5. ESCLAVO: Patrón, ya caminamos mucho ¿hasta donde más vamos a caminar?
PATRÓN: Hasta donde los pies nos den.
ESCLAVO: Patrón, usted ya no puede más, vea que tiene la lengua afuera y además lo estoy cargando en mi espalda. Y no sé por qué siento un bulto muy duro de parte de usted que me roza.
PATRÓN: ¡Cállese Cirilo! Siga caminando.
ESCLAVO: Pero esta loma está muy brava patrón.
PATRÓN: ¡Que se calle!
Metros más allá el ESCLAVO se desmaya.
PATRÓN: Cirilo, buena elección, aquí es donde quiero construir mi pueblo.
ESCLAVO (Recuperando el aire): ¿Aquí patrón, en éste rastrojo?
PATRÓN: Cállese Cirilo, espere, voy a sacar esta moneda, la voy a tirar al aire y donde caiga construyo una casa.
El PATRÓN tira la moneda.
PATRÓN: Cirilo, levántese ya y me construye una casa donde cayó esa moneda ¡rápido!, yo tengo mucha sed y me voy a tomar unos aguardienticos.
Cinco casas después construidas a la hijueputa por el ESCLAVO que no sabe nada de albañilería ni de arquitectura, el patrón mira el cielo y suspira.
PATRÓN: Cirilo, ya sé como voy a llamar a mi pueblo
ESCLAVO: ¿Cómo patrón?
PATRÓN: ¡Eufrasio!
ESCLAVO: Pero patrón, así se llama usted.
PATRÓN: Cállese Cirilo, fue lo mejor que se me ocurrió.
ESCLAVO: Mmm, patrón estamos en la cordillera de los Andes…
PATRÓN: Buen nombre: ¡Andes! Mi pueblo se va a llamar Andes.
ESCLAVO: No me dejó terminar patrón.
PATRÓN: ¡Cállese Cirilo! Déjeme disfrutar del momento.
4. En el carro que nos llevó a Andes sólo se escuchaba la voz del mimo: bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, etc.. El mimo contó varias de sus aventuras mimescas, entre ellas cuando apareció por primera vez en televisión y lo hipócrita que es ese mundillo de estrellitas idolatradas por nuestro pueblo. Hablando de cómo lo contratan tanto los traquetos como los paracos, el mimo tocó el tema de que los colombianos ya no nos sorprendemos con nada (si de violencia se trata, porque mencione usted que Juanes dejó a la esposa y de inmediato pegamos el grito en el cielo), todos le dimos la razón. Luego contó algo que me dejó pensando, el mimo contó como a lo largo de sus treinta y tantos años de carrera la gente lo sigue estafando con la plata.
- El mes pasado me llamaron para una presentación y ¿saben qué me dijeron? Me dijeron: “Mimo, pero es gratis, es una buena oportunidad para que la gente lo conozca” hijueputa qué me dijeron, dizque para que me conozcan. Llevo treinta años dándome a conocer, la chimba, yo ya no necesito que me conozcan, necesito que me paguen. Y dado que yo para decir “No” soy malo, contraté un manager y subí mi tarifa, que se las arreglen con él, yo hago lo mío.
También soy malo diciendo “No”, si yo pudiera contratar un manager que cobre por mí lo haría, pero no tengo treinta años de experiencia laboral ni soy conocido, mientras tanto seguro me seguirán estafando.
3. Uno de los que pintan las chivas nos contó mucho de su historia, sobre todo la historia de su papá, una historia digna de una novela. De lo que más recuerdo:
- Papá era alcohólico y sólo se preocupaba por tener plata para comprar aguardiente, entonces a mi hermano y a mi nos tocaba inventarnos la comida. Hacíamos que en el matadero nos regalaran sangre de res, la cocinábamos en una sartén, le echábamos sal, y nos la comíamos. La sangre revuelta con huevos sabe muy rico.
Cosas que uno aprende.
- Papá le había prometido los zapatos de los quinces a mi hermana, pero tres días antes de los quinces él se fue a beber con sus amigos. Tres días que no supimos donde estaba, y cuando llegó a la casa ya la fiesta de los quince se estaba terminando, a mi hermana le estaban tomando fotos. Ella tenía puesto el vestido de los quince y tenía puestos unos tenis Grulla. Los Grulla en ese tiempo eran tenis de ricos, pero esos tenis ella los tenía desde que empezó a estudiar, los tenia todos rotos. Papá vio que le estaban tomando fotos a mi hermana y se volvió a ir. Como una hora después papá volvió con unos zapatos, se los dio a mi hermana e hizo que volvieran a tomar las fotos. Ese día papá dejó de beber, nunca más se volvió a tomar un trago, y también dejó de fumar.
Ya quisiera yo tener esa voluntad.
2. Los videos de música popular son muy graciosos. En todos ellos siempre hay una finca muy grande, una grilla (un gato) con sus tetas de silicona a rebosar, un caballo y el cantante con ropa de vaquero tomando whisky, todos son mal iluminados y el montaje parece publicidad al programa en que lo editaron. Esos videos fueron lo que hicieron emputar al mimo y le mentó la madre a más de uno. Un mimo bravo es muy bravo, quién lo creyera.
1. Dont Worry Be Happy
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2 comentarios:
Byron! que bueno que hayas sido vos él testigo de ésto y qué te tocó compartirlo con nosotros.
Alto top!
Gabi, cuando vengas en Enero también vas a ser testigo de estas cosas.
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