Tente fuerte Federico, aprieta dientes, ponte el casco y abróchate el cinturón de seguridad que a trancas y barrancas, mientras caes de espaldas, en paracaídas - que lo más seguro es que se abra cuando ya estés despanzurrado patas arriba y babeando sobre el piso-, se te viene algo exquisito, una señal así como de un chaparrón qué cómo vino se esfumó e hizo un desierto. Suuuuus, vas a escuchar el viento. Agua, agua vas a exigir al otro día cuando se acabe lo que te voy a señalar. Abre la boca, prepara el gañote, dile a la chica de al lado que no respondes por tus actos en lo que de sopetón se viene. ¿Degenerado quién? Eso es lo que le vas a decir por si no entendió o no oyó o se hizo la boba, que indudable eso bien lo sabe, de niña aprendió. ¿Listo? ¿Preparado?
Si supieras Federico, quiero abrir un paréntesis. Perdón. Es que a mi puerta acaban de tocar esas congojas que si bien no invité, de entrometidas, a mirar por la ventana como viejas chismosas con rulos en la cabeza, vinieron disque a pedirme una taza de azúcar. ¿Ah? ¿Lo puedes creer, Federico? Uno tan grande y lo que le toca aguantar.
- Señora, ya que toca tan tarde a mi puerta, perdóneme la pregunta ¿usted quién es?
- Soy tu primera embriaguez.
- ¿Esa en los quince de mi prima Eliana, dónde caí redondito de cabezas en el piso y borré casete?
- No, la primera de todas. La que fue con champaña y al escondido de los adultos un 31 de diciembre.
- Ya, ya, los 31 de diciembre siempre me traen recuerdos. Y usted otra señora ¿quién es?
- Ya usted lo dijo mi don señor, soy la de los quince de su prima.
- Ya, ya, ustedes dos son la combinación de la versión en borrador de lo que ya me sé de memoria.
- Sí.
- De memoria me sé muchas cosas.
-Sí.
- ¿Y a qué vinieron si lo puedo saber?
- Pues siendo oportunas como siempre lo somos, venimos a aconsejar a tu amigo Federico.
¿Oíste Federico? Vinieron a decirte lo que intentaba decirte, pero vienen a tergivérsalo todo con su lengua ponzoñosa. Me las conozco mosco. Son unas viejas arpías e hijueputas. Pero no les pares bolas Federico, te van a mal aconsejar.
- Uhschale, uhschale, largo de aquí viejas zalameras.
Ya que se fueron, Federico, agárrate valiente y enérgico que te voy a estampillar en una cosa: el ALCOHOL. Ríos de ron, aguardiente, whisky, cerveza circularán por tu torrente sanguíneo noche tras noche, fin de semana tras fin de semana. La vida será “mejor” aunque termines por ser una bomba viviente, un dolor de cabeza frecuente, un día de resaca eterna. Serás capaz de llorar con más capacidad, serás capaz de hablar con más soltura, dormirás plácidamente, te importara un comino hacer el ridículo. Cambiara tu vida por siempre y para siempre hasta el día de una santa cirrosis, amén.
- Este señor es una apología al alcohol.
- Uy señoras ¿ustedes no se habían ido?
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4 comentarios:
zero comments?
que les pasa a todos los ebrios?
rios de alcohol...*drools*
Les es difícil aceptar que son ebrios
marica si no fuera tan ebria empezaria la campana de "drunk pride" o algo asi...
ps. el videito esta todo O_O
disturbing Heidi!! XD
yo apoyo esa campaña "borracho caido con orgullo y a la mierda vos que me miras raro"
Heidi ¿cómo pudo ser tan feliz con esas canciones tan tristes (tan nostalgicas)?
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