5. -¿Listo?
- Listo.
- Agarrase pues bien de mi cintura.
- Ya.
- Listo, uno,… dos,… ¡TRES!
Y loma abajo por la cuadra la segunda bajamos a gran velocidad montados en un pedazo de cartón untado en la parte de abajo con jabón Rey.
- Jajajajajaja, ¡volvámoslo hacer!
- De una, hay que esperar que no pasen más carros.
Después nos volvimos más sofisticados, construimos carros de rodillos. Aunque “construimos” suena a paseo, los carros los construyeron Adrian y La Momia, yo colaboraba trayendo clavos y cosas así.
4. - ¿Listo?
- Listo.
- Agárrate pues bien.
- Hágale que todo bien.
- Listo, uno,… dos,… ¡TRES!
Y a mitad del camino La Momia no se agarró bien, se cayó del carro y rodó loma abajo rastillando piel y ropa. TRATRATRATRATRA, La Momia le ganó la carrera al carro de rodillos.
- Momia maricón, te dije que te agarraras bien.
- Ay güevón, llévame para la casa, que dolor.
3. Hubo un tiempo en que estuvieron de moda los boomerangs. Todos queríamos tener uno, pero como no había plata para comprárselo original buscamos libros, vimos películas, preguntamos aquí y allá cómo se hacían. Luego buscamos pedazos de madera, navajas, lijas, pinceles, barniz. Una semana nos llevó cimentar a cada uno su boomerang. Nunca lijé tanto un pedazo de madera, ni siquiera cuando estudié artes donde se supone que la lija es tu amiga, la que te invita a oler pegamento, colocarte una balaca en la cabeza, vestirte con ropa floreada y a que escuches a Fito Páez.
- Que las puntas queden bien lijadas porque o sino el boomerang no vuela… Lo estás haciendo mal… ese boomerang te va a quedar mal hecho… vea, se hace como lo estoy haciendo yo.
- ¿Y a vos quién te hizo tan experto en boomerangs?
- Ah pelado, pa´que vea.
2. Llegó el gran día, el día en que todos íbamos a probar nuestros nuevos boomerangs. El lugar elegido para tal proeza fue la cancha de fútbol de la cuadra La Quinta donde antiguamente la familia Ocampo de la cuadra La Sesta hacia de las suyas. No recuerdo quién fue el primero en lanzar su boomerang, pero sí recuerdo que apenas lo lanzó el boomerang se hizo mil pedazos contra el suelo.
- Güevón, lo tiraste mal.
- Sisas, me va a tocar hacer otro.
El segundo boomerang alcanzó a volar, pero su vuelo fue muy a ras del piso y al intentar dar la vuelta se estrelló contra una de las arquerías de la cancha; el boomerang se partió en dos.
- Güevón, lo tiraste mal.
- Sisas, me va a tocar hacer otro.
Más tarde con otros tres boomerangs lanzados, ninguno sin volar porque esto y lo otro y no sé qué, yo en un ataque de risa por tanto fracazo, con el boomerang en el bolsillo de atrás del pantalón a lo Daniel el travieso con su cauchera, me siento en una de las bancas de la cancha. ¡CRACK! , mi boomerang se destruyó sin ser lanzado. Día hijueputa, tanto que le trabajé a ese maldito boomerang. Quedaba un boomerang por lanzar, el boomerang de Duván; Duván el que tanto decía: “Lo estás haciendo mal… ese boomerang te va a quedar mal hecho… Güevón, lo tiraste mal.”.
- Apréndanle al maestro.
- ¿Cuánto apostamos a que tampoco te vuela?
- Ja, ¿Cuánto apostamos pues?
- Diga, diga cuanto.
- ¿A gaseosa, Chocorramo, gala, un pastel de pollo y papas en la terminal de Belencito?
- Listo, hágale pues.
- Bien.
Y Duván lanzó su boomerang y nos tocó invitarlo a litro y medio de Cocacola con Chocorramo, dos galas, un pastel de pollo y papitas en la terminal de buses de Belencito. No está demás decir que el boomerang de Duván sólo voló dos veces, en su segundo lanzamiento emprendió su vuelo pero nunca regresó, se perdió en la montaña.
1. El difunto Alexis quizás era el más competitivo de todos los que nos reuníamos a bailar Break Dance. Siempre que estábamos entrenando, ya sea en el convento de la Madre Laura o en Plan del Che (en Villa Laura) o en El 20 de Julio, Alexis llegaba tratando de impresionarnos a todos con sus súper vueltas canelas en el aire, y nos miraba como diciendo: “ a ver quién me iguala”. Era claro que nadie lo igualaba en sus súper vueltas canelas en el aire, pero también era claro que su baile era feo y sin estilo, no provocaba verlo bailar. Un día, antes de ser los súper bailarines que fuimos y que son los que sí siguieron bailando, Alexis llegó diciéndonos que unos raperos de Belén el Chispero nos habían retado a bailar – cuando eso no sabíamos que raperos y breaker´s son dos cosas distintas, cuando eso apenas y sabíamos que la caída de la hoja es un paso de baile para principiantes que no saben nada de nada pero de nada-.
- Marica ¿y eso por qué?, ¿cuándo nos vieron bailar?, ¿cómo supieron que nosotros bailábamos?
- ¿Dónde queda Belén el Chispero, es un barrio, eso qué es?, ¿y en serio, cómo supieron qué sabíamos bailar?
- Mentiras, ellos no nos retaron, yo los reté. Son unos peladitos ahí todos casposos.
El caso es que no sé porqué seguimos a Alexis y terminamos todos en Belén el Chispero listos a librar una batalla entre bailarines. Cuando vimos a nuestros oponentes y nos dimos cuenta que en efecto eran unos peladitos ahí, nos dijimos: “esto es pan comido, es una papa”. Al contrario a como hacen en la USA en esa clase de retos que los dos bandos se paran frente a frente a mirarse con odio jarocho, nosotros armamos un círculo. El más petizo de los peladitos, con grabadora en mano, se paró en el medio.
- Ya qué ustedes nos retaron salgan a bailar primero.
- Listo, sale Alexis primero que fue el que armó todo (Al oído de Alexis) Maricón, no vas a empezar haciendo tus vueltas canelas en el aire, esas déjalas para tu segundo baile, para que con esas los mates y los mandemos para la casa aburridos.
- Listo.
Lista la música, listo el círculo para poder bailar con movilidad y lo primero que hace Alexis son sus súper vueltas canelas en el aire. El resto negamos con la cabeza como diciendo: “noo, mucho malparido, no tiene remedio.”. Luego nos miramos cada uno mientras Alexis seguía en las suyas, suspiramos como diciéndonos a cada uno: “bueno, esto se acabó, estos peladitos no van a querer seguir bailando”. ¡Pero oh sorpresa!, Alexis terminó de bailar y maravillas fue lo que hicieron esos peladitos en el piso, en el aire, en las paredes. Tanto fue el desconcierto que con las bocas abiertas dimos un paso hacia atrás, aplaudimos.
- Bien muchachos, que bien que bailan. Les falta mucho, pero van por buen camino. No queremos humillarlos, ¿si vieron las vueltas canelas que hizo Alexis?, el resto también las hacemos y mejores, además también hacemos todo eso que ustedes hicieron, pero no queremos presumir. Si quieren vernos bailar vayan a la Biblioteca Pública Piloto, allá estamos todos los domingos.
- (Alexis en el oído de uno de nosotros) pero güevón, nosotros no bailamos así.
- (Entre dientes) Cállate maricón y vámonos mientras todavía tenemos dignidad. (Para los peladitos) Y los dejamos con más vueltas de Alexis, adiós muchachos.
Alguno de nosotros empujó a Alexis al centro del círculo y no le quedó de otra que volver a hacer sus súper vueltas canelas en el aire mientras corríamos a coger el primer bus Circular Sur que pasara por la Avenida la 80 vía La America.
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