martes, octubre 30, 2007

TOP 5 Sentarse a escribir el guión del supuesto cortometraje que algún día, en un tiempo muy muy lejano, supuestamente vas a hacer ¿será que sí?

5. Igual a lo que pasó tiempo atrás, hace mucho rato ya, de nuevo una noche de fin de semana te sientas a beber y a platicar con tus amiguetes, las ideas fluyen: que chimba hacer esto y lo otro, tiene que haber un personaje así y asa, y el tipo que se llame tal o pascual, ya sé quién nos puede actuar, esa vieja es perfecta para ese personaje (chistecito obligado: y tiene que haber una escena donde ella salga en pelota “risas”). El proyecto se agranda, se enaltece, tu socio se ofrece a co-escribir el guión con vos, consigues productores, actores, maquilladores, escenográfos, camarógrafos, fotógrafos, sonidistas, montajistas, eléctricos, músicos, un grupo de gente dispuesta a hacer cosas por “amor al arte” porque por alguna razón cree en vos, saben que no vas a salir con la típica historia de la chica que quiere abortar. Pero como es de bueno hablar y no hacer – volverse critico de cine es muy fácil-, al otro día no resultas con nada, todo queda en charla de borrachos… Si tuviéramos las suficientes pelotas para pasar a la acción todo eso que hablamos borrachos seriamos la meca del cine under de Medellín y quizás hasta de Colombia, compartiríamos el podio con Jairo Pinilla sólo que haríamos cosas bien hechas. Como diría uno de los personajes en la última escena de en un cortometraje que hicimos a las carreras y que no salió como lo esperábamos por lo mismo ya narrado: “Eso son patadas de ahogado”.

Está bien, sí laboramos en lo que nos gusta, pero laboramos para otros. Yo no quiero ver historias sobre guerrilla (por una razón muy especifica de los paracos no se puede hablar), ni de narcotráfico, ni de policías que por una misteriosa razón no son corruptos, ni de pueblerinos torpes, ni de sicarios sacrificados por darle todo a la “cucha”, ni de pobres quejándose por ser pobres, ni de ricos infelices encerrados en una casa convertida en un remake mal hecho del Aro, pero si nos pagan por hacer esas historias qué más da, igual nos tenemos que ganar el pan. Cuando no se tienen güevas vender nuestra alma al primer Diablo aparecido es nuestra aspiración. Y que conste que ese Diablo no es un Diablo generoso.

4. Sentarse a escribir algo que es para ti:

1. Directo de la cama al computador, mente fresca escritura fresca.
2. O directo de la calle con tragos encima al computador, mente ebria escritura ebria, pero en ocasiones ingeniosa y muy satisfactoria.
3. Escribir lo que se te ocurra de un tirón, nada de andar revisando ni borrando lo ya escrito, ya habrá tiempo para eso.
4. No hablar con nadie que te desconcentre.
5. No leer los mail.
6. No leer blogs hasta que termines lo que estás haciendo.
7. Si tienes un blog no revisarlo.
8. No escribir para tu blog hasta que termines lo que estás haciendo.
9. No ver pornografía hasta que termines lo que estás haciendo.
10. No meterse al MSN.
11. Cinco páginas más allá donde las ideas ya escasean tomate un respiro, ve a la cocina, tomate un café o un vaso de agua o una cerveza o lo que sea, fúmate un cigarrillo o dos cigarrillos o tres, los que sea. Si crees que puedes seguir escribiendo: adelante, siéntate, escribe, escribe. Si no: acuéstate o ponte a ver televisión o lo que sea que pase por tu mente enferma.

3. - Te dije: “No escribir para tu blog hasta que termines lo que estás haciendo.”
- Lo sé, pero ya lo estaba haciendo cuando lo dijiste, lo siento.
- Y bueno, mañana lo puedes hacer.
- Sí, dejar las cosas para mañana siempre es lo mejor.

2. Apropósito de blogs: Mi madre es idiota, ASÍ (NO) SE HIZO y El guionista Hastiado están muy cuquís. El primero, además de ser muy entretenido, es la muestra fiel de que los buitres acechadores comentaristas en blogs femeninos no son sólo buitres machos. Los dos últimos son de guionistas españoles.

1. Y como anillo al dedo - para mi dedo, no sé para el tuyo- La vida después de Dios de Douglas Coupland:

“Desearía volverme a enamorar, pero mi única esperanza es que el amor no me asalte nuevamente con frecuencia. No quiero acostumbrarme tanto a ese estado como para sentir curiosidad por algo más extremo; sea lo que fuere”.

“Dedicado a quien nunca ha roto con nadie”

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