5. - Vea hermano, le pago el doble de lo que le pagaron, sea realista. En un minuto o dos se va volver millonario. No me mate por favor- Todo esto lo dice arrodillado en el piso, con el cañón de mi revólver en su boca y los ojos inyectados en sangre. Hace un rato estaba totalmente borracho y ahora con el susto está más sobrio que yo. Él respira sobresaltado. El sudor de su frente se mezcla con el agua lluvia que cae del cielo en esta noche despejada; así es Medellín, llueve aunque no haya nubes. Me da tristeza, no quiero eso. No quiero sentir lastima por nadie. Ni por mi mismo. Estoy nervioso, la mano me tiembla. Me muerdo un labio como lo solía hacer cuando era niño, cierro los ojos. Beso la medallita de la Virgen del Carmen que me regaló mi santa madrecita. Aprieto mis dientes como lo he visto mil veces hacer en las películas de vaqueros. Abro los ojos y entonces oprimo el gatillo ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
Un ligero resplandor. Las balas disparadas atraviesan garganta, cráneo, masa fusiforme. Sus pedazos resaltan contra la pared del fondo imitando una burda pintura de Jackson Pollock, arte abstracto, basura intelectual. Alguien me dijo que el primero que uno manda a la tumba lo ve hasta en la sopa, espero que no sea verdad. Mi madre hace buenas sopas.
4. - Oiga llave, despiértese que nos vamos.- me dice Héctor meciéndome bruscamente por los hombros. Está sentado en frente mió, con un cigarrillo en la mano y una copa vacía, sonríe, borracho. – Es que usted no sabe beber aguardiente.
- No sé Héctor, no sé.
- ¿Qué no sabe?
- Pues eso.
- Güevon, venga más bien nos vamos que ya la gente se está yendo y esto cada vez se parece más a un velorio que a una fiesta.
- Pero ¿Y Mariana Santos, la niña más bonita de la fiesta?
- Pues que le digo hermano, usted durmió, para que se pone a beber tanto aguardiente si luego no se maneja.
- Pero yo estaba hablando bien con ella hace un rato.
- Por eso le digo, para que se pone a beber tanto si…
- Bueno, bueno, ya entendí. Más bien déme un pase de perico a ver si me compongo.
- No tengo perico, pero tengo coca pura.
- Mejor.
Me paro del piso ¿No estaba sentado en una silla?
3. - Henry, ¿vez ese callejón allá más adelante?
- Sí.
- Bueno, entonces estaciónate en el. Al final del callejón hay un bar y allí es donde vamos a encontrar al tipo que nos dará las pistas para llegar al objetivo de hoy.
- Eh, esto está un poco raro ¿No te parece?
- Sí Henry, es un poco raro.
- ¿Esto es el fin, no? – Henry suelta un gran suspiro.
- Eh ¿Qué quieres decir?
- Nada, cuando se es viejo como yo, todo se hace muy claro. Yo también utilicé trucos como éste. Ya iras aprendiendo otros trucos más eficaces.
- No entiendo muy bien que quieres decir Henry.
- Tranquilo, estás hablando con alguien que ya nada le importa.
- Eh, no jodas conmigo.
- Todavía eres joven ¿Cuántas veces te enamoraste?
- Nunca Henry, nunca.
- Bueno, según lo dicho todo tiene su lugar. Ya tendrás tu lugar. – me lo dice estacionando en el callejón.
- Bah, me cago en la puta la madre si crees en esos disparates.
- Ya hablas como viejo y crees que te las sabes todas.
- Eh, algo sé.
- ¡Ja!
- No jodas conmigo Henry.
- Ya veras que no te las sabes todas. – dice y apaga el coche. Saca un cigarrillo de su chaqueta, lo enciende con un encendedor plateado que realmente es una belleza. Nunca vi uno de esos hasta ahora. – siempre quise morir con un cigarrillo en la boca. No sé, es una imagen romántica.
- ¿Por qué dices eso?
- Porque no soy tonto. Saca de una vez esa pistola y has lo que tienes que hacer. Dispara, estoy esperando.
- Henry nunca te haría daño.
- Vamos, hazlo de una puta vez, no tengo toda la mañana. Ya tuve toda una puta vida para esto.
Saco mi pistola, una 9 milímetros niquelada, una belleza. Se la coloco en la sien.
- Sabes, lo mejor es que no quería ver a mi hija, me libras de un buen jaleo.- de la una calada al cigarrillo y me tira el humo a la cara.
- ¿Por qué no la querías ver Henry?
- Porque sencillamente me la hubiera querido follar. ¿Viste sus fotos?
- No, no las vi, no sabía que tenías una hija.
- Bueno, ahí ves que no te las sabes todas. Y bueno, ¿Qué esperas?
- ¿Que espero para qué?
- ¡Para disparar imbécil!
Disparo. Sus sesos vuelan hasta la ventana. Henry murió con un cigarrillo en la boca, como lo quería. Maté a Henry. Lo siento Henry, eras un buen tipo.
Salgo del coche. Salgo del callejón no sin antes mirar hacia ambos lados. Me enciendo un cigarrillo, el primer cigarrillo de la mañana. Camino hasta una cafetería, tengo hambre porque salí de la casa sin desayunar. Entro en la cafetería. Pido un café y donas. Parezco un policía gringo. Si sabía de la hija de Henry. Unas semanas antes me llegó un sobre que contenía una carta con la premisa de “Elimina a Henry y luego encárgate de la chica” También había varias fotos de ella, según las fotos es una verdadera belleza, de esas bellezas que sólo ves en playboy. Por eso Henry se la quería follar, yo por eso me la quiero follar antes de pasarla a mejor vida. ¿Viste Henry que si me las sabía todas?
2. Llamo por teléfono, suena ocupado. Enciendo un cigarrillo. Me gusta mirar el humo. Llamo por teléfono, suena ocupado. Duermo, duermo. Llamo por teléfono, me contestan, es una mujer.
- ¿Hola?- me dice
- Hola - le respondo y hacemos silencio por varios segundos.
- Yyyy, ¿a quién nenecita?- me pregunta.
- A nadie, sólo quería hablar con alguien.
1. Mario, cuando está dormido, sueña que su vecina baja a su departamento, le pide leer las canciones que desde hace tiempo él trata de escribir, lo agasaja diciéndole que es un genio, lo motiva a que de una vez por todas se lance a armar su banda de Heavy. Al final ella le da un beso de buenas noches.
Mario luego se despierta. Se despierta en medio de una reseca terrible por todo el licor que bebió el día anterior y, cree que el sueño tal vez fue realidad. Las continuas lagunas alcohólicas le impiden, a veces, distinguir de lo que fue realidad o ficción y, lleno de entusiasmo, agarra varías hojas de papel, lápiz, sacapuntas, borrador y se sienta en su escritorio. Hace una dedicación a la vecina y prontamente, cuando se le es imposible plasmar algo en el papel, llama a su tía Angelita donde tiene por costumbre ir almorzar, cenar y beberse un par de cervezas que siempre hay en la nevera.
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2 comentarios:
¡Qué chimba de diáologos!
La parte de los matones, uhmn, suena como a Henry Miller meets Noir.
El blog es genial también, suerte con todo.
Cambio y fuera.
Home, gracias. Tu blog Cenicero de ideas también está muy bueno, es de los que miro siempre a ver si hay algo nuevo, perdoná que no te haya puesto en los links, pero es que se me olvida decirle a Andrés que te ponga.
Andrés, colocá el blog de Beat en los links.
Chao, estoy ebrio, tres días sin beber, escuchando llorar y rezar por la muerte, ya era hora.
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