1. Se abre el telón. Llego tambaleándome hasta el balcón, estoy bebiendo vodka, me enciendo un cigarrillo, observo a la mi odiada y amada Medellín. Hace poco grabé y edité un programa sobre Medellín, de los programas que más me han gustado, me enamoré del guión, maravilloso es el profesor que lo escribió. Medellín, chica pueblerina, te amo y te odio a la vez, maldita, sin ti no sé qué hacer. Me enciendo otro cigarrillo, pido otro vodka.
2. – El Byron, ¿cómo vas? – me pregunta alguien.
- Aquí fumando en el balcón.- Le respondo.
- Lo sé.- Me responde.
- Byron, tiempo sin verte.
- Es verdad.
- ¿Cómo vamos de amores?
- Hace rato no voy, lo último fue que vi que en Twitter mi ex le puso a su nuevo novio un corazón.
- Esas cosas pasan. Suerte con las ex. ¿Y cómo se llama el nuevo novio de tu ex?
- ¿Para qué queres saber?
- Conversación de borracho.
- Se llama…
- Uff, a esa nena le gustan los nombres de valijas, nada menos tu nombre.
- Ufff, pero es peor su nuevo nombre de novio.
- Sí.
3. Recuerdo mi casa en Las torres de bomboná!
4. – Qué haces aquí en este balcón?
- No sé.
5. Fumo.
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