1. Estoy abrazando mis piernas, sentado en este piso sucio y pegajoso debajo de esta mesa a la que cubre un mantel largo de cuadros blancos y rojos; tengo la pose de un ser triste y patético que recurre a manidos clichés como esconderse debajo de una mesa a abrazar sus piernas; solo me falta chuparme el dedo pulgar de mi mano y ahí sí, ya estoy: un ser triste y patético bastante cliché.
2. Podría sacar mi mano por debajo del mantel y agarrar cualquier pierna que me encuentre, jalaría esa pierna y al dueño o dueña de esa pierna lo o la arrastraría hacia mí, le pondría mi dedo índice en la boca antes de que emita alguna palabra y le diría con voz de Bruce Willis en Duro de matar “Acompáñame, no quiero estar solo”. Pero no quiero que por error arrastre hacia a mí a una persona no deseada. No quiero que esté conmigo aquí debajo la persona que es el motivo por el cual estoy en estas, escondido, maldiciendo mi genial idea de esconderme debajo de una mesa.
3. Podría salir de debajo de la mesa y empezar a correr, tirando obstáculos que se atraviesen en mi camino, como he visto en diversas escenas de películas. Correr y correr hasta perderme por completo, hasta que sea solo un recuerdo fugaz de una fiesta donde la gran mayoría de gente está borracha. Sé que tomaría fama “del que sale corriendo en las fiestas y no le importa derribar cuantos obstáculos hay en su camino y luego se ve perdido en algún lugar de la ciudad y entonces tiene que llamar a un conocido para que lo vaya a buscar”; entonces no, no podría; no quiero cargar esa fama, siempre sería, para los ojos de los otros, un pelele; no quiero que ella tenga esa idea de mí.
4. Podría masturbarme ¿por qué no? Nadie me vería debajo de esta mesa; mi semen, al ser disparado, chocaría con la parte inferior; en un futuro: caería al piso en gotas, una cada mes, hasta que se haga un chicle y se endurezca. No. No quiero que me descubran masturbándome debajo de una mesa, además ¿por quién me masturbaría? Bueno eso sí lo sé, pero no quiero que ella tenga ese honor; por ella estoy aquí escondido, que se contente con eso. Me gusta mi consuelo; estoy sonriendo, lo sé.
5. Apoyo mi cara sobre mis rodillas, abrazo fuerte mis piernas. Bien, estoy abrazando mis piernas debajo de esta mesa, sentado en este piso sucio y pegajoso; alguien derramó cerveza o vino o lo que sea y no se molestó en limpiar. En realidad esto está solo en mi mente; yo no estoy aquí. Todo lo que me dije antes fue algo metafórico.
- Hola ¿puedo acompañarte?- dice ella levantando el mantel y asomándose a través de este. Trágame tierra; entierro por completo mi cabeza dentro de mis piernas.
- Eh, sí.- le digo.
Ella con dificultad se mete debajo de la mesa, al frente de mí se sienta tal cual estoy yo: abrazando sus piernas.
- ¿Por qué cuando te dije que me gustabas te metiste debajo de esta mesa?- me pregunta. En su voz noto que ha llorado o tiene gripa, una de las dos.- me hiciste sentir mal, fue un golpe duro a mi autoestima, que por cierto está bien baja. ¿Sabes? Te odio en este momento.
Saco mi cabeza de dentro de mis piernas y la miro, ella me esquiva la mirada metiendo su cabeza dentro de sus piernas.
- Lo siento, me ganó el miedo.- le digo.
- No sé por qué le causo miedo a las personas.- lo dice con la voz entrecortada, veo que sus lágrimas empiezan a empapar su vestido.
- Las personas son estúpidas y a todo le tienen miedo, incluyéndome.
- Lo sé.- ella saca su cabeza de dentro de sus piernas, me mira y me sonríe.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
Hey! niño, muy bueno.Siempre que entro al blog disfruto mucho de tus escritos. Un saludito...
Las mejores
Maria E.
Las mejores Maria E. Saludito
Primero, me gustó mucho el título, además hace frío: ya mismo tengo mucho en frío en la nariz.
Luego leí y me acordé de El Eterno Resplandor De Una Mente Sin Recuerdos (que me gusta un montón, claro) y la imagen del chico bajo la mesa imaginanado lo que podría hacer y sonriendo luego, con la cabeza entre las rodillas...
... Lo de salir corriendo de una fiesta donde casi todos están borrachos... eso, eso también...
SIGH
Eterno resplandor es a lo bien
Publicar un comentario