jueves, abril 24, 2008

TOP 5 “Me acerco hasta el kiosco y escojo la revista”

5. Había un círculo rojo, una especie de serpiente en forma de gata blanca con pecas negras masticándose a un pitufo - ¡¿un pitufo?! Cualquiera-, tres dientes de humano caídos en una mesa ratona que no parecían dientes sino colillas de cigarrillos, un moco gigantesco pegado en la pared y un guante amarillo muy grueso quemado tirado en una esquina. Yo por alguna razón chapaleaba en el piso con una sonrisa tonta mientras me tele transportaba de dimensión en dimensión; estaba soñando, y en ese sueño que soñé también soñé que estaba soñando; marica sueño de mierda, tan inoficioso, al final no supe ni siquiera si estoy dormido o no.

4. Por fortuna, suena el teléfono. Me despierto y antes de contestar miro el reloj despertador; son las 7:00 am. Antes de contestar me digo con toda seguridad que esa llamada proviene de algún banco. Antes de contestar dudo en si contestar o no, está la duda de que quizás me llamen del laboro a cancelar la reunión de las 9:00 am del día de hoy – las esperanzas nunca se pierden ¡fuerza vasquito!- . Antes de contestar y quedarme con mi seguridad y con mi esperanza mal infundada dejo sonar el teléfono como nueve veces. ¡No se rinden al otro lado del teléfono, que cosa!

Contesto el teléfono.

3. - ¿Aló?
- Eeeh, hola – dice una de las voces más bonitas, suaves, dulces y con más marcado acento paisa que he escuchado últimamente.- Que pena despertarte home.- ¿Me dijo Home, a esta mujer la conozco?- ¿Está la señora Carmen Pineda?
- Hola, no, no está.
- Aah, ¿y no sabes a qué horas puedo llamarla?
- La podes llamar a las…
- Ah, ¿vos que parentesco tenés con ella?
- Hijo.
- ¿Y cómo te llamás?
- Byron.
- Ah, Byron ¿vos le podes dar la razón?
- Si, déjame buscar algo con que anotar.
- Listo, vaya pues.

Busco una hoja y un lápiz en la mesita de noche que está al lado de mi cama.

- Si, decime.
- Que si puede llamar al banco…- ya sabía yo que una llamada a esta hora es de un puto banco.
- Listo, yo le digo.
- Listo Byron, muchas gracias. Y qué pena molestarte a esta hora home, yo no sé por qué nos ponen a llamar tan temprano. Qué pena con la gente.
- Eeh, hey ¿lo admiten?
- Yo si home.
- Ah, qué bueno.

2. – Por cierto, que bonita voz tenés, ojalá todas las que llamaran de los bancos fueran así.- Digo, aquí ya me estoy empezando a convencer que de un momento a otro puedo soltar la frase: “Hola soy Vélez, Byron Vélez”. Me estoy empezando a convencer que tal vez me guiñe un ojo a mi mismo frente al espejo.
- Hey, muchas gracias Byron, eso me levanta la moral en esta semana de mieeerdaaa.
- Uff, ¿qué te pasó?
- Ah, problemas con los compañeros de mi casa home. – dice con la voz alicaída, casi como llorando.
- Cuente.

Dos minutos después:

- Y paso…
- Uff ¿en serio?
- Y paso esto otro…
- Noo, uff

1. –Hey Byron, tengo que colgar, acá ya me están mirando feo. No se te olvide darle la razón tu mamá. Chao pues.

Ella cuelga y yo cuelgo. Miro hacia el techo y pienso que, como ya me ha pasado varias veces con peladas que conozco y como ya les ha pasado a varios de mis amigos con peladas que conocen y como ya le ha pasado a varia gente con gente que conoce, ni siquiera le pregunté cómo se llamaba. Tal vez ella vuelva y llame a mi mamá, o me llame a mí. Tal vez yo llame a ese banco y pregunte por la chica de voz bonita, suave, dulce y de marcado acento paisa. Tal vez yo no haga nada, ni ella llame a mi mamá, ni ella me llame a mí, ni yo le dé la razón a mi mamá para que llame a ese banco, ni se acaba el mundo de un bombazo atómico, ni nos atacan los extraterrestres con un solo hueco en la nariz, ni ese pitufo que ya es medio pitufo porque ya la culebra esa rara se lo masticó se muera… y al final todo sigue igual. Oh, mira el agua tibia: ¡está tibia!

boomp3.com

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando pasan cosas como éstas uno se queda pensando las mil cosas que podría haber dicho durante la charla, para finalmente terminar haciendo nada.

Anónimo dijo...

recorda el final de puta vida... fumate dos cigarrillos, recordás el momento con una sonrisa y lo guardás para cualquier guión que necesite de un momentillo mágico.

Byron Alaff dijo...

Ve, no me acordé de Puta vida, claro que terminooó parecido! jejeje

Anónimo dijo...

** suspiro **

Byron Alaff dijo...

¿y ese suspiro?

Anónimo dijo...

Por esas historias que pudieron haber sido y no fueron, esas que hacen suspirar a punta de recuerdos que, afortunadamente, no llegaron a nada porque de ser así suspiraría menos.
Y me gusta suspirar

Byron Alaff dijo...

ah, me gustó el comentario. suspirar es bien.

Anónimo dijo...

es que yo te caigo bien

Byron Alaff dijo...

¿por qué lo sabes?

Anónimo dijo...

lo sé

Byron Alaff dijo...

ah, listo