sábado, marzo 15, 2008

TOP 5 Todos los amores son psicóticos (capitulo 8)

36. FLASH BACK. INT. CAFÉ EL INMACULADO/ BAÑO. NOCHE.

Dos meseros (incluyendo al de la camisa de JOHNNY RAMONE IS DEATH) sacan a MANUEL del baño. DANA camina de espaldas frente a ellos.

MANUEL
(Murmura)
Mi papá era argentino y en uno de sus delirios quiso venir a buscar a mi mamá a Colombia. Obviamente nunca la encontró. Mi mamá no era colombiana, era mexicana. A mi mamá nunca la conocí, excepto por fotos. Ahora está muerta. Era demasiado hermosa.

MANUEL Mira a DANA.

MANUEL
Casi como tu... Tenía unos ojos preciosos: azules.

Los meseros sientan a MANUEL en una silla. MANUEL se desmaya.

DANA
!Manuel! !Manuel! Don’t die!

CORTE A:

37. INT, EXT. AMBULANCIA/ CALLE. NOCHE.

La ambulancia es conducida por NATALIA (de 25 años, gordita y bonita) y a su lado está su asistente RUBEN (de 24 años, alto y fornido).

NATALIA
Ese camión de helados va súper rápido.

RUBEN
Esto parece una película de Almodóvar. Nosotros persiguiendo a los helados y con el tipo éste muriéndose atrás.

MANUEL, con una sonda en la nariz y con dos bolsas de suero y sangre inyectadas en un brazo, está acostado en una camilla en la parte de atrás. Tiene los ojos cerrados.

NATALIA (V.O.)
¡Hey, el del camión, pará! ¡Queremos un helado!

El camión de helados se estaciona en un costado de la calle. La ambulancia hace lo mismo.

NATALIA se baja de la ambulancia. Mira por la ventana.

NATALIA
¿De que querés el helado?

RUBEN
De arequipe.

NATALIA señala a MANUEL.

NATALIA
¿Y él?

RUBEN mira a MANUEL.

RUBEN
No, él no puede comer eso.

NATALIA se aleja de la ventana. RUBEN se acomoda en su silla.

MANUEL abre los ojos. Mira hacia varios lados reconociendo el sitio. Luego se percata de la sonda en la nariz y las bolsas de sangre y suero inyectadas en su brazo.

NATALIA se sube a la ambulancia con los helados, le da uno a RUBEN. Ambos empiezan a comérselos. NATALIA nota que MANUEL tiene los ojos abiertos.

NATALIA
Te despertaste ¿Cómo te sentís?

MANUEL
Bien.

RUBEN
Que optimista.

NATALIA le da arranque a la ambulancia.

RUBEN
Tiene de todo y dice que está bien.

MANUEL
¿Conmigo no venía nadie? ¿Dana?

NATALIA
Nadie.

RUBEN
Nadie te quiere.

CORTE A:

38. EXT. HOSPITAL. NOCHE.

NATALIA y RUBEN abren la puerta del costado de la ambulancia. Bajan a MANUEL en una camilla. Entran en el hospital.

FUNDIDO A:

39. INT. HOSPITAL (HABITACIÓN). MAÑANA.

La habitación es pequeña, las paredes son grises y una raya verdusca la atraviesa casi toda. Tiene dos camas y en una de ellas está MANUEL acostado. MANUEL tiene una sonda en la nariz y una bolsa con suero inyectado a uno de los brazos. Tiene las sabanas a la mitad de su cuerpo y mira fijamente una pequeña mancha color marrón que está en el techo.

La forma de la mancha es confusa, parece que fuera un mapa, pero a la vez una mujer.

MANUEL intenta darse vuelta en la cama, pero no es capaz. Vuelve la mirada a la mancha.

Entra una ENFERMERA (25 años, flaca, bonita, de pelo negro) con unos audífonos en las orejas escuchando una canción de los ochentas, masticando chicle, con una cubeta en la mano donde se ven varias muestras de sangre y varias jeringas desechables. Camina hasta MANUEL, deja a un lado la cubeta, le agarra el brazo, le amarra un resorte en el antebrazo, agarra una de las jeringas y se la inyecta en una de las venas, comienza a sacarle sangre.

La sangre se llena lentamente en la jeringa.

MANUEL mira fijamente a la ENFERMERA. La ENFERMERA solo mira como se llena la jeringa.

La jeringa se llena de sangre y la ENFERMERA saca la jeringa del brazo de MANUEL, agarra la cubeta y sale de la habitación.

MANUEL de nuevo mira la mancha en el techo.

MANUEL
(Murmura)
No puedo enamorarme otra vez de cualquier mujer bonita que veo por ahí.

CORTE A:

40. INT. HOSPITAL (HABITACIÓN). TARDE.

Se escucha el abrir de la puerta.

ALEJANDRO (V.O.)
¿Manuel?

MANUEL mira hacia la puerta.

MANUEL
Sí.

ALEJANDRO (60 años, con el rostro marcado por un acné juvenil, vestido con ropa casual) entra en la habitación. Tiene una bolsa en su mano.

ALEJANDRO
Casi que no, en éste lugar no tienen la más puta idea de donde están parados. No supieron decirme dónde estabas. Di sendas vueltas. Pero bueno, ya te encontré.

MANUEL vuelve a mirar la mancha.

ALEJANDRO
Fui a tu casa por algunas cosas para vos y encontré ésta nota en la nevera.

ALEJANDRO saca un papel de su bolsillo.

ALEJANDRO
Dice: Manuel, espero que te mejores, nos vemos pronto. Y no está firmada ni nada.

MANUEL murmura algo que no se alcanza a entender.

ALEJANDRO
¿Qué?

MANUEL
Estoy hablando de Dana.

ALEJANDRO
¿Quién es Dana?

MANUEL
Nunca lo entendería.

ALEJANDRO
¿Qué es lo difícil de explicar? ¿Esta Dana es una amiga tuya?... ¿No estarás fantaseando?

MANUEL
¿Me trajo el discman?

ALEJANDRO
Sí, lo traje. También te traje ese cuaderno donde escribís, y ropa.

MANUEL
Gracias.

MANUEL cierra los ojos.

ALEJANDRO
Y así vas a estar por muchos días más, hasta que la herida de la ulcera cierre, según me dijeron, fueron cinco ulceras. Casi te morís. ¿Sabes que ya no podes volver a fumar, que vas a tener que cuidarte bastante? No más cigarrillos, no más cerveza, no más aguardiente, no más comida chatarra.

MANUEL
Desde que estoy aquí, no me han dado de comer. Tengo mucha hambre... Tengo una teoría: Si adelgazo tal vez me crezca el pene.

ALEJANDRO
De acá vas a salir súper flaco. Tu teoría tal vez se haga realidad. Tenés que rezar de vez en cuando.

MANUEL le lanza una mirada interrogativa y luego se da vuelta en la cama.

CORTE A:

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