1. Cuando estudiaba artes plásticas y mi principal inquietud era la de tomar fotografías a color, y por pereza a someterme a semejante trabajito arduo de revelar, calibrar y ampliar a color, me las tenía que ver con los que atienden en los laboratorios fotográficos.
- Buenas. Vengo por unas fotos ampliadas, acá está el recibo.
- Sí, buenas, ¿cuándo las mandó a ampliar?
- El viernes de la semana pasada.
- Espere yo busco. Ay, Cata – dirigiéndose a su compañera, no buscando mis ampliaciones-, ¿si viste las nuevas aretas que me compré?
- Nooo, Yulemaina ¿cuáles?
- Estas Cata, mirá.
- ¡Ayy! ¡Tan boniiitaaaas!
- Señora, mis ampliaciones.
- Sí, ya va.
2. Un largo, largo, largooo rato después…
- Qué pena muchacho – en ese tiempo no me decían señor, tiempos aquellos-, no tenemos esas ampliaciones todavía.
- Me aseguraron y me recontra aseguraron que las tenían para hoy jueves en la tarde.
- Pero no las tenemos, vuelva mañana muchacho.
- No puedo volver mañana, esas fotos las tengo que mostrar mañana en la mañana. Es un trabajo para la universidad. Para la materia más importante. ¡Taller central! ¡Entienden!
- Pero muchacho, qué podemos hacer.
- Pues, entregarme las ampliaciones tal como lo prometieron.
- Espere a ver qué puedo hacer.
3. Quince minutos o media hora o una hora después…
- Muchacho, el señor que hace las ampliaciones dice que esas fotos suyas están desenfocadas y que por eso no las quiso ampliar, que por que luego usted dice que nuestro trabajo es malo y hace que le devolvamos la plata.
- Dígale a ese señor que yo sé que están desenfocadas, que ya se lo había dicho a usted misma cuando las mandé a ampliar.
- Pero muchacho…
- Por favor, necesito esas ampliaciones.
- Es que si están desenfocadas no las podemos…
- ¡No están desenfocadas, es el ASA que utilicé al tomar las fotos, da esa textura!
- Pero usted mismo acabó de decir que estaban desenfocadas.
- ¡Lo dije para no ponerme a explicarle cómo tomé las putas fotos!
- Muchacho, no me vaya a pegar, cálmese…
Por alguna razón siempre terminaba siendo yo el malo, el impaciente, el patán de turno, la gonorrea en la relación cliente y mercader.
4. La peor de todas de las que llegó a atenderme en un laboratorio fotográfico era una mujer de un pelo mal teñido de rubio que parecía de cabuya, que era bajita, blanquita y con cicatrices de un acné juvenil que depositó cruelmente toda su cólera contra el cutis de ella. Que en vez de usar maquillaje y base usaba brea para pavimentar calles, o arcilla para hacer esculturas o harina de panadería o…; si hablaba o se reía, lo que fuera que tenía en su cara se agrietaba, y dejaba de atender para ir a pararse en el espejo… La Care Grieta era uno de mis enemigos acérrimos.
5. En diciembre, cómo hace mucho tiempo no lo hacía, llevé unas fotos a ampliar a un laboratorio fotográfico: me fue de lo lindo, nada de problemas. Hoy volví a ese mismo laboratorio ¿Y a quién carajos me encuentro atendiendo? A la mismísima Care Fisura; la Care Resquicio; la Care hendidura; ¡La Care Grieta!, ¡No cambia!. ¡Noooooooooo! Pensé al verla.
- Buenas, vengo a ampliar estas fotos.
- Ah, pero esas ampliaciones con negativo aquí no las hacemos, aquí ya todo es digital ¿no ve?
- Eh, en diciembre mi hicieron unas ampliaciones con negativo en este mismo laboratorio.
- Pero es que aquí todo es digital, eso con negativos hace años dejó de funcionar.
- Le digo que en este mismo laboratorio me ampliaron en diciembre unas fotos con negativos.
- Es que esos negativos primero los tienen que escanear y luego arreglarlos para que los puedan ampliar.
- Le digo que aquí me ampliaron unas fotos en diciembre.
- Pero es que ya eso no funciona, le digo que primero hay que escanear.
- Le repito: aquí me las ampliaron. No me importa si los tienen que escanear.
- Yo no sé, le voy a preguntar a mi jefe.
- Vaya pregúntele.
- Pero en serio, aquí es todo digital.
- Vaya pregúntele a su jefe.
Y la condenada, con mis negativos en la mano, se fue a preguntarle a su jefe; aunque casi no lo hace, primero habló de una rumba no sé dónde con un colega suyo. Volvió a la media hora con su cara más craquelada que nunca.
- Señor, mi jefe dijo que sí, que hacemos esas ampliaciones, es que como aquí todo es digital, tenía esa duda.
- ¿Cuánto lleva usted trabajando aquí?
- Cuatro años.
- Mmm.
- Ya nadie utiliza negativos, todo es digital… ¿Cuánto valen esas ampliaciones?
¡La hijuetantas esta no sabe ni dónde está parada!; digo la suma que me cobraron en diciembre.
- No. Eso debe ser más caro, porque primero hay que escanear el negativo, no ve que aquí todo es…
Se me había olvidado una trascendental enemiga acérrima mía que por desgracias del destino, o lo que sea, volvió a aparecer. ¡Maldita Care Fractura! ¡Hijueputa Care Cucaracha de panadería!
Ahora mi miedo es que pierda mis negativos y ahí qué ¡Ay juemadre!
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4 comentarios:
Sueter con la Carecare!
Menos mal no me fue mal reclamando las fotos con la care reboque
je je je que hijueputa risa ¡¡¡
que bien ole
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