5. Tambaleando entro en el ascensor. Con la cabeza gacha toco cualquier botón sin molestarme en saber si atiné o no en el número de mi piso. La rutina ya me tiene acostumbrado a que siempre acierto; así son las rutinas, mucho de lo mismo y tu sucumbiendo de a poquito, a paso lento como las tortugas, de pa`un lado como los cangrejos, de aquí pa`llá como las gallinas, durmiendo como la liebre esa de la fábula; ya eso de creer que la cosa era distinta es para otros. Las puertas se cierran. Con un crujido violento, fiel muestra de que estoy montado en un armatoste muy viejo, el ascensor arranca. Al pasar por cada piso el ascensor tiene un ligero tembleque, casi, casi, casi dando la impresión de que de un momento a otro se va a despeñar pisos abajo, explotando como en las películas; BOOOOOM, aquí no hay un duro de matar o un Indiana Jones, lo que hay es un pobre guiñapo; un pobre guiñapo cayendo en cámara lenta: A a a a a a a a a h !. Pero ese ascensor es como circo pobre, amenaza y amenaza y sigue amenazando que esta vez sí es su última función y nada, mucha alharaca y no hay empanadas. Es obvio que no lo van a dejar morir – bien caro tendrían que pagar indemnizaciones y esas cosas de las que no sé- , un ascensor nuevo está a la espera.
4. Se abren las puertas. Salgo del ascensor dando tumbos. Sin querer me llevo enredada en mi pierna una de la canecas de la basura que colocan a lado y lado del ascensor. RACKKKKK. No fui yo el que despertó a casi todo el edificio, fue otro, eso es lo que me digo para luego no andar con culpa. Saco las llaves de uno de los bolsillos de mi blue jean, la cerradura se me hace esquiva. La muy hija de su madre me hace amagues a lo Geovanny Hernández: mira para un ladito y patea para otro ladito. Pero por fin, después de varios minutos mientras los vecinos miran y los perros ladran desde algún lugar contiguo, abro la puerta. Entro en mi casa. Dulce casa. Ya no dan ganas de estar mucho tiempo en otro lugar, eso era antes. Antes podía amanecer días seguidos en otro lado, ahora simplemente no hay cuerpo y alma que lo resista. Simplemente eso allá afuera ya no es para mí. No Country For Old Men, uff, que buena película.
3. Por alguna razón no me puedo dormir. Doy vueltas en la cama. Enciendo el televisor. Nada para ver. Apago el televisor. Me levanto de la cama. Salgo de mi habitación. Camino hasta el balcón. Me enciendo un cigarrillo y me bebo un café que segundos antes preparé en la cocina. Contemplo a Medellín. Medellín ahora está llena de edificios, lo que antes no; el edificio más alto que existía era el Edificio Coltejer. Levanto una mano y me dan ganas de gritar: “¡En mis tiempos no era así!”. Pero no tengo público, y si lo tengo son dos borrachos que cruzan en zigzag toda la calle Pichincha, que quizás me griten: “¡Cállese bobo hijueputa!”. Sin querer recuerdo una de las escenas de uno de los libros que me mas me ha marcado, El Coleccionista de Juguetes de James Gunn. La escena: el suicidio de Gary Bauer:
“- No- susurró Nancy.
“No” es la palabra perfecta ante una muerte injustificada. Puede ser una negación, como diciendo: No, no es cierto. Gritaré y sacudiré la cabeza, y pasará. Puede ser una condena de una situación, como: No, esto es un error. Gary jamás hubiera hecho algo así. Y puede ser una condena universal, como: No, no hay nada bueno, no hay nada justo, no hay nada hermoso en este mundo.”
Contemplo el espectáculo de luces que es Medellín de noche y discrepo ante la última frase, pienso que si hay cosas hermosas en el mundo, pero esas cosas hermosas son peligrosas. No te puedes embelecar mucho con ellas, hay que mantenerlas a distancia, no vaya a ser que tengas que atravesar toda la tierra media al lado de tres tipos más bajitos que tu y con los pies peludos llamados Frodo, Sam y Gollum camino a Mordor. Caminar todo ese viaje debe cansar de manera descabellada; O sino preguntémosle al personaje de Tommy Lee Jones en No Country For Old Men: “tuve dos sueños con mi papá”.
2. Me estoy fumando un cigarrillo, que quizás me maté de cáncer algún día. Estoy parado en el balcón contemplando la hermosura de una de las ciudades que en algún tiempo era de las más peligrosas en el mundo, y al parecer lo sigue siendo, y lo será por los tiempos de los tiempos – eso dicen-. Mi gata Astrid, como cualquier gato ocioso, se ha subido a la balaustrada del balcón y da la sensación de que de un momento a otro se va a lanzar de cabezas hacia el abismo. ¿Paradoja?
Me dan ganas de escuchar música. Me acuesto en el sofá. Agarro el control remoto y en el equipo de sonido coloco, en random, el álbum Looks Like a Russian de Sodastream. La primera canción en sonar: Wedding Day:
“there's blood on the toilet seat and heaven is coming down to hold me there's spit on the bathroom floor and i guess i should remove these clothes now and try to sleep…”
1. Acostado en el sofá pienso: “¿qué pasó con los Oscar? ¿Ya nominan y ganan películas que no son del típico personaje que se equivoca al principio, que sufre en el medio, que aprende una gran lección de vida, se supera, se redime ante todos, y todo es bonito al final?, ¿Ya no ganan actores que utilizan un magnifico maquillaje que los hace ver feos, espeluznantes, digamos una Nicole Kidman en Las Horas, o una Charlie Theron en Monster?, algo pasa con la academia”. En No Country For Old Men uno de los tantos personajes que me gustó - sacando el de Tommy Lee Jones que fue el que más gustó, y sacando al de Javier Barden que fue el personaje de todos (que a mí me gustó también, Barden es un capo)-, me gustó porque brilla por su ausencia y además, genialmente por los Cohen, solo aparece en el final, el personaje se llama: Loretta. Acostado en el sofá, con un cigarrillo en los dedos, mi gata Astrid lambiéndome el brazo derecho, con ganas de dormir, pero sin ganas todavía, el nombre de Loretta me hizo sonreír y acordar de alguien con el que ya no hablo y que lo molestábamos en la universidad con frases inventadas rimadas; a ver si me acuerdo – ayudado por mi amigo Luis conectado al MSN-:
“Loretta, la darketa que moja pantaleta al tocarle la bragueta a su novio en bicicleta mientras fuma la bareta que estaba en la maleta después de comerse la paleta de marca Cremoleta, que siempre lleva en su motoneta de marca Lambreta mientras sacude su chaqueta y cierra la pipeta que es mucha boleta y en el bajo mundo le dicen: mera papeleta. Y lo apunta todo en su libreta mientras cuadra su regleta y eleva su cometa con una cadeneta y se acuerda que se vio Vendetta, pero no, es ¡Vegueta!. Y empieza a bolear cruceta contra la buseta que levantó la bicicleta de su novio. El boleta, el día que tiraron la papeleta contra la cuneta mientras llevaba agua en una olleta, y le echaban cantaleta porque supuestamente tenía que tocar en una orquesta… “
No es país para viejos. Mi gata, además de lamerme la cara mientras tengo los ojos cerrados, me rasguña cerca de un ojo; ya puedo chicanear que sufrí una confrontación con alguien peligroso que me rayó la cara con una navaja cero siete.
boomp3.com
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4 comentarios:
cuando vi no country pense que la gente ve esa peli y queda extasiada por anton C. (javier B, monstruo) pero para mi la actuacion de tommy lee es intensa, and I relate. Y cuando estoy bebiendo, como ahora, no me dan ganas de hablar mucho sino decir puta chimba de pelicula y no mas. Que uno podria decir muchismo, y muchisimo leo aca en lo que tu dices. Que uno no es sino un zombie desde que nacio, como dice Sabato,ataudes den vez de cunas deberian darnos..."...you can't stop what's coming, it ain't all waiting on you. That's vanity. .." i could be missquoting..mind me im drunk!
Manana cuando vea esto mirare y dire "yo escribi esto?" y ahora tomo una cerveza con el nombre mas gay del mundo "Black Butte"
en todo caso, a lo que iba...no se de quien hablas cuando dices lo de Loretta pero yo no puedo oir mi nombre en tv sin sentirme aludida...y las rimas que dices suenan a como mis primos se burlaban de mi....(pero no lo pondre aca)Lo que quiere decir que la vida es demasiado absurda, porque no se trata de mi ni de ti. En el fondo no se trata de nadie...
Tu gata es otro personaje, mi gata mona me arano el ojo una vez y me mando a urgencias. No country for humans...! You owe me a pic
Igual las burlas no eran por el nombre en sí - a mí el nombre me gusta- eran porque en medio del desparche uno busca cualquier cosa para chimbiar al otro. Y si está el nombre Loretta que rima con casi todo lo que termine en A a la mano, pues…
Y si es como vos decís, son puros chistes de primo, de primo ligeramente enchuspado y desparchado.
oye byron casi no rima con nada O_O
es verdad
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