martes, noviembre 28, 2006

TOP 5 cosas que, con ayuda de cabezas, valijas, pirobos gonorreas, hacen más infeliz este mundo infeliz.

5. Son las 10:30 de la noche, me bajo del bus y emprendo camino hasta mi casa en Belén Rincón (Mi antiguo barrio), llevo en mis hombros mi maleta, dentro de ella hay CDS y libros que no son míos, llevo en el bolsillo de adelante del jean mi billetera –nunca me gustó llevarla en el bolsillo de atrás- y tengo tenis nuevos (zapatillas nuevas). De repente tres personajillos muy feos, aparecidos de quién sabe donde, arremeten contra mí robándome todo. Aburrido y con esa sensación horrible de incompetencia por no poder hacer nada me voy caminando en medias para la casa, pensando “Mierda, esos CDS no eran míos, mierda, esos tenis no llevaban una semana, mierda, esa chaqueta me gustaba mucho, mierda, el mundo definitivamente si es una basura”.

4. Son las 12:30 de la noche, salimos de Melodía para dos que es un video bar de música de peluquería en Envigado (el país del nunca jamás, donde todo mundo parece enchimbado, siempre llueve y pasan cosas extrañas) y después de decirle a mi novia Gretel y a Shirley – la novia de Wilmar- que nos esperen ahí en la puerta de Melodía para dos, caminamos mi amigo Luís y yo hasta donde parqueamos el carro - a una cuadra del parque- y justo, cuando nos íbamos a subir al carro, Luís me dice “Byron, mierda, nos robaron una llanta” yo reviso y en efecto veo que nos desvalijaron la llanta trasera - con el Rin y sus respectivos pernos- del lado derecho. Pienso “Mierda, el mundo si es una porquería” mientras mis manos tiemblan y una ligera nausea viene a mi.

3. No sé exactamente la hora porque yo no estaba ahí, pero si sé que era de noche, mi madre y una tía venían en el carro después de visitar a otra tía que vive en Girardota, iban por la autopista ya entrando a Bello cuando, en un semáforo, una moto con sus dos respectivos motorizados a bordo, armados de revólveres y miradas matadoras, se colocó al lado de la ventana de mi madre. A mi madre - apuntándole con el revólver en la cabeza- y a mi tía las obligaron a bajarse del carro y a quedarse en medio de la nada –expuestas a violadores y ninjas que saltan de los árboles, que en este caso eran postes de luz- mientras uno de los motoristas, ya no montado en la moto sino sentado al volante del carro, emprendía su huida junto con su compañero al mundo de las sombras. “Adiós carro que con tanto esfuerzo compré” seguro fue lo que pensó mi madre. “Gracias a Dios que estamos vivas” seguro fue lo que pensaron al mismo tiempo mi madre y mi tía.

2. Eran más o menos las 12:30 de la noche y era sábado, día de rumba, día de salir a emborracharse y pasarla bien con los amiguetes, llovía. Gretel, Shirley y Wilmar antes de empezar a beberse media de ron, tomar birra, fumar como putas muecas e ir donde su amiga Ana a pasar la noche, decidieron comerse algo rápido -un perro caliente (un pancho)- y caminaron hasta un sitio que se llama Marta Puntico, por ahí por la 10 en el poblado. Cuando ya hubieron pagado y estaban esperando su comida, un Sicario – de los tantos miles que habitan este país- con revólver en mano llegó a pasar al otro lado a un Traqueto - de los tantos miles que habitan está ciudad -. El Traqueto, que como cosa rara también estaba armado, al darse cuenta que lo querían mandar al papayo sacó su pistola 9mm y empezó la balacera, balas fueron y vinieron y a mi novia Gretel -La única en correr por el susto- le dieron en la pierna izquierda, derribándola ahí en la calle, en medio de la lluvia, mientras pensaba “me arrastro hasta la acera o los carros si me matan”.

1. – Oiga señor agente me acabaron de robar.
- ¿Y en que le podemos ayudar al señor civil?
- Pues no le digo pues, me acabaron de robar todo lo que tenía, mire, hasta me robaron los zapatos, vaya agarre a esos malandros señor agente.
- En este momento no estoy de servicio señor civil.
- Pero señor policía tiene el uniforme puesto, tiene la pistola en la mano y está patrullando la calle en esa moto.
- Ya le dije al señor civil que no le puedo ayudar.
- Pero…
- Colabórame ahí señor civil despejando el área, moviéndose, moviéndose.
- Pero…
- ¿O es qué tiene sustancias ilícitas señor civil? O ¿Es qué usted es guerrillero?, es más, creo que usted, así con ese pelo largo, es el malandro que estamos buscando hace tiempo. Sabe qué señor civil, si no despeja el área me lo llevo ya para el calabozo.
- ¿Yo? Pero si no hice nada. No, no, yo antes soy la victima. Pero bueno señor agente, me voy. ¿Me podría dar para el pasaje? En serio no me dejaron nada.
- Ya le dije señor civil, despejando, despejando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que buen andar tiene mi Bianchi Ocellot! (mejor dicho, la de mi viejo). Lila, de 21 cambios, de delicados frenos y hasta con un prolijo plástico rectangular soporte de un novedoso velocímetro. Lastima que el que se la está llevando no es mi viejo ¿quien será? (Lo peor de todo es que si lo supiera no podría hacer más que comentarlo). Al primero que se lo comente fue a uno de nuestros protectores del mal. Gordito, con su bigote cortado al ras y con el control absoluto de su esquina, se valió de mi más profunda y superficial descripción para asegurarme de que los que estaban disfrutando de mi bici eran "los 3 Tatitos" y el "Cabezón Saihueque". Que buen srvicio! A veces me pregunto ¿que sería de nosotros sin su existencia?.
Bueno, ahora que se quienes eran los ladrones no puedo hacer más que comentarlo. Pero gracias a la Policia de Rio Negro, mis ladrones ahora tienen nombre.