TOP 5 Boberías de las que uno se acuerda porque sí (no debí tomar tanto café)

5. - ¿Y qué has hecho?
- Nada, ¿y vos?
- Nada. Pensarte.

Silencio.

- ¿Y qué estás haciendo?
- Nada, ¿y vos?
- Nada. Pensarte.

Silencio.

- ¿Y qué vas a hacer?
- Nada, ¿y vos?
- Nada. Pensarte.

Silencio.

- ¿Te puedo llamar mañana?
- Sí.
- Bueno, hasta mañana.

Silencio.

- Colgá vos primero.
- No, colgá vos primero.

Silencio.

- ¿Si vas a colgar?
- Primero colgá vos.
- No, vos primero.

4. Cuando me vi Highlander yo quería ser Christopher Lamber. Quería tener la mirada de Christopher Lamber. Quería sonreír como Christopher Lamber. Quería caminar como Christopher Lamber. Mis amigos de ese entonces decían Jean-Claude Van Damme y yo decía Christopher Lamber. En los chismografos que hacían las niñas, que consistían en escribir disparates en un cuaderno, siempre respondía Christopher Lamber a la pregunta de “¿Cuál es tu actor favorito?”. El tipo me parecía el mejor actor del mundo. Highlander me parecía la mejor película del mundo….. Highlander 1 me sigue pareciendo una buena película.

“¿Por qué sale el sol por la mañana? ¿Por qué brillan las estrellas en la gran cortina de la noche? Quién sabe... Lo único que sé es que hemos nacido diferentes a los demás. Todos te temerán, querrán librarse de ti... como la gente de tu pueblo. Contigo se ha completado el número de los elegidos. Debes estar preparado para cuando llegue el duelo final. (...) A partir de ahora, empezaremos a sentir una atracción irresistible de acabar unos con otros hasta que sólo quede uno. Es nuestro destino.” Juan Ramírez Sánchez de Villa- Lobos a Connor MacLeod.

3. – Hey, conseguí una película una chimba que seguro ustedes no se han visto, se llama Beat Street. No se las presto porque después empiezan a rotarla y no es bueno que todo el mundo se la ande viendo. – dijo Alejandro.
- Home, no te las vengas a dar. Acá todos sabemos que Ramón se muere al final tratando de pintar un graffiti en un tren blanco. Todos acá hemos visto Beat Street, gran güevón. Es una película obligada para todo el que baile Break Dance. El que no se la ha visto todavía está escuchando Ice Ice Baby de Vanilla Ice y está haciendo la caída de la hoja. Nosotros tenemos copias por montones, si querés te las pasamos. – dijo alguno de nosotros.

Y Alejandro contraatacaba:

- ¿Sí sabían que uno de los de Cypress Hill es colombiano? Es de Bogotá. Por cierto, tengo su último trabajo, lo mandé a pedir original en Karioka, no se los presto porque luego lo rotan y no da para que todo mundo lo ande escuchando.
- Home, te hemos dicho mil veces que no nos gusta Cypress Hill, que ándate con tu Hip Hop colino a otra parte.

2. Cuando me leí las novelas El extranjero de Albert Camus, Sinuhé el egipcio de Mika Waltari y Al este del Edén de John Steinbeck, quería hablar de ellas, me urgía hablar de ellas, necesitaba hablar de ellas, quería compartir opiniones sobre Nefernefer, Minea y Mirna – las tres mujeres más significativas de Sinuhé-. Quería saber que sentían los otros por Samuel Hamilton, Lee, Charles, Adam, Cathy, Tom, Abra, Aarón y Caled de Al Este del Edén. Quería saber qué opinaban sobre un tipo que no lloró por su mamá muerta como en El Extranjero. Quería saber que opinaban sobre Dios después de esas novelas. Pero no tenía quórum. Las conversaciones con los breakers no pasaban de: “Que flotantes tan chimbas está haciendo Duván” “que caballetes tan chimbas está haciendo Mariano” “¿Vamos a la Piloto el domingo?” “Que buena que está Lina”. Hablar con un adulto de esas novelas tampoco era lo mejor porque se corría el riesgo de: “y este peladito qué sabe, si le falta mucho más de la mitad de la vida”. Así que nunca hablé de esas novelas con nadie, al menos no dé Al Este del Edén que está entre mis favoritas. Creo que lo más cerca de hablar con alguien de ella fue una noche en Carlos E. con Pacho Saldarriaga en medio de tremenda embriaguez de cerveza y ron.

1. El primer amor quieto y sonante, de esos donde no pasó nada, te quedaste con los crespos hechos y llorando. Encima le hacías todo. Le cargabas la maleta, le hacías las tareas, le ayudabas a desencartarse de tipos muy pasaditos, y hasta le prestabas plata para que se fuera a ver con algún fulano de esos.