1. Recuerdo que mi profesora de primero de primaria me parecía muy bonita. Si no estoy mal se llamaba Silvia, tenía la piel muy blanca, con muchas pecas, y su pelo era de color negro (todo el tiempo lo llevaba agarrado en una coleta de caballo). Recuerdo extrañarla cuando en segundo de primaría ella no volvió por la escuela, tengo imágenes en mi cabeza: yo llorando en cualquier parte.
2. Uno de los hijos de mi profesora de segundo y tercero de primaria se suicidó hace poco, era bombero.
3. Mi profesora de cuarto y quinto de primaria se llamaba la Hermana Luzmila; terminé la primaria en una escuela de monjas (en el convento de La madre Laura – madre ahora beatificada, y que literalmente se daba latigazos en su espalda hasta arrancarse la piel, dizque por pecadora; hay cuadros que lo comprueban; están en ese convento).
4. Profesora horrible y con bigote, de sexto de mi bachillerato, con tu olor rancio: ¡te odié tantoooo!
5. En Diez y en Once de bachillerato todos mis compañeros se morían por la profesora de religión, tenía fama, y su fama le predecía desde años atrás, con gente que inclusive ya estaba en la universidad o que eran de esos viejos pillos con barba y muy baleados, que ahora ya casi todos están muertos, que se mantenían en la esquina del barrio: “a todo estudiante que le cae bien ella lo masturba, y lo hace rezando”. No me consta, yo le caía mal.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario