5. A los 15 años, ansioso por experimentar cosas nuevas, fui a una ciudad de hierro con algunos de mis amigos de esa época. Ella, bonita, pelo castaño y de vestir “casual”, se sentó a mi lado, en el Kamikaze. Cuando ya nos pusieron todos los seguros posibles - para que estando cabeza arriba, monedas cayendo y contemplando la ciudad tan bonita desde lo alto (algunos con los ojos cerrados) no nos desfondáramos contra el pavimento-, con la adrenalina a 1000, ella me cogió la mano… y la miré y ella me miró, nuestras narices chocaron y, nos besamos. (Ese fue el único beso que me di con ella, pero lo voy a recordar siempre)
4. Caminábamos carretera abajo hacia Amaga - después de un largo e improvisado paseo donde el objetivo principal fue tirar charco – cansados, sedientos, oliendo maluco y maldiciendo el sol que todavía a esa instancia, 5:00 PM, seguía arrojando sus malditos 36 grados. Yo llevaba en la mano el poderoso báculo del caminante – un palo de bambú que me encontré en cualquier rastrojo, el mejor palo para un paseante - y ella, caminando en silencio, malhumorada quien sabe porqué (mujeres), mirando el pavimento y obviamente muy exhausta, tenía las manos vacías. Como todavía me quedaban fuerzas, me ofrecí a llevarla cargada en los hombros, a caballito. Ella sin preguntárselo dos veces aceptó, e inmediatamente se arrojó contra mi espalda, no previendo que el báculo lo tenía muy cerca de mi cabeza, y casi se saca un ojo. “Changos”, me dije pensando que ya la había dejado tuerta y la mire, preocupado. Ella me miró, me sonrió, me dijo “Fresco pelao que estoy bien, hágale, siga caminando” y me dio un tierno beso en la nuca. En ese momento me dije “Estoy enamorado, esta es la mujer de mi vida”. (Meses más tarde ella demostraría que era una perra sin corazón, pero ese momento yo no lo olvido)
3. Una amiga – a la que llevaba más de dos meses sin verla-, un amigo, y yo, decidimos pasar la noche de un viernes en Melodía para dos (bar donde pasan videos de música romántica de la vieja). Nos sentamos a una mesa, pedimos birras, charlamos, nos reímos, en momentos nos quedábamos lelos con los videos o cantábamos a viva voz y, sin más, seguíamos platicando. Avanzada la noche el Dj puso el video “Solo queda” de la siempre hermosa Jeanette y, obvio, con esa letra tan triste y desgarradora se produjo un silencio entre nosotros – creo que en muchas mesas contiguas pasó lo mismo -, mi amigo alabó la belleza de Jeanette y yo sé lo corroboré diciendo "sí", pero mi amiga, mi amiga empezó a canturrear la letra por lo bajo y sí la mirabas bien, desventaja de la luz mortecina del lugar, podías ver las lagrimas que salían de sus ojos. Cabe decir que rápidamente mi amiga nos contagio su tristeza y por poco casi lloramos mi amigo y yo (hombres). (Los tres estábamos despechados – seguimos despechados, ja- y esos momentos compartidos de despecho son pocos y más entre tres, porque “ley de Murphy”: en tu grupo de amiguetes nunca falta el que es miserablemente feliz con su novia – maldito-. Por eso este momento no se olvida tan fácil.)
2. Mi amigo me lo dijo por el msm (yo sólo omití nombres y lo acomode un poco ya que no me lo dijo de corrido y en orden, je, je): estábamos en tu habitación, ella se asomó a tu ventana, era de noche, vos estabas en la sala, ella saludó y yo era el único al que conocía (hacía frío) y abrazaba un suéter blanco, inclinó la cabeza y me dijo: abrime la puerta... y marica... automáticamente desaparecieron de la habitación: Sultano, la novia de sultano, y mengana… ahí me di cuenta que realmente me estaba muriendo por esa pelada. (Para mayor efecto escúchese una canción de Leonardo Favio o Camilo Sesto y comprenderá)
1. Estábamos reunidos en un bar llamado La oreja de Van Gogh (la verdad no me acuerdo si se llamaba así, pero si sé que tenía que ver algo con Van Gogh), escuchando buena música (en ese tiempo algunos amiguetes colocaban la música en ese lugar) y disfrutando de unos martinis (como buen chico diferente que soy, era el único que se estaba tomando otro trago que ya ni me acuerdo el nombre, pero que era una cosa toda "brava", oiga) , en un momento de la noche uno de mis amiguetes sacó la aceituna de su martini, se la puso en el ojo a una muchacha (a la que ni le hablaba y años atrás le había puesto el sobrenombre de “la metalera masajista”) y sin más, se comió la aceituna de su ojo y luego se lo lamió. (Sí, sé que conté la historia como a las carreras pero entiendan, a pesar que fui testigo estaba muy borracho y no me acuerdo de gran cosa. Lo que puedo decir es que meses más tarde estos dos se hicieron novios y ahora son felices y comen perdices. El momento quedó de número uno porque entre amigos y conocidos el momento es legendario)
*Ñapa*: Jeanette en sólo queda: “Sólo quedan las ganas de llorar al ver que nuestro amor se aleja. Frente a frente bajamos la mirada pues ya no queda nada de que hablar, nada.”
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9 comentarios:
malparido, tengo ganas de llorar
banda sonora de este top:
1. Vivir así es morir de amor.
2. Ella ya me olvidó.
3. Pequeña y fragil.
4. La cinta rosa.
5. Te amo.
Mamonazos trillados, por eso sirven... jeanette no cuenta porque está nombrada.
este top me está volviendo mierda
Soy el "amigo" del punto 3. quiero aclarar una cosa: en esa mesa yo no estaba despechado, estaba malaleche, es muy distinto... el efecto de la escena fue poderoso es porque la malalechés se evaporó y sólo quedó un poco de autocomplascencia.
buen top
negro te odio! tedije qe me re pelie mal con la tecnology y me haces entrar aca qe no caso ni una nada! ajajjaja nose donde aparecera esto.. pero la intencion vale!
TE KIERO MUCHO... EL SABADO NOS VEMOS! TESTRAÑOO!! MUCHOS BESOS SOKETE!
LA-COLO*
Byron, vos sos un grosso... Un grosso total. Junto con tu amigo (el flaquito, frágil e hincha de Colón) me vuelan la peluca cada vez que entro a este puto blog. Y este top five es muy nostálgico. Nunca voy a borrar la frase de mi cabeza "Meses más tarde, ella demostraría que era una perra sin corazón..."
Un abrazo.
Hubo que esperar a que fuera domingo y a que tuviera guayabo para finalmente decidirme a buscar y leer tu blog, negro.
Soy el amigo del punto 1 y debo aclarar un par de cosas:
1. Yo no fui quien apodó Metalera Masajista a la Metalera Masajista.
2. Estos dos personajes no se hiciernon novios meses mas tarde, sino años mas tarde.
ya.
Joni, caga parches
Yo estaba en la historia del punto 1 y ni cuenta me di de la vaina de la aceituna, creo que ya había bebebido demasiados martinis, aunque también creo que soy un poco güevón y ni en sano juicio me hubiera dado cuenta de lo que sucedió, pero buen punto y buen blog.
¿Qué hace Joni bebbiendo los sábados? Ya se bebe es los martes señor.
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