TOP 5 Situaciones de esas que… a la mierda (Parte 4)

Mano al control remoto que voy a ver Lost, mi serie favorita, la serie que espero sagradamente todos los lunes, la serie que va en su tercera temporada (que no está tan buena como las dos primeras temporadas, pero bueno), la serie que no he sido capaz de ver anticipadamente en Internet porque de alguna manera me gusta el suspenso que generan los comerciales en AXN. A vos Federico (objeto que de mi imaginación hablés, muñeco de peluche que tengo desde que nací y el cual ha sobrevivido a tormentas, temblores de tierra, perdida en un desván frio y polvoriento por más de cuatro años, en el pelo tinte rojo compuesto de acrílico para pintar cuadros, perros rabiosos, niños problemáticos que siempre quieren jugar con juguetes de colección, mamá qué dice: “mijo, boté ese muñeco, yo sé que lo tiene desde que era niño, pero es que ya está muy feo”) te nombro mi esbirro, mi vengador anónimo, mi santa inquisición, mi paramilitar de cabecera. Ojo pues Federico, que nadie me hable, que nadie me llame, que nadie me fastidie, que rueden cabezas, que mueran en la hoguera todos esos que no respetan, todos esos que se las dan de guerrilleros.

FEDERICO: Patrón, patrón, pero no está en su casa, para mí esa misión es imposible, no soy ningún Tom Cruise.
BYRON: ¿Ah? ¿No estoy en mi casa?
FEDERICO: Patrón, patrón, no, no está en su casa, está en la casa de su novia.
BYRON: ¿Ah? ¿Estoy en la casa de mi novia? Y ¿entonces vos qué haces aquí Federico, si vos no salís de mi casa?
FEDERICO: Patrón, patrón, yo no sé, su imaginación, su imaginación.
BYRON: Mierda Federico, estamos perdidos.
FEDERICO: Patrón, patrón, sí, está perdido.

Las luces están prendidas (en mi casa yo nunca veo Lost con las luces prendidas), se oyen ruidos de gente afuera de la habitación (en mi casa no oigo ruidos de gente afuera de mi habitación), se oyen ladridos de perros (en mi casa no tengo perros), empieza Lost en AXN y se oye la voz de ella preguntando cualquier bobada que nada tiene que ver (¿Por qué me molesta que ella me hable cuando voy a ver Lost, después de todo sólo es una serie de TV que puedo ver mañana en la repetición del medio día?), se sigue oyendo la voz de ella, se siguen oyendo los ladridos de los perros, se siguen oyendo los ruidos de las personas afuera de la habitación, y yo ya no sé qué escuchar ¿los diálogos de los personajes de Lost , los ruidos de la gente afuera de la habitación, los ladridos de los perros -Guau, guau: “eres un perro”. Guau, guau: “pero tú eres una perra”- o lo qué está diciendo ella, tu novia? (Imágenes de RoboCop en RoboCop 1 siendo abaleado por los policías vienen a mí, él se para muy orondo y se escapa en auto patrulla, pero yo no soy ningún RoboCop, nunca me hubiera parado después de tanta bala. La causa está perdida. A ella no la quiero ¿el amor a veces es un sacrificio, no? Por ella no estoy dispuesto a sacrificar ni siquiera un cigarrillo, que lo mojé la lluvia, que lo prenda equivocadamente por el filtro, que se me caiga al piso y ruede y ruede hasta una alcantarilla, no me importa una mierda)

“Qué triste es todo” pienso y vuelvo a pensar: “Siete meses no fueron una canción de amor, más bien fueron una canción de aburrición y desamor, te mereces algo mejor que no soy yo. Yo soy algo de lo que debes decir: No debí gastar mi tiempo en ti, a la mierda”.

Lost va en su segunda escena y nada que te digo nada de nada, me molestas de sobremanera.