5. – Bueno marica, ya estamos acá, en Bogotá.
- Si home, ojala no nos pregunten si nos vimos esa película que hizo el que va a ser nuestro patrón.
- Si home, no la vimos.
- Dicen que es muy mala.
- Dicen que es horrible.
En una sala de juntas:
- Muchachos, antes de presentarles a la que va a trabajar con ustedes, y antes de presentarles a su patrón que no ha llegado, quiero decirles que por capitulo que escriban se les paga, que no es el sueldo que su patrón les dijo, que es menos plata, incluyendo retención de fuente y todas esas carajadas.
- Ah bueno, todo bien.
- Sisas, todo bien.
- Bueno, ahora sí, cuénteme ¿se vieron nuestra película?
- Eeh… este… eeh, ya vengo, desde que llegué a Bogotá no me he fumado un cigarrillo.
- Yo también voy a salir a fumar.
- Home, vos no fumas.
- ¿Cómo qué no? Soy fumador pasivo, más fumador que vos. Desde que llegué a Bogotá no eh olido un cigarrillo.
- Bueno, vamos.
- ¿y qué les pareció la película?
- sisas, ya venimos.
4. - Muchachos, ella es Sandra Pérez. Ella fue asistente de los Mauricios en La mujer del presidente (famoso seriado de nuestra televisión. En argentina se hizo una versión y la protagonizó Ricardo Darín).
- Hola, qué tal.
- ¿Bien o no?
- Qué más pues. Veo que no tenés acento bogotano.
- Aja, soy de Medellín, pero hace seis años no voy por allá.
- Bien hecho, que pereza Medellín, ese pueblo.
- Mal hecho, que pereza Bogotá, ciudad donde no se bañan y todo es lejos.
Y Sandra se convirtió en el amigo con tetas, a la que se le cuenta todo y con la que se raja de todos. No dejamos títere con cabeza.
3. – Muchachos este es su patrón.
- Eh home, mucho gusto, soy Byron (pensamiento: ojala no nos pregunte que nos pareció su película)
- Que tal hombre, yo soy Luís (pensamiento: que no nos pregunte sobre su película)
- Por fin te conozco Luchito.
- (pensamiento: mucho malparido, como me dice Luchito, me mató) Eh home, sí, por fin.
- A ustedes me los recomendaron muy bien ¿qué les pareció el argumento de la serie?
- Muy bien.
- Muy bueno, esta serie promete.
- ¿Y leyeron el guión del primer capitulo? Muy malo. Los antiguos guionistas que tenía eran pésimos. Me volvieron la serie un melodrama.
- No, ese no lo hemos leído.
- Díganle a Sandra que se los muestre, yo ya vengo.
Minutos después de leer ese guión y reírnos a carcajada limpia, criticar a diestra y siniestra porque qué guión tan malo y tan mal hecho, reapareció el patrón.
- ¿Cómo les pareció?
- Horrible
- Pésimo, no tiene perdón el que lo escribió.
Luego supimos que él fue quien lo escribió, pero no lo supimos de su boca, lo supimos por lo obvio: con las correcciones que nos hace de los capítulos que escribimos nosotros. Las correcciones son una bazofia completa, igualitas a ese guión que leímos. Cuando vean la serie en la TV por favor olvídense que nosotros trabajamos ahí, vergüenza me da.
2. En una sala de juntas en famoso canal de nuestra televisión:
- Lo que ustedes nos mandaron es una mierda. No se entiende nada, parece una copia de una copia de una película de David Lynch mal hecha. En lo que se entiende parece telenovela venezolana.
- Tiene razón, pero eso no lo escribimos nosotros, nuestro patrón en su ego bastante alto, que no lee lo que nosotros le mandamos, todo lo reescribió y no releyó la barbaridad que mandó. Francamente no sabemos para qué nos contrato.
1. Como buenos borrachos que somos anoche Sandra, Luís y yo brindamos por la indignación. Nos pegamos senda borrachera, muertos de la cólera, con ganas de matar gente, con ganas de lapidar a nuestro patrón. Protagonista él de telenovelas. No digo su nombre porque se me va subiendo la furia mala y se me explota la venita de la frente, la que palpita, la que se pone verde. ¡Productor de TV HP!
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5 comentarios:
Es televisión... En eso habíamos quedado, ¿no?
Además si todos son tan peyes y tan estupidos para qué trabajar ahí (no sé, a veces la sola plata no es suficiente).
Home, tenés toda la razón. Los tres quedamos en que si nos la vuelve hacer renunciamos, bueno, al menos yo sí - pero es que es buena plata-.
Sí, por lo general ahí es donde está el problema...
Es el Karma, el precio de tus actos.
Ja
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