1. Tedio. Mientras voy caminando intento rebasar a una señora que ocupa toda la acera, que camina despacio, muy despacio, mira no sé qué en una revista y que está delante de mí. No es gorda, no es alta, es bajita, flaquita y sin embargo se las inventa para impedir el paso y hacerse notar hasta la medula. Hastío. Una maniobra ingeniosa. Cruzar, casi tirándomele a los carros, a la otra acera. Frenazo en seco, una moto casi me atropella. Motorista hijueputa, le grito mentalmente aún sabiendo que mi culpa es tan evidente, que el imprudente fui yo, que hay días en que a uno no lo deberían dejar salir de la casa. Hoy estoy taramba, una gripe de puta madre y Dios mío me acongoja. Ojos llorosos, mareo, padecimiento de todo el cuerpo, no paro de moquear. Turbación. Pero hay que ir a trabajar. Esto no es Asia. En Asia si tienes un ligero resfrío o una uña enterrada te obligan a quedarte en tu hogar, para eso de no ir a contagiar a los otros. Al menos eso es lo que he escuchado. De Asia bien puedes creerte cualquier cosa. Acelero el paso, no voy retardado, pero quiero dejar lo más rápido posible la calle, los grumos de humanidad en cada parte de las aceras, en los semáforos en rojo, en los puestos de los carros y de las motos que cada vez hay más a precio de huevo en las calles de Medellín. De nuevo otro frenazo, esta vez soy yo el que hace que los que vienen caminando detrás de mi me puteen, el que se convierte en la señora estorbosa, abrumadora y que lee una revista que pudo habérsela leído en otra parte, no caminando por una puta acera. No les doy excusas a esos que pararon abruptamente por mi porque no puedo hablar, estoy casi en el punto, con la cabeza hacia arriba, de que voy a estornudar…………………………….. ¡aaaAAAACHIIIIIIIIIIIIIIIIIIISS!. Nadie me dice “salud” y pues tampoco lo esperaba.
2. La llama de mi encendedor desechable marca Tokay flamea con una brisa cálida que proviene desde algún lugar de la Universidad Nacional. En la mañana el ambiente vaticinaba un chaparrón en el que hasta, como dicen por aquí, iban a caer esposas y maridos del cielo. Pero ahora que ya es más del mediodía el sol incinera cualquier organismo viviente que no esté bajo la sombra. A uno, como forma de venganza, con esta voluble forma de ser del clima en Medellín, causante de mi gripe malparida, le dan ganas de matar algo. Cualquier cosa. Lo primero que se atraviese. ¿Y si nada se atraviesa? Pues estás tú. Suicidio lento y concientizado. La llama de mi encendedor que flamea oronda y altanera se acerca a la punta del cigarrillo que tengo en la boca. Una, dos, tres bocanadas. El humo es sublime. Dulce y amargo cigarrillo que no me sabe a nada en estos momentos. Lo peor de la gripe es perder las papilas gustativas.
3. Poco para hacer en laboro. Juego a cuantas veces muevo la cabeza antes de estornudar al ritmo de una canción de Pixies que puse en uno de los computadores. Que buen parche. Le encontré utilidad a mi enfermedad.
“uh huh huh uh huh huh uh huh huh uh huh huh uh huh huh” ¡aaaAAAACHIIIIIIIIIIIIIIIIIIISS!
4. Zombie. Boca abierta. Ojos rojos. Veo borroso. Nariz raspada de tanto dale que te limpio mocos asquerosos como si me hubiera metido toda la cocaína posible de Colombia. Los minutos más largos de mi vida son los de devuelta a mi casa en un bus del barrio La Floresta. Ventanillas cerradas. Bochorno. Desazón suprema. Humanidad maldita. Estoy nervioso porque los pañuelitos desechables con los que he estado todo el día limpiándome la nariz se me acabaron. Y estoy que me caigo, que me da el soponcio. Y menos mal que hasta lo eterno tiene su fin: llego a mi casa. Caigo despanzurrado sobre mi cama. Duermo por minutos ya que mi convalecencia es tan iconoclasta que ni me da gusto de dormir la triple hijo de puta esa.
5. Sentado frente a esta pantalla de mi computador sonrío. Buenos recuerdos del sábado por la noche vienen a mí. En ellos está la presencia de Disorder de Joy Division, Teenage riot de Sonic Youth, Willing to wait de Sebadoh, y otras. Mientras, mis ojos siguen llorosos, se me salen los mocos cada dos por tres segundos y de nuevo muevo mi cabeza al son de Pixies cada vez que quiero estornudar.
“yeah i love you i do i love you all i'm saying pretty baby…”
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8 comentarios:
!el Pnuk y todos sus allegados son de mi entera confianza...
uff, volvió el tipo este que ni sabe qué comentar.
un shot the whiskey para esa gripa!
*shots!*
ms. martin: buena idea, o también shots de ron.
Eh, gripa? por eso la desaparición extraña del viernes, le hubiera sentado bien el roncito, pero con esa mojada yo creo que a nadie le cae bien nada... bueno sí unos tenis secos y la cama
Nelly: jeje, no fue el motivo de la gripa, pero sí la desaparición se debío al aguacero. Y si hubo ron ese día, aunque más tarde en la noche.
Hoy Miércoles
Tedio: Te quedas callada mientras otros personas realmente ignorantes te menosprecian tu capacidad intelectual que de seguro rebasa la de sus dos dedos de frente.
Hastío: No lo aplicas por que no puedes discutir con las personas con las que laboras y a veces te prestan plata.
Turbación: Al otro día verás nuevamente a esos ignorantes como irán madurando sus comentarios para volverlos más pesados, cocinar entre ellos acerca de tí y juzgar cosas de tí que ni siquiera conocen.
Respiro profundo y mejor espero a que La Mera Mera sarcástica que a veces sin querer sale de la envoltura de simpática ingeniera los mate a todos un día... ¡Ellos son mi puta gripa de Medallo!
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Finalmente aquí, leyendote a vos... Sonrío.
mera mera: Aguapanela con limón, conteniendo la respiración y hasta el fondo para esa maldita gripa. Luego: qué, ¿ah? yo no tomo aguapanela, solo bebo té.
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