martes, noviembre 04, 2008

TOP 5 “Me rasco la barriga y escucho a los Kiss”

5. La posibilidad de que cualquier excéntrico con una capucha en la cabeza, con una bomba molotov en la mano y vociferando a gaznate abierto “¡abajo el imperialismo, viva el Che Guevara!” entre de pronto, atraviese corriendo todo mi campo visual y lance la bomba molotov como jugador de la NBA hacia la policía anti motín que está apostada al otro lado de la calle es de 9 a 10. De 9 a 10 también es posible que los anti motines respondan disparando gases lacrimógenos, zendos chorros de agua a presión y voleen macana de lo lindo a diestra y siniestra cáigale al que le caiga, inclusive al viejito que por ahí pasa, que va para su casa y está absorto en sus pensamientos de “Hay muchos carros en Medellín….bla, bla, bla…” lleva su macanazo en la cabeza para que deje de pensar güevonadas. Tun, tun, en el torso, tun, tun, en las rodillas, por enchuspado, por no contar que de buenas a primeras un día la humanidad le hará saber que su destino es irse al garete.

4. No estoy de buen semblante, no me place en nada estar aquí viendo algo que nunca lleva a nada y que es rutina en una universidad pública. Encapuchados contra policías anti motines, mejor una de vaqueros, que mira: parece que vuelven a estar de moda. Pero estoy de turno laboral, mi orden directa es que desde una distancia prudencial, nada de hacerme el héroe sacando imágenes como para un documental de Michael Moore, debo estar atento y preparado para apuntar con la cámara y grabar lo más significativo de la revuelta, algo tipo: policías anti motines bebiendo ron y metiéndose manito entre ellos mismos mientras le parten la comprensión a encapuchados que minutos antes se hicieron ¡una por Mao!

- Parece que va a llover.- digo.
- Y nos vamos a mojar.- dice el periodista que también recibió la orden de cubrir tan magno evento de capuchos contra tipos que bogan por el “orden”.
- Ahora después de esto hay que ir a grabar otra cosa ¿cierto? – digo.
- Sí.- Dice el periodista.
- Mierda.

Empieza a llover.

3. Me enciendo un cigarrillo, miro más de cinco veces la hora en mi teléfono celular. Ha pasado más de media hora y ningún enajenado encapuchado ni ningún policía anti motín se ve a metros y kilómetros a la redonda, a pesar que horas antes si los hubo. Me dieron la orden muy tarde para salir a grabar y se acabó todo; de alguna manera me dejaron con los crespos hechos. Aquí parado donde estoy, mientras miro hacia el cielo gris y lluvioso, me fumo el penúltimo cigarrillo de mi paquete de Royal, me aburro como ostra.

2. La la la la la la, pronto sin ayuda de aparatos y cosos de esos de los que saben los que hacen cosos de esos algún día has de volar mientras tú muy sonriente antes de despegar te despides de tus seres queridos que, muy preocupados y con cara de terror, se dicen para sí mismos: “este muchacho está embazucado, metió mucha marihuana, merca, éxtasis, heroína, ladrillo raspado, vidrio molido, cacao, tiene compañeros de laboro que lo único de que saben hablar es que fueron al concierto de Andrés Calamaro. Que alguien, urgente, lo baje de esa terraza por favor, que se tira, que se nos mata el pobre”. Pensamientos que vienen y van en el transcurso de: Tu tranquilo, vuela como el pajarito aquel, tu pista de aterrizaje no será de aserrín, junto contigo la humanidad progresa a pasos de gigante.

1. - ¿Nos vamos? Aquí no va a pasar nada.- Digo.
- Pues sí, vámonos, en lo que tenemos que grabar ahorita nos van a dar comida y va a haber mucho vino.- Dice el periodista.

De alguna manera sonrío.

5 comentarios:

La Mera Mera dijo...

El miércoles de la semana pasada iba yo para clase de Ingeniería Económica en Agronomía, me bajé en Coca-Cola a las 2 y sin darme cuenta como una papa explotó justo al lado mío. No sé como no me di cuenta de que habían encapuchados en la puerta. No había alcanzado a andar un metro lejos de eso cuando tiraron gas pimienta desde el puente. Que ardor tan HP, nunca me había tocado eso, que horror, que ardor de ojos, nariz, cara, y que tonta no saber que si me echaba agua era peor.

Ese día me sentí como el viejito de tu post.

Ms. Martin Addams dijo...

comentario inaportante drunk
INSERT SOMETHING OF RELEVANCE HERE
:)

Anónimo dijo...

¡¡¡Leche!!!, ¡¡¡Leche!!!, hay que gritar eso para que le lleven una bolsa de leche y echarse en los ojos, u oler profundamente una botella de vinagre de cocina (así como algunos huelen la de sacol) y cojer hojas verdes de eucalipto en las mano molerlas y respirar con ellas. Pero siempre hay que manejar la calma...

Diegogue dijo...

que mas pues

Byron Alaff dijo...

mera mera: ah, eso arde muchoooo. Cuando estudiaba en el Marco Fidel Suarez me pasó lo mismo, no sabía que la leche era la cura para esos gases.

ms. martin: Insert

Camilo: Si tú lo dices.

Diego: bientos