1. - Me gusta el sabor que deja la calada a un cigarrillo cuando te estás bebiendo unos rones.
- Y a mí me gusta sentir el frío de una solitaria gota de sudor bajando por mi frente, de alguna manera me refresca del calor.
- Es gracioso eso que dices, porque a mí me pasa que cuando hace mucho calor el sudor baja por mi cara en gotas muy grandes, y siempre apuesto a que una de esas gotas va a pender de un hilo en la punta de mi nariz hasta caer lentamente en mis labios. El sabor saladito del sudor combinado con unos rones y la calada de un cigarrillo me gustan.
2. – Me gusta caminar y sentir que poco a poco, a cada paso, me empiezan a doler las piernas. Me gusta saber que algo tan rutinario como caminar tenga sus consecuencias, porque así es la vida de los vivos.
- Por ejemplo, el hecho de que estemos vos y yo aquí sentados, creo, va a tener sus consecuencias. Te va a gustar tanto como caminar.
- No lo sé, aún no sé qué libros lees, qué música o películas te gustan. Todo eso es una piedrita en el zapato que contribuye al dolor de las piernas al caminar. Del dolor en las piernas del que te hablé no es muy agudo que digamos, o tampoco es que no se sienta. Dime, ¿alguna vez has llorado viendo una película, o leyendo un libro o escuchando música?
3. – Mi película favorita es The Princess bride.
- Hello: My name is Inigo Montoya. You Killed my father. Prepare to die.
- Sabes de qué película te hablo. Ganas puntos.
- Sí. Mi película favorita es Dirty Harry.
- El hot dog con mucha mostaza; también sé de qué hablas.
- Mi novela favorita es Certidumbre humana.
- Muy depresiva y un poco tonta para mi gusto, odié mucho al personaje principal, por bobo.
- Ya no te digo que me sentí identificado con él.
- Está bien, no hagas que borre de mi memoria que te sabes la frase: Hello: My name is Inigo Montoya. You Killed my father. Prepare to die.
- Mira que dijiste esa frase en voz alta, apuesto a que no siempre la dices delante de alguien. Te di esa oportunidad.
- Es verdad, siempre me la digo mentalmente.
- Y sí he llorado escuchando música, aunque no tanto por lo que diga la letra de una canción, sino más bien como por el ritmo.
- Síi, lo mismo, lo mismo. A veces sólo me basta con oír los primeros acordes de una canción y no me importa el resto.
- Lo mismo, lo mismo.
4. Silencio. Ambos beben cerveza, se fuman un par de cigarrillos. De vez en cuando se miran a los ojos. Él se tráquea los dedos de las manos, ella se recoge el pelo. Pasan los minutos y llega la hora en que uno de los dos se tiene que ir para otra parte.
- Me tengo que ir, me están esperando.
- ¿Y te vas a ir?
- No sé, ¿qué me propones y me quedo?
- Hmm ¿vamos a mi casa?
- Eh, No. ¿No tienes otra propuesta?
- ¿Seguir bebiendo cerveza?
- Eso lo puedo hacer con los que me esperan.
- ¿Caminamos?
5. Ambos miran el pavimento mientras caminan. Ella evita pisar las separaciones de las baldosas del adoquinado. Él intenta, para que ella no lo advierta, no caminar de manera graciosa; así sea que pise cualquier cosa; ya le han dicho que su caminar es como de pingüino.
- Cuando era niña me dijeron que si caminaba y pisaba las separaciones de las baldosas iba a ser una ladrona.
- A mí también me dijeron lo mismo, y evitaba pisarlas, pero un día me robé una chocolatina de la tienda de don Osvaldo, y me dije: de ahora en adelante voy a pisar todas las separaciones de las baldosas que me encuentre, qué más da, soy un ladrón.
- Hagamos una apuesta, si piso una separación me robo una chocolatina y te la doy.
- Listo.
- A cambio tú debes de tratar de no caminar como un pingüino.
- Ah ¿Lo notaste?
- ¿Qué?
- Nada.
Ella pisa una separación. Van a un súper mercado, ella se roba una chocolatina con éxito y al salir de este, del súper mercado, un fotógrafo ambulante, con cámara polaroid en mano, les ofrece tomarles una foto a cambio de cuatro mil pesos.
- Sí, tómenos la foto, que salga la chocolatina que me acabo de ganar.
- Sí, que salga la chocolatina. Pero en la foto tengo que salir con las manos arriba, saltando, victoriosa de que me acabé de robar una chocolatina.
- ¿Se robó una chocolatina?
El fotógrafo toma la foto, la descripción: todo es borroso, sólo se ven manchas de luz.
- Yo tengo que quedarme con la foto.
- bueno.
- Antes anótame el número de tu teléfono.
- No me gusta hablar por teléfono.
- Qué lío entonces.
- Es broma. Sólo no me llames en la mañana, ni en la tarde ni en la noche; después de eso estoy disponible.
- Te llamo a tus sueños.
- Sí, me gusta soñar cosas bonitas.
Él sonríe.
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