro como tiene que ser una buena cámara, para no estropearse el ojo. Camaritas con visor de color que me las envuelvan, guardadas se quedan – mentiras, me ha tocado laborar con de esas-. Con esa cámara Betamax grabábamos cuanta carajada se nos ocurría, que un video loco de esos donde alguien se tropieza y se rompe hasta el alma, que un video voyeur grabando a las niñas al escondido, que un video borracho sin punto fijo: nada se enfoca y nada se ve porque que hijueputa pa´ moverse ese lente, zoom pa´quí, zoom pa´llá – algo similar a lo que hacen los camarógrafos del canal U y de muchos otros canales que parece que se bebieran un litro de aguardiente para laborar-. Que un video clip, nos grabamos bailando el hip hop casposo de Vanilla Ice “Ice ice Baby, Ice ice Baby”. Jorge el tío siempre tenía lo último en fierritos así que también tenía una cámara VHS, pero esa cámara no la tocábamos, nunca salió del armario ¿quién iba a creer que el VHS perduraría más que el Betamax?
2. A La momia siempre le daban gusto, lo que fuera que él pidiera se lo daban. En su casa tenía Veracruz TV Cable y Perubolica. El tenía el Atari 2600, el Family, el Nintendo, el Sega. Tenía un Mazinger Z del tamaño de una pierna de adulto. Tenía un Hulk blanco que rugía si uno le tocaba un botón en la espalda. Sus disfraces del 31 de octubre eran los mejores. Y puedo seguir contando lo que tenía La momia pero es que me vuelve a dar envidia y que pereza, eso fue en la niñez que pasó y que se quedó clavada en mi cabeza. Por más que intentó sacarme del discernimiento esa espada de plástico roja que siempre anda simulando ser la Espada del Augurio nada, me quedo sin fuerzas. Niñez desgraciada, me duele aquí y aquí cuando te recuerdo, y siempre te recuerdo con lagrimas y muchas sonrisas ¿quién quiere ser niño de nuevo? Yo ni por el putas ¿usted?
Adrián y la momia eran uña y mugre, para arriba y para abajo juntos. Se nos escondían a David y a mí. ¡Y tenían sus secuaces que era lo peor!
- Hola doña Teresa ¿aquí está Adrián?
- No, él no ha venido hoy.
- ¿Y está Jorge Iván?
- Él está en el colegio.
¡Vil mentira! Por la ventana cerrada con una cortina pero que igual se podía ver para adentro veíamos a La momia y a Adrián jugando Nintendo.
- Adrián ¿Dónde estuviste?
- Estaba con Paula y Mónica.
- ¡Mentiroso! A Paula y a Mónica las vimos jugando el puente de Avillón en el convento de la madre Laura. Deja de decir mentiras, vos estabas con La momia jugando Nintendo.
- ¡Yo no soy mentiroso!
- ¡Qué sí!
Y se armaba la furrusca.
1. La momia era el niño genio del barrio, siempre estaba maquinando algún invento. Hacia que su mamá, su papá, su tío le compraran revistas donde sólo había números – pura física cuántica-, donde te decían como armar una bomba nuclear.
- Momia ¿qué haces leyendo eso? Más bien vamos a jugar, juguemos Castelvania o mejor aún, juguemos Contra.
- Naa, esta revista está muy entretenida. Además ya me pasé esos dos juegos, son del Family, ya sabes que tengo Nintendo. Por cierto, ya me pasé Zelda, si querés jugala que yo te voy dando las pistas mientras sigo leyendo.
- Home no, Zelda no me gusta. Más bien me voy para donde tu tío Jorge para que me preste la cámara.
- Hágale.
La momia muy animado le dedicaba horas y horas y días y días a sus inventos. Con un paraguas y mucho papel aluminio y no sé qué se inventó una antena parabólica que sólo cogía tres canales, dos peruanos y uno gringo. Con una pila se inventó una cajita de música. Con una caja, cuatro llantas de plástico, un alambre y no sé qué se inventó un carro a control remoto. Con una cartulina, una tapa de gaseosa y no sé qué se fabricó un cohete. Con esto y con esto se inventó una maquina que electrocutaba – el muy cabrón me electrocutó una vez, casi lo cagó a golpes sino es porque él, a pesar de que se movía en cámara lenta y era flaquito casi en los huesos, tenía más fuerza que yo-… La momia parecía Macgyver, pero con gafas redondas a lo John Lennon. Hasta que La momia probó la marihuana, el perico, conoció a otra gente que no era del barrio y fue, no es que se entregó a la perdición ni nada de eso, pero si cambio mucho, era otra momia, una momia menos animada, una momia más sombría. Luego La momia, doña Teresa, el difunto don Agustín y el Tío Jorge se pasaron a vivir a otro barrio. Sé que La momia ahora vive por los lados de Envigado, que trabaja para EPM, que está casado y que tiene una hija. Momia, gratos recuerdos guardo de vos.
* Para los de otros países que sé que no saben qué es “El algo” la explicación está en el titulo del TOP.
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2 comentarios:
Que cuquera de parcerito. Siempre quise tener uno así. Mis parceritas vivían con piquiña en la cuca, que peye.
jejeje, de esas piquiñas que no dejan descansar.
Bacano tu visita, tiempo sin verte por aquí.
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