– Le traje un regalo, es una camiseta para que se la estrene el 31, ¿le gusta?
- Mmm, es rosada.
- Pero es lo que se está usando ahora.
- No, no me voy a poner una camiseta rosada.
- ¿Por qué?
- Es una camiseta rosada.
- Está de moda el rosado.
- Así no me va a convencer.
Feliz otro año más que se suma a un fin del mundo en el que todos andaremos con camisetas rosadas.
miércoles, diciembre 31, 2008
martes, diciembre 30, 2008
TOP 5 Períodos del año que se va
5. Mi amigo Gabi en Medellín (la semana más alcohólica que tuve; Gabi ¿Cuándo vuelvas, tráete a Andy?).
4. Ser de nuevo amigo de un amigo que había perdido por razones completamente estúpidas.
3. Muchos matrimonios.
2. Nuevas amistades
1. Lo mejor: Daniela.
4. Ser de nuevo amigo de un amigo que había perdido por razones completamente estúpidas.
3. Muchos matrimonios.
2. Nuevas amistades
1. Lo mejor: Daniela.
sábado, diciembre 27, 2008
TOP 5 Before Sunrise, smiles
1. – Óyeme Debby, de tanto correr me debo ver espantosa. – Dice ella exhausta y con su brazo adolorido mientras se sienta y se recuesta contra un gran cubo de basura. – Quisiera tener un espejo en este momento.
- Se cae el mundo y tú siempre tan oportuna con tu vanidad.- Dice él mirando para todos los lados, buscando alguna salida de la terraza del hospital donde fueron acordonados por los hombres de la tullida.- Y si te digo que te ves hermosa, igual no me vas a creer.
- No es momento para que me digas eso, Debby.
- Lo sé, nunca es el momento... para mí.
- ¡Debby, escuchame!
- Baja la voz, Natty, que se van dar cuenta que estamos aquí.
- Ya lo saben.
Él se sienta al lado de ella y la abraza.
- Déjame tener alguna esperanza de que podemos salir de esta sin quedar con la apariencia de un queso gruyere. – Dice él.
- Debby.
- Natty.
- Dime que estoy hermosa.
- Estás hermosa Natty.
- No te lo creo, ni siquiera me miraste al decírmelo.
- Toda mi vida te he mirado y no te he dicho nada, qué contradicciones.
- ¿Y qué más te da que me mires otro ratico y esta vez si me lo digas?
- Natty, no es momento para esto.
- Debby, no te robes mis dichos.
2. Él asoma su cabeza por la orilla del gran cubo de basura, se cerciora de que nadie esté allí buscándolos. Ella mira las pocas estrellas que se ven en un cielo negro, nebuloso, contaminado de tanta luz que hay en la ciudad.
- Me gustaría vivir en el campo, en el campo se pueden ver todas las estrellas. – Dice ella.
- A pesar de que son sólo tres estrellas, mi constelación favorita es el cinturón de Orión, y esa se puede ver desde cualquier ciudad. – Dice él.- No me gustaría vivir en el campo, Natty.
- Lo sé. A mí tampoco me gustaría, con solo pensar que voy a escuchar grillos o sapos o cualquier bicho raro apenas anochezca me quiero enloquecer… Debby, en la ciudad deberíamos ver las estrellas.
Él de nuevo se sienta al lado de ella.
- ¿Qué te puedo decir, Natty? Ojalá en la ciudad pasaran muchas cosas.
3. - Debby… ¿Alguna vez vamos a tener nuestras propias acciones y no haremos más parte de una historia mal escrita?... A veces siento que nuestras vidas son como las imagina alguien que se niega a seguir una rutina aburrida como: levantarse, bañarse, comer, ir a trabajar en algo en lo que se siente cansado, llegar reventado a la casa, ver televisión, quizás masturbarse, dormirse y de vuelta a lo mismo: levantarse, bañarse... ¿por qué toda nuestra vida, Debby, ha sido un drama?
- Natty, te puede sonar raro, pero de alguna manera creo que somos privilegiados, nadie más que nosotros puede contar que nos persiguieron, que nos dispararon y
- ¿Y qué escapamos?
- Sí, y que escapamos.
- ¿Si crees que vamos a escapar?
- Sí.
- Cuéntame cómo vamos a escapar.
- Ok:
4. – Explota una bomba en el primer piso. Empieza a caer el hospital, piso por piso, y nosotros dos salimos expedidos, volando por los aires, hasta caer en el carro. Yo caigo en la capota, me fracturo un brazo para compensar tu brazo fracturado (el Karma hay que compartirlo). Y tú caes directamente en el asiento del copiloto, das tres toques en el capo del carro y me abres la puerta para que maneje. Y escapamos.
- Suena poco creíble. Y no es tu culpa que me haya fracturado un brazo, así que el karma aquí no es compartido.
- Si tú sufres, yo sufro.
- Algo poco creíble.
5. – Tengo un mejor escape.- Dice Ella.
- Dímelo.- Dice él.
- Desconectamos a un moribundo, le robamos la camilla, nos montamos en ella, cogemos impulso y nos lanzamos de la terraza hasta la calle.
- Buen escape, ¿Pero de dónde nos conseguimos a un moribundo?
- Bueno, entonces nos vamos rodando en el bote de basura.
- ¿Se mete Natty en el bote mientras Debby lo rueda, luego Debby se monta haciendo equilibrio?
- ¿Y volamos?
- No, nos tiramos de la terraza y nuestros amigos nos ponen un trapo para que rebotemos, como en el cómic de Joni b.
- Se cae el mundo y tú siempre tan oportuna con tu vanidad.- Dice él mirando para todos los lados, buscando alguna salida de la terraza del hospital donde fueron acordonados por los hombres de la tullida.- Y si te digo que te ves hermosa, igual no me vas a creer.
- No es momento para que me digas eso, Debby.
- Lo sé, nunca es el momento... para mí.
- ¡Debby, escuchame!
- Baja la voz, Natty, que se van dar cuenta que estamos aquí.
- Ya lo saben.
Él se sienta al lado de ella y la abraza.
- Déjame tener alguna esperanza de que podemos salir de esta sin quedar con la apariencia de un queso gruyere. – Dice él.
- Debby.
- Natty.
- Dime que estoy hermosa.
- Estás hermosa Natty.
- No te lo creo, ni siquiera me miraste al decírmelo.
- Toda mi vida te he mirado y no te he dicho nada, qué contradicciones.
- ¿Y qué más te da que me mires otro ratico y esta vez si me lo digas?
- Natty, no es momento para esto.
- Debby, no te robes mis dichos.
2. Él asoma su cabeza por la orilla del gran cubo de basura, se cerciora de que nadie esté allí buscándolos. Ella mira las pocas estrellas que se ven en un cielo negro, nebuloso, contaminado de tanta luz que hay en la ciudad.
- Me gustaría vivir en el campo, en el campo se pueden ver todas las estrellas. – Dice ella.
- A pesar de que son sólo tres estrellas, mi constelación favorita es el cinturón de Orión, y esa se puede ver desde cualquier ciudad. – Dice él.- No me gustaría vivir en el campo, Natty.
- Lo sé. A mí tampoco me gustaría, con solo pensar que voy a escuchar grillos o sapos o cualquier bicho raro apenas anochezca me quiero enloquecer… Debby, en la ciudad deberíamos ver las estrellas.
Él de nuevo se sienta al lado de ella.
- ¿Qué te puedo decir, Natty? Ojalá en la ciudad pasaran muchas cosas.
3. - Debby… ¿Alguna vez vamos a tener nuestras propias acciones y no haremos más parte de una historia mal escrita?... A veces siento que nuestras vidas son como las imagina alguien que se niega a seguir una rutina aburrida como: levantarse, bañarse, comer, ir a trabajar en algo en lo que se siente cansado, llegar reventado a la casa, ver televisión, quizás masturbarse, dormirse y de vuelta a lo mismo: levantarse, bañarse... ¿por qué toda nuestra vida, Debby, ha sido un drama?
- Natty, te puede sonar raro, pero de alguna manera creo que somos privilegiados, nadie más que nosotros puede contar que nos persiguieron, que nos dispararon y
- ¿Y qué escapamos?
- Sí, y que escapamos.
- ¿Si crees que vamos a escapar?
- Sí.
- Cuéntame cómo vamos a escapar.
- Ok:
4. – Explota una bomba en el primer piso. Empieza a caer el hospital, piso por piso, y nosotros dos salimos expedidos, volando por los aires, hasta caer en el carro. Yo caigo en la capota, me fracturo un brazo para compensar tu brazo fracturado (el Karma hay que compartirlo). Y tú caes directamente en el asiento del copiloto, das tres toques en el capo del carro y me abres la puerta para que maneje. Y escapamos.
- Suena poco creíble. Y no es tu culpa que me haya fracturado un brazo, así que el karma aquí no es compartido.
- Si tú sufres, yo sufro.
- Algo poco creíble.
5. – Tengo un mejor escape.- Dice Ella.
- Dímelo.- Dice él.
- Desconectamos a un moribundo, le robamos la camilla, nos montamos en ella, cogemos impulso y nos lanzamos de la terraza hasta la calle.
- Buen escape, ¿Pero de dónde nos conseguimos a un moribundo?
- Bueno, entonces nos vamos rodando en el bote de basura.
- ¿Se mete Natty en el bote mientras Debby lo rueda, luego Debby se monta haciendo equilibrio?
- ¿Y volamos?
- No, nos tiramos de la terraza y nuestros amigos nos ponen un trapo para que rebotemos, como en el cómic de Joni b.
miércoles, diciembre 24, 2008
TOP 5 Un chorro de luz viniendo del más allá. Maldito más allá.
5. Sediento.
4. Borracho.
3. Hambriento.
2. Buñuelos y un marrano que no tardara en morir de la manera más salvaje. Solo espero no estar ahí para verlo.
1. Recuerdo cuando me hacían acostar antes de las 12:00 para colocarme un regalo al lado de la cama.
*Feliz 24.
4. Borracho.
3. Hambriento.
2. Buñuelos y un marrano que no tardara en morir de la manera más salvaje. Solo espero no estar ahí para verlo.
1. Recuerdo cuando me hacían acostar antes de las 12:00 para colocarme un regalo al lado de la cama.
*Feliz 24.
martes, diciembre 23, 2008
TOP 5 Una vez chocamos contra una gran ballena, y no importó.
1. Ese día caminábamos en caravana cuesta arriba por la montaña. A pesar de que el sol de las cuatro de la tarde tostaba nuestra piel ninguno llevaba más protección solar que una gorra de algún equipo de beisbol de la NBA. A todas sus anchas el camino estaba húmedo y empantanado, así que al caminar hacíamos increíbles maromas, entre esquina y esquina, para no resbalarnos, darnos de bruces contra el barro y ceder metros subidos rodando cuesta abajo; misión imposible, todos, absolutamente todos en medio de carcajadas tempestivas por parte de los otros nos vimos cara al piso, saboreando un dulce sabor del fango, pasando de ser el primero o el de la mitad al último de la fila por lo menos dos veces en toda la trayectoria hasta la cima de la montaña. Era sábado de un diciembre, un día antes de que por fin cesaran de sonar por doquier los villancicos.
2. - ¿Y vos qué le estás pidiendo al niño Dios?
- Supongo que no estoy pidiendo nada.
- ¿Supones que no estás pidiendo nada?, ¿cómo así?, ¿o sea qué si estás pidiendo algo, pero no decís que estás pidiendo algo porque guardas la esperanza de que el niño Dios si te traiga algo?
- Mi niño Dios es un jibaro del barrio Antioquia al que ayer le pedí tres pacos de marihuana, pero no sé si me los dé mañana ya que se calentó todo feo con unos manes ahí. No creo que ese man se aparezca dentro de mucho. Entonces sí, supongo que ya no estoy pidiendo nada.
- Otra prueba más de que el niño Dios es un fraude.
- ¿Alguno de ustedes llegó a creer de verdad que el niño Dios existía?
- Yo sí creía… hasta que sospechosamente me dejó de traer lo que yo pedía y ya solo se limitaba a darme una camiseta, pantaloncillos y por último plata para que me gastara en la tienda de la esquina. Ese último regalo fue mera caspa, el de la plata, sólo me alcanzó para comprarme un paquete de papitas y una Pepsi.
- ¿Te gusta la Pepsi?
- Mi regalo de niño Dios siempre fue ir a beber aguardiente con mi papá.
- ¿Tú papá te daba aguardiente cuando eras niño?
- Me daba cuando ya estaba muy borracho, disque para que aprendiera a ser hombre cuando creciera.
- ¿Y sí aprendiste a ser un hombre?
- Tu cucho era mera figura.
- ¿Era?
- Sí, dejó de beber y ahora es disque Testigo de Jehová. No se lo aguanta ni el putas.
- Marica, ya quiero llegar a la cima, ¿descansamos un rato? éste camino está hecho una gonorrea.
- Viste, no aprendiste a ser un hombre como tu papá. Un hombre se convierte en testigo de Jehová y sube hasta la cima de cualquier montaña con tal de convertir a unos cuantos pecadores, y sin chistar.
- Palabra de Dios.
- Bobos hijueputas. ¿Descansamos o no?
3. Ese día, cuando llegáramos a la cúspide, como pasó en días anteriores que ya habíamos hecho dicha travesía, razonable y sonante a todo dar nos recibirían dos feroces perros Dobermann entrenados para matar y que custodiaban esa zona. Nos gustaba estar allí arriba por horas y horas, viendo como el día finiquitaba y renacía la noche, nos gustaba, a los que recién probábamos la marihuana, respirar aire fresco, escuchar a los pájaros y dejarnos llevar a un mundo en el que sólo existía la brisa golpeando en nuestras caras. Siempre nos negamos a que la cima de la montaña, desde donde se podía divisar todo el barrio Belencito Corazón - incluyendo barrios aledaños y la mitad de Medellín-, hiciera parte de una propiedad privada. El mundo no era justo y nosotros lo haríamos justo, así que ese día llevamos - como lo hicimos en días anteriores- unas pastillas soporíferas envueltas en pedazos de carne. Los dos perros Dobermann no tardaron en ser mansas criaturitas.
- Aaaah, tan lindoooos como duermen.
- ¿Cierto que sí?
- No sé por qué aquí en esta finca todavía tienen perros Dobermann si esa raza ya está pasada de moda. Ahora están de moda son los Rottweiler.
2. Es 23 de diciembre, en la cumbre de la montaña estoy acostado boca arriba sobre la hierba, al lado de uno de los perros Dobermann. Hace algunos minutos, o quizás horas, miraba dar vueltas la copa de los árboles y a lo lejos un cielo azul, naranjado, rojo moribundo, ahora veo una negritud llena de estrellas, llena de juegos pirotécnicos, llena de globos que si no los bajan a pedradas seguro aterrizaran en alguna casa o fabrica, quemándolas por completo. Sé identificar las constelaciones, el cinturón de Orión, La osa menor, la osa mayor; antes, de muy niño, acostados boca arriba Adrian, David, mi tío Ramón y yo en la terraza de la casa de mi abuela también mirábamos las estrellas mientras mi tío nos enumeraba cada una; esos tiempos no volverán.
- Niño Dios, te pido que esos tiempos vuelvan… “La esperanza de un Dios prometido ya vendrá, ya vendrá”.
1. – ¡Jueputa! me picaron las hormigas.- Dice alguno de nosotros. Hace días, creo, no escuchaba nada. Me siento y miro a Medellín de noche y en Diciembre, el mejor espectáculo.
- Marica, es que estás acostado en un hormiguero de cachonas.
- ¡Jueputa, duele mucho!
- Fúmate otro bareto, así no te duele.
- Hey, ¿ustedes creen que siempre vamos a ser amigos?
- Yo sí creo.
2. - ¿Y vos qué le estás pidiendo al niño Dios?
- Supongo que no estoy pidiendo nada.
- ¿Supones que no estás pidiendo nada?, ¿cómo así?, ¿o sea qué si estás pidiendo algo, pero no decís que estás pidiendo algo porque guardas la esperanza de que el niño Dios si te traiga algo?
- Mi niño Dios es un jibaro del barrio Antioquia al que ayer le pedí tres pacos de marihuana, pero no sé si me los dé mañana ya que se calentó todo feo con unos manes ahí. No creo que ese man se aparezca dentro de mucho. Entonces sí, supongo que ya no estoy pidiendo nada.
- Otra prueba más de que el niño Dios es un fraude.
- ¿Alguno de ustedes llegó a creer de verdad que el niño Dios existía?
- Yo sí creía… hasta que sospechosamente me dejó de traer lo que yo pedía y ya solo se limitaba a darme una camiseta, pantaloncillos y por último plata para que me gastara en la tienda de la esquina. Ese último regalo fue mera caspa, el de la plata, sólo me alcanzó para comprarme un paquete de papitas y una Pepsi.
- ¿Te gusta la Pepsi?
- Mi regalo de niño Dios siempre fue ir a beber aguardiente con mi papá.
- ¿Tú papá te daba aguardiente cuando eras niño?
- Me daba cuando ya estaba muy borracho, disque para que aprendiera a ser hombre cuando creciera.
- ¿Y sí aprendiste a ser un hombre?
- Tu cucho era mera figura.
- ¿Era?
- Sí, dejó de beber y ahora es disque Testigo de Jehová. No se lo aguanta ni el putas.
- Marica, ya quiero llegar a la cima, ¿descansamos un rato? éste camino está hecho una gonorrea.
- Viste, no aprendiste a ser un hombre como tu papá. Un hombre se convierte en testigo de Jehová y sube hasta la cima de cualquier montaña con tal de convertir a unos cuantos pecadores, y sin chistar.
- Palabra de Dios.
- Bobos hijueputas. ¿Descansamos o no?
3. Ese día, cuando llegáramos a la cúspide, como pasó en días anteriores que ya habíamos hecho dicha travesía, razonable y sonante a todo dar nos recibirían dos feroces perros Dobermann entrenados para matar y que custodiaban esa zona. Nos gustaba estar allí arriba por horas y horas, viendo como el día finiquitaba y renacía la noche, nos gustaba, a los que recién probábamos la marihuana, respirar aire fresco, escuchar a los pájaros y dejarnos llevar a un mundo en el que sólo existía la brisa golpeando en nuestras caras. Siempre nos negamos a que la cima de la montaña, desde donde se podía divisar todo el barrio Belencito Corazón - incluyendo barrios aledaños y la mitad de Medellín-, hiciera parte de una propiedad privada. El mundo no era justo y nosotros lo haríamos justo, así que ese día llevamos - como lo hicimos en días anteriores- unas pastillas soporíferas envueltas en pedazos de carne. Los dos perros Dobermann no tardaron en ser mansas criaturitas.
- Aaaah, tan lindoooos como duermen.
- ¿Cierto que sí?
- No sé por qué aquí en esta finca todavía tienen perros Dobermann si esa raza ya está pasada de moda. Ahora están de moda son los Rottweiler.
2. Es 23 de diciembre, en la cumbre de la montaña estoy acostado boca arriba sobre la hierba, al lado de uno de los perros Dobermann. Hace algunos minutos, o quizás horas, miraba dar vueltas la copa de los árboles y a lo lejos un cielo azul, naranjado, rojo moribundo, ahora veo una negritud llena de estrellas, llena de juegos pirotécnicos, llena de globos que si no los bajan a pedradas seguro aterrizaran en alguna casa o fabrica, quemándolas por completo. Sé identificar las constelaciones, el cinturón de Orión, La osa menor, la osa mayor; antes, de muy niño, acostados boca arriba Adrian, David, mi tío Ramón y yo en la terraza de la casa de mi abuela también mirábamos las estrellas mientras mi tío nos enumeraba cada una; esos tiempos no volverán.
- Niño Dios, te pido que esos tiempos vuelvan… “La esperanza de un Dios prometido ya vendrá, ya vendrá”.
1. – ¡Jueputa! me picaron las hormigas.- Dice alguno de nosotros. Hace días, creo, no escuchaba nada. Me siento y miro a Medellín de noche y en Diciembre, el mejor espectáculo.
- Marica, es que estás acostado en un hormiguero de cachonas.
- ¡Jueputa, duele mucho!
- Fúmate otro bareto, así no te duele.
- Hey, ¿ustedes creen que siempre vamos a ser amigos?
- Yo sí creo.
viernes, diciembre 19, 2008
TOP 5 Tarde del terror en un trancón de carros por más de cinco malditas hijuetantas horas
5. Todo porque al maldito Juanes le dio por dar un concierto en la orilla del río y entonces han cerrado vías principales por más de una semana.
4. Aunque sé que perderíamos por minoría – humanidad estúpida-, a los que no nos gusta Juanes ni poquito nos deberían consultar si queremos que un tipo que se daña las cuerdas vocales cada vez que grita “tengo la camisa negra“ nos mantenga en puto trancón de carros por más de cinco horas.
Mucho soñar de manera estúpida, así somos los humanos.
3. Días antes:
- ¿Vas a ir al concierto de Juanes?
- No.
- ¿Nooo? Todo mundo vamos a estar allá. Definitivamente a usted no le gusta nada.
¿No me gusta nada? Juanes lo es todo, soy un retrasado de mierda, según parece.
2. Digo: “Que os follen a todos.“
Pero eso no es un insulto. A la humanidad entera le gusta ser follada, ya sea que te lo metan por los ojos o por lo oídos, qué asexuados y algo así, baah, no existe.
1. Le subo volumen a una canción de La Polla Record: "...Mogollón de gente vive tristemente, van a morir democraticamente, y yo, y yo , y yo no quiero callarme. la moral prohíbe que nadie proteste, ellos dicen mierda y nosotros amén, amén, amén a menudo llueve.“
4. Aunque sé que perderíamos por minoría – humanidad estúpida-, a los que no nos gusta Juanes ni poquito nos deberían consultar si queremos que un tipo que se daña las cuerdas vocales cada vez que grita “tengo la camisa negra“ nos mantenga en puto trancón de carros por más de cinco horas.
Mucho soñar de manera estúpida, así somos los humanos.
3. Días antes:
- ¿Vas a ir al concierto de Juanes?
- No.
- ¿Nooo? Todo mundo vamos a estar allá. Definitivamente a usted no le gusta nada.
¿No me gusta nada? Juanes lo es todo, soy un retrasado de mierda, según parece.
2. Digo: “Que os follen a todos.“
Pero eso no es un insulto. A la humanidad entera le gusta ser follada, ya sea que te lo metan por los ojos o por lo oídos, qué asexuados y algo así, baah, no existe.
1. Le subo volumen a una canción de La Polla Record: "...Mogollón de gente vive tristemente, van a morir democraticamente, y yo, y yo , y yo no quiero callarme. la moral prohíbe que nadie proteste, ellos dicen mierda y nosotros amén, amén, amén a menudo llueve.“
martes, diciembre 16, 2008
TOP 5 MalalechePunketoide Imaginaria en: vale arrepentirse de algo supremamente estúpido que hiciste.
1. - MalalechePunketoide Imaginaria, el día de la madre y diciembre es lo más violento aquí en Medellín.
- Queridísimo amigo Enchuspín ¡¡¿EN SERIOOO?!! ¡NO TE LO CREO! Júralo por tu santa y por lo tanto asesina patria que eso es verdad. Júralo arrodillado, mirando el cielo y con una mano en el corazón. Jura que el día de la madre y diciembre no son paz, amor, rumba sin tiros al aire ni manos mutiladas por la pólvora ni marrano muerto a machetazos tirado desde la terraza de una casa. ¡JÚRALOOO!
- ¡AAYYYYY! ¡MALALECHEPUNKETOIDE IMAGINARIA, NO TENÍAS PORQUE DARME UNA PATADA EN LA ESPINILLA, Y MÁS CON ESAS BOTAS PLATINERAS QUE TENÉS! Ya había entendido el sarcasmo.
- Bueno. ¿Nos compramos un ron o qué?
- Sí, sí, pero me duele mucho la espinilla, no puedo caminar.
- Bueno, entonces te dejo aquí, yo voy a por el ron. Nos vemos.
2. MalalechePunketoide Imaginaria se compra media de ron, camina hasta el parque más cercano, se sienta en el piso al lado de un muro, abre la media, se bebe un trago largo, se enciende un cigarrillo, se bebe otro trago largo y de repente se queda mirando hacia el infinito. Cree que se tele transportó a su pasado:
“En la frente y mejillas de yo adolescente florece al acné. En la expresión de mis ojos se manifiesta: Vamos muchacho, ya tienes sombra de una barba prominente. Escuchas canciones sobre desengaño, depresión, desespero, lujuria, amor y vainas que te faltan mucho por entender. Vas al colegio, lo odias a muerte. La televisión es tu madre sustituta. Te gusta mucho el vino luminoso en garrafa, y la cerveza y el brandy y deberías probar el ron. En tu barrio las armas abundan en manos de mafiosos, milicianos, paramilitares, militares, sicarios, monjas que te pueden matar exclusivamente por subirte a un palo de mangos. Sabes que los humanos te hacen la vida imposible con la excusa de “oops, somos humanos, qué le vamos a hacer”. Vas a misa todos los domingos únicamente para ver mujeres. Te masturbas con sólo ver un escote femenino importándote un comino que dicha ensoñación sea fea, bonita, gorda, flaca, bajita, alta, sacada de una revista para el hogar, la esposa o novia de alguien que conoce tu familia, la vecina medio taramba que siempre habla de “tal o pascual ayer me llevó a dar una vuelta en su moto” y que vive una cuadra más allá. Muchacho, sigue el consejo de los que al parecer ya subieron de nivel: ¡Es hora de madurar!, ¡los niños son solo bufones!, ¡la niñez sirve para la nostalgia de unos cuantos que por la misma que estás pasando la dejaron atrás!”
MalalechePunketoide Imaginaria vuelve en sí, se bebe otro trago largo de ron y se levanta del piso.
- Nunca debí regalar mis juguetes.- Murmura mientras empieza a caminar- “A una isla del Caribe he tenido que emigrar y trabajar de camarero lejos, lejos de mi hogar, de mi hogar…”- Canta mientras fuma sin parar.
3. – Mi queridísimo amigo Enchuspín, volví. Te traje ron.
- MalalechePunketoide Imaginaria, sabía que ibas a volver. Ya puedo caminar, mira, bailo a lo Ian Curtis y todo: “the shadowplay, acting out your own death, knowing more, As the assassins all grouped in four lines, Dancing on the floor,…”
- Bien, bien. Enchuspín, a los doce años me daban plata para que comiera en los recreos de la escuela, pero prefería pasarme del hambre y ahorraba para comprarme G.I. Joe´s, soldaditos de plástico, transformers, Supermanes, Manzinger Z´s, He-manes, muñecos articulados baratos o caros, carritos, avioncitos, y lo que fuera en lo que terminara oliendo a babas de tanto jugar a la guerra intergaláctica, partidos de fútbol con arcos improvisados de miembros de juguetes dañados.
- MalalechePunketoide Imaginaria, no me has pasado el ron.
- A los diez años, un veinticuatro de diciembre, me dieron a escoger entre una bicicleta y un muñeco de mi tortuga ninja favorita, Donatello. Escogí la tortuga ninja ¿para qué iba a querer una bicicleta?
- MalalechePunketoide Imaginaria, el ron.
-¡AGGGHHH!
- MalalechePunketoide Imaginaria, no tenías que tirar la media de ron contra la pared. Que se derrame sangre pero no alcohol.
- Tienes razón mi queridísimo amigo Enchuspín, perdón.
- Ahora tenemos que ir por más.
- Te espero aquí.
4. MalalechePunketoide Imaginaria de nuevo mira hacia el infinito, otra vez se “tele transporta”:
“– Estoy buscando a quién regalarle mis juguetes, ya estoy muy grande para eso.
- Dáselos a mi hermanito.
- Mmm, puede ser. Se los voy a regalar a tu hermanito.”
MalalechePunketoide Imaginaria vuelve en sí.
- Hermanito de mi amigo en ese entonces, te odio con todo mí ser, sé que nunca disfrutaste de los juguetes que te regalé, los dejaste a un lado por ser alguien con un arma en la mano y creerte mejor persona.- Murmura.
5. - MalalechePunketoide Imaginaria, volví. Compré una botella de ron. Por favor no la tires contra la pared. Te doy la botella para que la abras.
- Todo es bien. Aunque quiera negarlo, me he comido enterito ese cuento de “hay que comportarse acorde a la humanidad”
- La humanidad es babosa.
- ¿Cierto que sí?
- Queridísimo amigo Enchuspín ¡¡¿EN SERIOOO?!! ¡NO TE LO CREO! Júralo por tu santa y por lo tanto asesina patria que eso es verdad. Júralo arrodillado, mirando el cielo y con una mano en el corazón. Jura que el día de la madre y diciembre no son paz, amor, rumba sin tiros al aire ni manos mutiladas por la pólvora ni marrano muerto a machetazos tirado desde la terraza de una casa. ¡JÚRALOOO!
- ¡AAYYYYY! ¡MALALECHEPUNKETOIDE IMAGINARIA, NO TENÍAS PORQUE DARME UNA PATADA EN LA ESPINILLA, Y MÁS CON ESAS BOTAS PLATINERAS QUE TENÉS! Ya había entendido el sarcasmo.
- Bueno. ¿Nos compramos un ron o qué?
- Sí, sí, pero me duele mucho la espinilla, no puedo caminar.
- Bueno, entonces te dejo aquí, yo voy a por el ron. Nos vemos.
2. MalalechePunketoide Imaginaria se compra media de ron, camina hasta el parque más cercano, se sienta en el piso al lado de un muro, abre la media, se bebe un trago largo, se enciende un cigarrillo, se bebe otro trago largo y de repente se queda mirando hacia el infinito. Cree que se tele transportó a su pasado:
“En la frente y mejillas de yo adolescente florece al acné. En la expresión de mis ojos se manifiesta: Vamos muchacho, ya tienes sombra de una barba prominente. Escuchas canciones sobre desengaño, depresión, desespero, lujuria, amor y vainas que te faltan mucho por entender. Vas al colegio, lo odias a muerte. La televisión es tu madre sustituta. Te gusta mucho el vino luminoso en garrafa, y la cerveza y el brandy y deberías probar el ron. En tu barrio las armas abundan en manos de mafiosos, milicianos, paramilitares, militares, sicarios, monjas que te pueden matar exclusivamente por subirte a un palo de mangos. Sabes que los humanos te hacen la vida imposible con la excusa de “oops, somos humanos, qué le vamos a hacer”. Vas a misa todos los domingos únicamente para ver mujeres. Te masturbas con sólo ver un escote femenino importándote un comino que dicha ensoñación sea fea, bonita, gorda, flaca, bajita, alta, sacada de una revista para el hogar, la esposa o novia de alguien que conoce tu familia, la vecina medio taramba que siempre habla de “tal o pascual ayer me llevó a dar una vuelta en su moto” y que vive una cuadra más allá. Muchacho, sigue el consejo de los que al parecer ya subieron de nivel: ¡Es hora de madurar!, ¡los niños son solo bufones!, ¡la niñez sirve para la nostalgia de unos cuantos que por la misma que estás pasando la dejaron atrás!”
MalalechePunketoide Imaginaria vuelve en sí, se bebe otro trago largo de ron y se levanta del piso.
- Nunca debí regalar mis juguetes.- Murmura mientras empieza a caminar- “A una isla del Caribe he tenido que emigrar y trabajar de camarero lejos, lejos de mi hogar, de mi hogar…”- Canta mientras fuma sin parar.
3. – Mi queridísimo amigo Enchuspín, volví. Te traje ron.
- MalalechePunketoide Imaginaria, sabía que ibas a volver. Ya puedo caminar, mira, bailo a lo Ian Curtis y todo: “the shadowplay, acting out your own death, knowing more, As the assassins all grouped in four lines, Dancing on the floor,…”
- Bien, bien. Enchuspín, a los doce años me daban plata para que comiera en los recreos de la escuela, pero prefería pasarme del hambre y ahorraba para comprarme G.I. Joe´s, soldaditos de plástico, transformers, Supermanes, Manzinger Z´s, He-manes, muñecos articulados baratos o caros, carritos, avioncitos, y lo que fuera en lo que terminara oliendo a babas de tanto jugar a la guerra intergaláctica, partidos de fútbol con arcos improvisados de miembros de juguetes dañados.
- MalalechePunketoide Imaginaria, no me has pasado el ron.
- A los diez años, un veinticuatro de diciembre, me dieron a escoger entre una bicicleta y un muñeco de mi tortuga ninja favorita, Donatello. Escogí la tortuga ninja ¿para qué iba a querer una bicicleta?
- MalalechePunketoide Imaginaria, el ron.
-¡AGGGHHH!
- MalalechePunketoide Imaginaria, no tenías que tirar la media de ron contra la pared. Que se derrame sangre pero no alcohol.
- Tienes razón mi queridísimo amigo Enchuspín, perdón.
- Ahora tenemos que ir por más.
- Te espero aquí.
4. MalalechePunketoide Imaginaria de nuevo mira hacia el infinito, otra vez se “tele transporta”:
“– Estoy buscando a quién regalarle mis juguetes, ya estoy muy grande para eso.
- Dáselos a mi hermanito.
- Mmm, puede ser. Se los voy a regalar a tu hermanito.”
MalalechePunketoide Imaginaria vuelve en sí.
- Hermanito de mi amigo en ese entonces, te odio con todo mí ser, sé que nunca disfrutaste de los juguetes que te regalé, los dejaste a un lado por ser alguien con un arma en la mano y creerte mejor persona.- Murmura.
5. - MalalechePunketoide Imaginaria, volví. Compré una botella de ron. Por favor no la tires contra la pared. Te doy la botella para que la abras.
- Todo es bien. Aunque quiera negarlo, me he comido enterito ese cuento de “hay que comportarse acorde a la humanidad”
- La humanidad es babosa.
- ¿Cierto que sí?
lunes, diciembre 15, 2008
TOP 5 Medellín en algún año inhóspito
5. 6:00 am de un viernes.
Casi dormido entro en el salón y camino hasta el último pupitre de la hilera izquierda, justo la que queda al lado de la ventana. Me siento en el pupitre. Dejo mi maleta en el piso, al lado de mis pies; nunca creí eso de que si dejas las cosas en el piso nunca vas a tener dinero para tirar para arriba mientras te rascas la barriga plácidamente; paparruchas puras de una humanidad que guarda la esperanza de ser otra cosa: los nuevos ricos del barrio.
6:05 am de un viernes de Noviembre. No quiero estar aquí.
4. Miro por la ventana. Suspiro con desidia. Maldigo el hecho de que la primera clase del día sea la de español y literatura ya que detesto con todas mis ganas a la profesora, una señora bajita, gordita, arrugada, con el pelo tinturado de rojo, con bigote y barba, con un labial más rojo que su pelo tinturado, vestida con colores llamativos hasta más no poder, y que un día me dijo “Pero sí serás burro, niño de mierda”. ¡Vieja igualada! ¡Vieja hijueputa!
3. Dejo de mirar por la ventana y miro hacia el frente. El salón se llena totalmente. En las caras de nosotros los estudiantes de sexto grado se ve claramente que nadie quiere estar aquí, que se espera con ansias el mediodía para dejar las tareas para cuando se nos chante la gana, que se espera la tarde, la noche, que llegue sábado, que llegue el eterno tedio del domingo y que, por obra y gracia de quién sabe qué, por fin lunes deje de existir.
Me pongo a dibujar algo sobre el pupitre justo cuando entra en el salón el adefesio ese de profesora. Está peor vestida que nunca. Mi dibujo empieza a ser una señora de barba prominente, vestida con rosado y violeta, a la que le tiran dardos sobre su nariz.
2. Apenas el mamarracho ese nos dice “buenos días” suena un ¡BOOOOOONG! que hace que las paredes del salón tiemblen. Un viento fuerte entra por la ventana.
Otro ¡BOOOOOOOOOONG!
Ese espantapájaros habla fuerte pero sabemos que esos ¡BOOOOOOOONG! no provienen de ella. Así que a empellones y a toda prisa todos salimos del salón. Llegamos al patio y lo primero que vemos es una inmensa y hermosa nube anaranjada que empieza a cubrir todo un cielo azul.
1. Seis muertos, diez heridos, una casa en la que fabricaban pólvora explotó. Esas fueron las noticias que nos llegaron cuando la cosa esa de profesora nos dijo “hoy no habrá clases, pueden irse”
Algunos solo atinamos a decir: Ya se ve que llegó Diciembre, bien.
Casi dormido entro en el salón y camino hasta el último pupitre de la hilera izquierda, justo la que queda al lado de la ventana. Me siento en el pupitre. Dejo mi maleta en el piso, al lado de mis pies; nunca creí eso de que si dejas las cosas en el piso nunca vas a tener dinero para tirar para arriba mientras te rascas la barriga plácidamente; paparruchas puras de una humanidad que guarda la esperanza de ser otra cosa: los nuevos ricos del barrio.
6:05 am de un viernes de Noviembre. No quiero estar aquí.
4. Miro por la ventana. Suspiro con desidia. Maldigo el hecho de que la primera clase del día sea la de español y literatura ya que detesto con todas mis ganas a la profesora, una señora bajita, gordita, arrugada, con el pelo tinturado de rojo, con bigote y barba, con un labial más rojo que su pelo tinturado, vestida con colores llamativos hasta más no poder, y que un día me dijo “Pero sí serás burro, niño de mierda”. ¡Vieja igualada! ¡Vieja hijueputa!
3. Dejo de mirar por la ventana y miro hacia el frente. El salón se llena totalmente. En las caras de nosotros los estudiantes de sexto grado se ve claramente que nadie quiere estar aquí, que se espera con ansias el mediodía para dejar las tareas para cuando se nos chante la gana, que se espera la tarde, la noche, que llegue sábado, que llegue el eterno tedio del domingo y que, por obra y gracia de quién sabe qué, por fin lunes deje de existir.
Me pongo a dibujar algo sobre el pupitre justo cuando entra en el salón el adefesio ese de profesora. Está peor vestida que nunca. Mi dibujo empieza a ser una señora de barba prominente, vestida con rosado y violeta, a la que le tiran dardos sobre su nariz.
2. Apenas el mamarracho ese nos dice “buenos días” suena un ¡BOOOOOONG! que hace que las paredes del salón tiemblen. Un viento fuerte entra por la ventana.
Otro ¡BOOOOOOOOOONG!
Ese espantapájaros habla fuerte pero sabemos que esos ¡BOOOOOOOONG! no provienen de ella. Así que a empellones y a toda prisa todos salimos del salón. Llegamos al patio y lo primero que vemos es una inmensa y hermosa nube anaranjada que empieza a cubrir todo un cielo azul.
1. Seis muertos, diez heridos, una casa en la que fabricaban pólvora explotó. Esas fueron las noticias que nos llegaron cuando la cosa esa de profesora nos dijo “hoy no habrá clases, pueden irse”
Algunos solo atinamos a decir: Ya se ve que llegó Diciembre, bien.
sábado, diciembre 06, 2008
viernes, diciembre 05, 2008
TOP 5 El diario de Jimmy Bang (2)
VI
Soy un poco más bajo que el Pequeño Juan que es una viga larga e inmensa que casi llega al cielo, y quisiera que dejara de respirar sobre mi cabeza; sufre de rinitis y es bastante fastidioso que las goteras de sus mocos caigan en mi cuello, se metan por dentro de mi camisa y bajen lentamente por mi espalda. Estamos al frente de una vitrina, de esas donde venden juguetes que yo no puedo comprar (por el escaso efectivo que manejo) pero de los que sí me puedo antojar. Estoy antojado de una pistola 9mm de balines. Quisiera meterle un balín al Pequeño Juan en un ojo. Por alguna mágica razón me dice que soy su mejor amigo. No quiero ser el mejor amigo de nadie.
- Jimmy, ¿Cómo te pueden gustar los juguetes?, ¿no estás muy grandecito para esas bobadas?- Me dice tras sus silbidos de nariz.
-Si a ti te gustaran los juguetes, no te hubiera dejado Sandra.- Le digo.
-Golpe bajo.- Me dice un poco ofendido.
- No Juan, no fue un golpe bajo. Es la razón.- Pondero sin que se fije en mi rostro de mofa.- Si tan solo dejaras a un lado tu convicción de hombre grande por un rato, y fueras un hombre más tierno, sacaras de vez en cuando el niño interno que hay en ti, Sandra no te hubiera dejado.
- Jimmy, a lo mejor tienes razón.- Me dice el bobo grande éste.
Miro el reloj de la vitrina, son las once de la mañana. Es hora de despedirme de Juan.
- Juan, me tengo que ir. – Le digo.
- ¿A dónde?
- No sé, Estoy cansado.
- Entonces te llevo.
Lo bueno es que andando con el Pequeño Juan no tengo que sacar un duro para pagar un taxi.
VII
La pared es rosada y tiene afiches de Bruce Lee que están pegados por toda la habitación. La cama tiene un colchón suave y al lado de esta se encuentra una mesa de noche en la que hay una pequeña lámpara encendida y un paquete de cigarrillos. La habitación huele a incienso.
Me pregunto qué carajos hago aquí. No recuerdo como llegué. La cabeza me da vueltas como si tuviera resaca. Pero no puede ser, no recuerdo que bebiera algo ¿O sí?. Creo que tengo fiebre porque los labios no me paran arder. A eso se suma que cuando hice el intento de levantarme de la cama me caí al piso. Sobre un vomito que a lo mejor es mío. No lo sé. Estoy sudando a chorros y siento escalofríos, me duelen los brazos, como si hubiera hecho mucho ejercicio. Quiero un cigarrillo y el paquete de cigarrillos esta vació. Tengo sed. Los ojos se me están cerrando. Tengo mucho sueño.
VIII
Sé que soñé con mi prima Sara, pero no sé qué soñé. Estoy muy cansado para averiguarlo.
IX
Tedio, tedio, tedio, tedio, tedio, tedio, tedio, tedio... ya me sé cuantas tonalidades de pintura verde tiene el techo.
X
Oigo la puerta. No recuerdo haber escudado nada hace tiempo. Abren la puerta. No recuerdo que nada se moviera hace tiempo. Me hago atrás de la puerta, pero primero agarro la lámpara. Estoy dispuesto, a golpe limpio, a abrirle la cabeza al que entre en esta habitación. Estoy secuestrado… bah, ¡¿En serio?! ¡¿No me había dado cuenta?!
jueves, diciembre 04, 2008
TOP 5 Canciones que más escuché y re contra más escuché éste año, al punto de: “Basta, no más. Aunque si quieres vuélvelas a escuchar, cabrón.”
5. Thunder Road – Bruce Springsteen
4. Nothing Came Out – The Moldy Peaches
3. Good Fruit – Hefner
2. Lover, You Should Have Come Over – Jeff Buckley
1. I´m So Tired Of Being Alone – Al Green
Duro escoger de una lista de aproximadas cincuenta canciones sólo cinco de ellas. A lo mejor se viene una segunda parte de éste TOP… o no. Dime tus canciones.
4. Nothing Came Out – The Moldy Peaches
3. Good Fruit – Hefner
2. Lover, You Should Have Come Over – Jeff Buckley
1. I´m So Tired Of Being Alone – Al Green
Duro escoger de una lista de aproximadas cincuenta canciones sólo cinco de ellas. A lo mejor se viene una segunda parte de éste TOP… o no. Dime tus canciones.
miércoles, diciembre 03, 2008
TOP 5 Algo que asumía perdido de un tiempo remoto y que no sé en que a final de cuentas finalizó:
El diario de Jimmy Bang
I
Diciembre del 2003
Un paquete de cigarrillos y un encendedor barato rojo siempre me escoltan a donde vaya; en una cafetería, en una biblioteca, en un bar, en un centro comercial, donde mis abuelos y mis quince tíos, donde mi mamá, en una sala de emergencias; que es donde precisamente me encuentro. Está sentado a mi lado el taxista (Un hombre fornido y con aspecto de Skinhead) que me transportó hasta aquí e insistió que le llamara el Pequeño Juan.
-¡Por favor!, dejemos el formalismo, nada de hombre del taxi, llámeme Pequeño Juan.
No es por dármelas, pero siempre he sido beneficiario de una incomunicación absoluta a lo que es mi entorno. Sé que considerables individuos no aprecian eso como la gran cosa, que repudian mis potestades y me toman por otro freak más en este planeta. Por lo frecuente, odio a esta clase de tipos, pero a veces, algo en mí, les da la razón. Agradezco de todo corazón que el pequeño Juan esté conmigo, y que espere pacientemente a que me atiendan.
En contra de todos los avisos de “prohibido fumar, esto es un recinto cerrado”, enciendo mi cigarrillo. Me gustan los cigarrillos fuertes. Los cigarrillos mentolados y los suaves son para niñas. Sé que no debería estar fumando en éste sitio porque hay gente enferma, yo mismo estoy enfermo, pero no me importa. Las salas de emergencias me deprimen. Creo que estoy en todo el derecho de hacer lo que me plazca cuando estoy deprimido.
-Señor aquí no puede fumar.- Me dice una anciana con el cabello tinturado de morado, de esas tan escasas en estos días. Añoro esos días.
- Vea señora, puedo fumar donde quiera. Estoy sumamente deprimido y... ¡Maldita sea, estuve a punto de morir!- Le grito a la anciana mientras le muestro mis brazos tajados por una cuchilla de afeitar.- ¡¿Ve señora?! ¡¿Ve mis putos brazos?! ¡Éste es mi puto cuarto intento de suicidio!- Mientras le grito, la señora, sorprendida y con una extraña dificultad (usa bastón) se levanta de su silla y camina hacia la otra esquina de la sala.- ¡Señora! ¡La cuchilla de afeitar nunca había sobrepasado mi brazo más de dos pulgadas, ésta vez llegó casi a un centímetro! ¡Por irónico que parezca, casi me muero! ¡Nunca había visto tanta puta sangre en toda mi vida! al menos no en vivo ¡Y por eso es que puedo fumar donde me plazca!
- ¡Mierda, hombre! Yo tampoco había visto tanta sangre en vivo - Me dice el pequeño Juan – casi me desmayo. Pero soy un hombre fuerte. Me he leído todos los libros de Paulo Coelho.
Miro al pequeño Juan. Su rostro esta borroso. Todo me da vueltas. Creo que voy a desmayarme.
II
- ¡Somos gente sensible y tenemos mucho amor para dar Jimmy! – Me dice uno de mis quince tíos mientras me abraza y sus lágrimas empapan mi ropa nueva del treinta y uno de diciembre- Por todo el amor que hay en el mundo, no lo vuelva hacer, no se suicide. Usted sabe que lo queremos mucho. Y su mamá también lo quiere mucho. Tenga consideración de ella, está pasando por un momento difícil. - Sí, sí, tío Alberto, no lo vuelvo a hacer. Y sí, tengo en cuenta a mi mamá- Le digo para consolarlo, para que deje de abrazarme.
Estoy desesperado, ya solo faltan diez segundos para el año nuevo y quiero ser el primero en darle el feliz año a mi prima más buenorra. Toda la noche ella y yo nos hemos coqueteado y hemos estado jugando a quién es el primero de los dos que quita su mirada de los ojos del otro. Por supuesto, yo he perdido todas las veces.
- Jimmy, en serio ¿Me lo promete?- Me dice mi tío Alberto sin quitar la mirada de mis ojos. Su aliento apesta a alcohol.- ¿Me lo promete? - Asiento sabiendo que de nada vale ya que es víspera de año nuevo, el momento en que todos nos abrazamos, lloramos sin razón alguna aparente, y nos prometemos cosas absurdas que vamos a olvidar en la resaca del día que viene. - Bueno, Jimmy, conste, me lo prometió.- Me lo dice pegándome una palmadita en las mejillas. Me da un beso en la frente y se aleja hasta la barra de las bebidas. Se sirve otro whisky con hielo. Su trago favorito.
Voy a por mi prima. La busco por la sala abriéndome camino a través de mis otros tíos y esposas de mis tíos. Todos quieren abrazarme, pero al no conseguirlo se abrazan entre sí dándose el mutuo feliz año. Todos parecen rebosar de alegría, algo de lo que siempre he carecido; es lo que me dijo mi abuelo hace tiempo atrás, cuando yo apenas era un niño de diez años:
- Jimmy, desde que naciste tus ojos carecen de alegría. Siempre has sido la oveja apartada del rebaño.- Por supuesto, en esa época, yo no tenía ni idea de lo que él hablaba. Sus sabias palabras las vine a comprender después. He sido la oveja apartada del rebaño desde que tengo uso de razón. A veces siento que no encajo en ninguna parte.
fin lucro mi cometido y llego a donde mi prima. Ella me recibe con una sonrisa.
–Hola Jimmy.
- Hola Sara. Feliz año.
Nos abrazamos y damos vueltas por toda la sala. Ambos sabemos que estamos necesitados el uno del otro. Ninguno de los dos ha tenido sexo en mucho tiempo. Su piel exuda feromonas y yo tengo el falo tieso.
- Jimmy, nos vemos mas tarde en la terraza. Estoy sin bragas.- Me dice y asiento complacido.
III
Enero del 2004
El encuentro con Sara en la terraza resultó un verdadero fiasco. Y no por ella, por mí. Yo sólo quería sexo. Ella quería hablar, de alguna manera quería desahogarse de sus problemas conmigo. Tengo fama de ser alguien con él que se puede contar si se complican las cosas. Yo acudo a la solución de esos problemas, no por ser buen samaritano, sino por evitar el aburrimiento. Esta vez no fue así.
- Jimmy, ¿a veces cuando te levantas, no sientes que no tienes qué hacer en éste mundo?, ¿qué todo es igual?, ¡Oh, que boba, ¿qué preguntas hago?, se me olvidaba que hace poquito quisiste suicidarte! - Me dijo ella tras una bocanada a mi cigarrillo. Odio compartir cigarrillos. También odio a esas personas que no se fuman un cigarrillo entero y por eso lo tienen que compartir con alguien que si se lo fuma.
-Sí, hace poquito quise suicidarme.- Le dije tras un sorbo a mi Martini.
-¿Pero lo vas a volver hacer?- Me preguntó.
- No sé, de pronto dentro de algunos meses. O semanas, Cuando mi mamá se recupere, quien sabe. - Le respondí.
- A veces siento que te admiro por querer abandonar éste mundo.- Me dijo, y se puso a llorar. Las lágrimas le corrieron el maquillaje; una erección mía no se hizo esperar.
-Y ¿me contabas hace un rato que no tienes bragas?- Le dije.
-Jimmy, no es momento para pensar en sexo. Es momento de hablar. Hay tantas cosas de las que hay que hablar. Sobre todo tú, Jimmy - Me dijo.
-Espérate ¿Podrías decir ¡Acción!?- Le dije.
- ¿Qué?- Me preguntó sorprendida.
- Sí. ¿Podrías decir ¡Acción!?- Le repetí.
- Acción.- Dijo sin saber por qué.
- Primera escena: me muero de aburrimiento, me voy y te dejo sola.- Le dije en disposición de marcharme.- Segunda escena: bajo, busco el baño, entro en él, cierro la puerta y me hago una paja en honor tuyo. Tercera escena: Salgo del baño y termino de emborracharme hasta quedar sin conciencia y tirado en una esquina de la casa. Cuarta escena: me despierto mañana con resaca y sin acordarme de nada de lo que pasó ésta noche. Quinta escena: dentro de algunos días, si por alguna razón te antojas de sexo conmigo, me puedes llamar. De lo contrario no.- Le dije ésto y me marché de la terraza.
-¡Jimmy! ¡Jimmy! – Escuché que me llamaba. No le hice caso.
En realidad, si fui a hacerme una paja al baño, pero no pude. El baño estuvo ocupado toda la noche por uno de mis tíos. Ese tío se quedó dormido con la cabeza dentro de la taza del inodoro. No se ahogó porque “El diablo protege a los borrachos”. A mi tío llevo dos años viéndolo en las mismas, desde que lo dejó su esposa por un tipo con más plata. Él llama a su esposa cada fin de semana para preguntarle por sus hijos, y para que vuelvan a ser una pareja feliz. Ella, simplemente lo manda a la mierda.
Dada mi calentura, busqué por toda la casa un sitio digno de una paja. Lo que encontré fue la habitación de uno de mis tíos (mi tío gay). Entré en esta, cerré la puerta y me imaginé a Sara en cuatro sobre la cama: Su culo a la altura de mi cabeza y ella diciéndome “mi culo es tuyo Jimmy, haz lo que quieras con él”. Sentí que tocaban la puerta de la habitación. Era mi mamá. Quería hablar conmigo. Yo espere que bajara mi calentura y le abrí.
- ¿Qué estabas haciendo aquí?- Me preguntó.
-Leyendo.- Le dije. Con esa disculpa nadie podría dudar de mí. Mi tío es poseedor de una gran cantidad de libros. Por él leí a los doce años a Henry Miller y a Charles Bukowski.
- ¡Ah!, Jimmy, mijo, necesito hablar con usted.- Me dijo mi mamá creyéndose mi mentira.
- Hablemos.- Le dije.
- Jimmy... al fin decidí que me voy a separar de su papá.- Comenzó a llorar.- Aunque lo quiero mucho ya no puedo seguir con él. Usted sabe que me dolió mucho lo que hizo.
Mi papá le hizo mucho daño a mi mamá. Cuando todos creían que eran la pareja perfecta todo se vino abajo. Mi papá tenía amoríos con otra mujer hacia dos años y de un momento a otro la dejó embarazada. Mi mamá se enteró por casualidad.
- Jimmy... mañana me voy de viaje. Viajo para Argentina. Necesito estar un tiempo sola y voy a estar allá por lo menos un año. ¿Usted me entiende, cierto?- Me dijo. Asentí.- Aunque me voy muy preocupada por usted. ¿Por qué quiso suicidarse?
No supe que decirle, ¿qué le iba a decir? ¿Que toda la vida me he sentido solo? ¿Qué nada me emociona? ¿Qué todo me da igual? No, no le podía decir nada. Eso la haría sentir más mal de lo que estaba. Le habría hecho sentir que fracasó en su intento por hacerme feliz. Ella siempre fue una buena madre.
IV
El pequeño Juan me llamó a eso de las cinco de la tarde. Yo estaba dormido y con resaca. No le contesté. Es un amigo que no quiero. Me dejó un mensaje en el contestador:
- ¡Jimmy! Feliz año. Quiero hablar contigo... Hombre, No estoy bien. Y supuse que, como tú sabes bastante lo que es estar mal me podrías dar algunos consejos. Ya sabes, siempre estás deprimido y esas cosas. Desde que hablé contigo ese día que, bueno tú sabes, ya no me sirven los libros de Coelho. ¿Qué me podrías recomendar?, ¡Ah!, ¡que no sea pegarme un tiro o cortarme las venas! No quiero eso... a pesar de todo sigo siendo un hombre bastante optimista... bueno, no, yo lo llamo más tarde.
Me levanté a eso de las nueve de la noche y salí a dar una vuelta por la ciudad. Visité los sitios de siempre, o lo que había abierto en esa fecha del año: un bar de mala muerte.
Me senté en la barra. Pedí cerveza toda la noche y la combine con esporádicos Tom Collins. La mesera era bonita; dijo que se llamaba Marilyn.
-¿Marilyn Monroe? – Le pregunté con una sonrisita idiota.
-Je, je. Si recibiera plata cada vez que me hacen ese chiste tan malo sería la mujer más rica del mundo.- Me dijo. Luego me ignoró toda la noche.
Si recibiera plata cada vez que me ignoran por mis malos chistes, sería el hombre más rico del mundo.
V
A la salida del bar, bastante borracho y dispuesto a caminar hacia la casa en medio de la lluvia por un maldito arrebato poético de esos que me dan últimamente, me topé con el Pequeño Juan. Me vio desde su taxi y me pitó tres cuadras seguidas mientras yo trataba de no tomarlo en cuenta. Al fin tanta insistencia me convenció.
- Hey Juan, ¿qué hubo?- Le pregunté mientras me subía al taxi.
-Juan no, Pequeño Juan.- Me aclaró al mismo tiempo que ponía en marcha el auto.
- Whatever- Le dije y me encendí un cigarrillo.
- Ahorita escuché en la radio que el cigarrillo afecta los huesos, que da osteoporosis. Jimmy, sería bueno que dejaras el cigarrillo- Me dijo Juan.- ¿A dónde vamos?
- A cualquier parte, no tengo ganas de llegar a mi casa. Total, nadie me espera.- Le dije.
- Jimmy, eso es muy triste.- Me dijo.
- Soy un hombre triste. – Le dije y le sonreí.
- ¿Sí oíste los mensajes que te dejé en el contestador? Te llamé toda la tarde.- Me preguntó.
- No, no los oí.- Le dije mentiras
-¿Jimmy, quieres comer algo? Yo invito.
- Sí. ¿Pero supuestamente no estás trabajando?
- Ya trabajé mucho. Me da gusto haberte encontrado. Quería hablar contigo. Por hacerme el gracioso le dije a Sandra que termináramos, que nos diéramos un tiempo. Que quizás así las cosas mejorarían. ¿Sabes qué le dije, literalmente? Le dije: “Sandra, quiero terminar contigo, y no porque no te quiera. Al contrario. Nunca antes estuve tan enamorado de una persona. Las personas y yo nunca nos hemos llevado bien.” Jimmy yo de alguna manera soy como tú. Pero se me salió el tiro por la culata, ella se enojó conmigo.
- Quiero comer hamburguesa.- Le interrumpí.
- Sí lo que sea. Traté de explicarle a Sandra porque había tomado esa decisión tan repentina, pero eso sólo complicó más las cosas. Ella no lo tomó bien. La verdad, no entiendo a las mujeres ¿Pero quién las entiende? ¿Tú las entiendes?...Bueno, entonces para defenderme le dije: “Sandra, Tú eres la única con la que puedo hablar sobre telenovelas, del heavy y de lo mal que me cae el Real Madrid. Por ti soy una mejor persona. Cambiaste mi vida. Ya hasta conseguí trabajo... Sandra, ¿Sabes?, Me da rabia saber que dependo totalmente de ti. Yo siempre he sido alguien solitario. Me da rabia que lo primero que hago al despertarme en las mañanas es pensar en ti. Que en todas partes, vaya donde vaya, pienso en ti. En que quiero verte y quiero besarte. Hacerte el amor salvajemente. Si estuvieras en mis zapatos, sabrías que eso es una mierda. Que enamorarme para mí es de lo peor... ¿y ahora tú te enojas conmigo por una charla?” Jimmy ¿Y sabes qué me dijo Sandra? Me dijo que nunca estuvo enamorada de mí, que yo solo era un modo de perder el tiempo. - Juan, ¿podrías ir más rápido? Tengo hambre- Lo interrumpí.
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