viernes, agosto 14, 2009

TOP 5 Una sobredosis

Es una sala de convenciones grande, muy grande. Y la sala está llena de gente de clase alta, muy alta: negociantes, empresarios, presidentes de empresas muy importantes del país, candidatos a la presidencia del chiste país Colombia (menos el ex ministro Santos) que perderán inminentemente ante un Álvaro Uribe, lambones de los candidatos, hijos de los candidatos, modelos que me resultan desconocidas pero que parecen ser muy famosas (con una hasta me hicieron tomar una foto)… Al frente de mi veo que hay un mar de degustaciones de comida (gratis): pollo apanado con una salsa rara – mi desconocimiento frente a la comida es brutal-, pollo apanado con miel, pollo con otra cosa rara, tortillas de jamón con queso, tortillas de jamón con arequipe, frutas, cocteles, helados… Hmmm, helados, lo mejor para este calor tan hp.

- Ya vengo, voy por un helado.- digo.
- Primero trabajemos, tenemos que grabar a varias personas antes, luego vamos por los helados. – dijo el aguafiestas.
- Ok, grabemos a alguien y vamos por un helado, grabamos a otra persona y vamos por otro helado ¿bien?
- Sí.

1.- Hola, quiero un helado de chocolate.

2. – Hola, esta vez quiero un barquillo de chocolate y arequipe.

3.- Ya ni diga: hola. ¿Qué helado le doy?
- Uno de maní con ron y caramelo.

4. – Hey, vos, repito el primero de chocolate que me comí, pero ponémele mucha salsa de caramelo.

5. – Ah, vení yo pruebo éste de vainilla, chocolate y maní, y mucha salsa de caramelo y arequipe.
- ¿Y no quiere algo más?
- Ah sí, un barquillo.
- Usted va a sufrir una indigestión.

Y a usted qué le importa, pienso.

4 comentarios:

Vilma dijo...

¡Me hiciste antojar mucho!

Y uno sin poder conseguir helado a esta hora :'(

Anónimo dijo...

La tengo dura deseando que me la chupes mientras me sentis soy tuyo

Vilma dijo...

Y es que hasta incluso el baboso me sigue a otro blog en el que justo comenté, qué raro.

Byron Alaff dijo...

defifinitivamente hay gente que sólo sirve para joder la vida, y este anónimo es de esa gente