1. De fondo suena una canción de Tom Waits (Chocolate Jesus), estoy parado en el medio de la habitación, me fumo un cigarrillo con sabor a cereza (muy dulce para mi gusto; si de fumar ha de tratarse cualquier cosa, no quiero que sea dulce). Un extraño viento me pega en la cara; en esta habitación no hay ventanas, ni tampoco hay puertas. Mis pies no tocan el piso.
2. De mi pecho se sale mi corazón, sale disparado hacia una de las paredes. Se estrella con gran estruendo, un estruendo del tamaño de la caída de una bomba atómica. Me pregunto si las bombas atómicas son estruendosas.
- Pregúntale a los que después de ese once de septiembre olvidaron, me refiero a los de Hiroshima. – me dice Jesús.
- ¡Jesús! ¡¿En verdad si fue realidad que resucitaste al tercer día?! – digo.
- No he resucitado nunca, sólo me fui a tomar un café. Tomé tanto café que me he vuelto un tanto imperativo.
- Jesús, tomémonos un ron.
- Yo solo tomo vino para consagrar.
- Jesús, casposo.
- Mi papá, Dios, me envició.
- Tu papá es un casposo.
- Shiisssff, él oye todo.
3. Muerdo una manzana, lo que hace que me expulsen del paraíso. Mira vos, el paraíso era una habitación cerrada. De fondo sigue sonando la misma canción de Tom Waits (nunca antes le había puesto atención a una canción de él; ya me encanta esa canción.). Mis pies se alejan cada vez más del piso.
4. Mis piernas se van volando, las veo en el cielo, y tienen boca y sonríen y me dicen adiós con sus manos; ¡tienen manos!. No sé cómo me las arreglo para ponerme a bailar sin corazón y sin piernas, pero igual me pongo a bailar.
- Yo bailo como me enseñó mi papá.- dice Jesús.- bailo a lo indio: ja, je, jo, ju, ah, ah, ah, ho, ho, ho, ju, ju… mi papá come corazones al desayuno. Saben bueno.
- No quiero comer corazones. – digo.
- Yo no quería comer Sushi, pero igual lo comí. Qué cosa tan asquerosamente rica.
- Nunca comeré Sushi.
- Nunca digas nunca, yo por ejemplo dije que nunca iba a estar en una cruz, y ya ves.
- Pero es que vos sos pura imaginación, en realidad nunca estuviste ahí, ni siquiera existes.
5. Me despierto en la misma habitación, despertando de un sueño que es un sueño, pensando que la vida que es un sueño es igual de inverosímil a la vida misma. … luego, sí me desperté.
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3 comentarios:
Jejeje, qué buen sueño. risis
umm chocolate jesus ummm
Vilma: risis
Ms. Martin: ummm
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