1. Algo de El fuego secreto de Fernando Vallejo:
“Amigo mío, que pena me da oírlo hablar de esa manera, como un arcaico, como un fanático. ¿Rectitud y honradez en tiempos de revolución? Tan viejo y tan ingenuo… Hombre, piense, recapacite. Si por una apreciación errada de la realidad ha vivido equivocadamente, haga acto de contrición que mientras uno vive todavía hay tiempo. No sea tonto, hágase nombrar. Y valorice el puesto. Cobre peaje. De aquí, de mi escritorio, no sale documento con mi firma impunemente. Vale tanto, y mañana vale más, y si no le sirve así se jode usted, que yo puedo esperar: monto las patas sobre el escritorio y oigo cantar el teléfono mientras cobro mi quincena. “El doctor no está”, contesta mi secretaria: “Él está en una junta de ministro”. O con el presidente si ya el ministro es usted. ¿Por qué no, si también lo fue el doctor Turbay? Y ya que sea ministro suba más, súbase al solio de Bolívar, que al fin no está tan alto si también en él se encaramó el doctor Turbay. Ya instalado ahí, entonces sí que se va a rascar de gusto la barriga. Nombre y reparta y que le den con la misma generosidad. Y al pueblo hoy dígale que la moneda está muy firme, justo la que mañana se devaluó. Con tanta presión del imperialismo internacional… Mienta que sólo la mentira es firme, sólo la mentira es sabia. La verdad, necia y cambiante, da visos como el terciopelo según le pegue la luz del sol. Tan relativa y efímera la pobre… Respecto al dinerito que recoja, fúndalo en barras de oro y guárdelo en cajas, o mejor, cajones grandes de seguridad. Pero fuera del país, lo más fuera que pueda en el extranjero, ojalá en un banco de Marte o de la galaxia exterior. Y si abre cuentas en ese banco, que no sean a su nombre: a los de su mujer, su querida, su hermano, sus hijos… ¿O qué? ¿Va a dejar aguantar necesidades a algún familiar del santo? Viva y deje vivir, robe y deje robar, y no se amargue, no sea reaccionario. ¡Y al diablo con Laureano Gómez que ha ventiado mucho sobre el cebollal!”
2. La ley seca es de lo más descabellado, como si igual uno borracho no votara por el ladrón de turno que promete computadores a los niños o por el títere de turno que funda bibliotecas sin libros y coloca pirámides aterradoras en la Avenida Oriental. Antes uno borracho vota con más fervor, vota por cualquier ladrón igual, pero con sentimiento, con el embellecimiento que proporciona el alcohol, el embellecimiento delirante que no sólo funciona con las mujeres. “Pero es que si se emborrachan la noche anterior no van a las urnas a votar”, sí, igual ya sabemos quien va a ganar: El que promete computadores a los niños y quiere que la ciudad sea un trancón de carros permanente. “¿Y la violencia de mil borrachos enardecidos votando con machete en mano?” y bueno, a la violencia estamos acostumbrados, es Colombia ¿de qué os preocupáis?
3. No registré mi cedula y mi cedula no es de Medellín, así que no puedo votar, no me puedo quejar. Lo peor es que ya sabemos quién va a ganar ¿será? Ojala gane otro, pero que esperanzas tan desvalidas.
4. El mejor eslogan que leí de un candidato a la alcaldía de Medellín fue algo así: “Soy un lápiz que creó Dios para instaurar la nueva historia de Medellín”. En la foto el candidato se ve sonriente, místico. Por supuesto la foto está mal montada en Photoshop. Por supuesto que el tipo no va a ganar. Al tipo se le ve que aún no ha empezado a robar como Dios manda. Claro, es un lápiz.
5. Por lo pronto me surtiré de botellas de ron para este fin de semana largo. Chaolines.
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4 comentarios:
Qué belleza. Qué buen top. Si empiezas por Vallejo todo está ganado. ¡Mierda! Si Vallejo escribe sobre la ley los otros (los alcaldes, los ministros, los presidentes, los políticos) la borran con el puto codo. ¿Dónde estás Byron? Bebámonos esa botella de ron que me debés, no te perdás, no seas tan escurridizo, no te escondás para que hablemos de Vallejo y los tartufos que aspiran a la alcaldía de Medellín.
¿Dónde está Jorgito? Tengo una conversación larga y tendida con él sobre Elias Canetti, piedra fundamental de la literatura de los últimos cincuenta años (Byron, siempre serás un invitado de honor. Un brindis por vos. Me bebo media de ron hoy que sí está permitido tragar).
Trucha, que bueno, se nota que el comentario lo escribiste borracho. Dale, ron para el finde, sólo falta conseguirnos la tienda ilegal donde nos vendan licor, no alcanzé a surtirme de nada, el laboro, el laboro. Creo que en la placita de Flores venden.
Y verdad, Jorgito anda desaparecido.
Y vea usted, no ganó el que prometía computadores - siquiera-, pero ganó el que va a poner más piramides del demonio por toda Medellín, y la gente feliz, y la gente es así.
Lo gracioso es que el que ganó cuando lo entrevistaron estaba caído de la rasca, no podía ni hablar ¿y no hay ley seca pues? ah, pero bueno, ellos si pueden estar borrachos.
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