martes, abril 08, 2008

TOP 5 Adopta una mascota

1. Se llamaba Slash, era un perro pastor alemán y estaba loco. Siempre buscaba oportunidad para escaparse de la casa, y si lo lograba no había poder humano que lo convenciera de entrar de nuevo. Ladraba y ladraba y ladraba y corría y corría y corría como un poseso. Corría detrás de los buses, mordía las llantas de los buses – buses en movimiento-, mordía todo el bus entero. Y si no, correteaba niños, correteaba viejitas, correteaba colegialas, a todo los correteaba.

-¡Slash! ¡Vení pa´ca que te va salir atropellando un carro!
-¡Guau, guau, guau, guau!
- Byron, ¿por qué pusiste a tu perro como los pantalones? ¿Sla?
- Que no se llama como los pantalones, se llama como el de los Guns and Roses.
- Pero es que ese nombre Last es muy feo.
- Que no se llama Last, se llama Slash. ¡Slash, vení pues!
- ¡Guau, guau, guau!
- Maldito perro.

A Slash lo regalamos y no supe más de él.

2. Un día Adrian y La Momia llegaron a la casa con dos perritas Pitbull. Una era blanca con pecas negras llamada Dana, y la otra era totalmente negra, a la cual, desbordando ingenio hasta por las orejas, la bautizamos Morena. Morena era la perrita de Adrian y Dana la de La Momia.

- Ya estamos organizando una pelea con el man que nos vendió las perras.
- ¿Cómo así, van a poner a pelear a las perritas?
- Sí.
- Hey, eso no se hace.
- Ah que va home.

Dana no peleó, cuando se vio frente a un Pitbull muy grande que se parecía a un tigre ella salió corriendo de miedo. Morena en cambio se le planto al otro Pitbull, gruñó, atacó, y ganó.

- Hey, Adrian, no volvas a poner a pelear a Morena, mira como tiene esas heridas de feas.
- Otra pelea y ya.
- Maricón, te dejo de hablar.

No fue por mí que Morena nunca más peleo, entre algunos adultos y varios más de esos que se meten en todo, que no se pierden la corrida de un catre, a Adrian casi que casi lo tuvimos que abofetear para que dejara esa idea tan absurda. Morena no hacía honor a la fama de los Pitbull, no era peligrosa ni nada por el estilo. Morena era una perrita muy dulce, no sé de dónde siempre sacaba un palo para que uno jugara con ella – así como el perro ese de los Simpson, el de las tarjeticas-. Morena, muy viejita, murió hace cuatro años.


3. Tenía tres meses, era malgeniada, negra, de raza Labrador y se llamaba Lulú. Con Lulú viví uno de los días más trágicos de mi vida. La parca tomó forma de taxi maquiavélico y se la llevó casi casi de mis manos, en el preciso instante en el que la estaba dejando en el pavimento para que caminara hasta la casa. Con ella agonizando entre mis brazos, a lo película muy triste, corrí por todo el centro de Medellín buscando un puto centro veterinario, en ese entonces vivía en la calle Argentina frente a la universidad María Cano.

- No podemos hacer nada por ella, ya está muerta.
- Pero todavía se mueve.
- Son reflejos, ya está muerta.

Creo que nunca eh llorado tanto en toda mi vida.

4. Fue parte de la obra de arte de un amigo que expuso en el Museo de Arte Moderno, se llama Claudio y es un gallo de pelea, aún vive porque fui yo el que se lo regaló a mi tía Ana. Mi tía Ana es feliz matando patos, gallos, gallinas, pizcos, conejos, pero a Claudio no lo toca. Claudio está viejito viejito, camina rengo.

5. Bajaba mi tía Ana por Camilo C., venía de hacer sus visitas diarias a los enfermos de Amagá y de los alrededores, cuando en mitad del camino vio a cinco gatitos que los habían abandonado a su suerte en un matorral. Un carro paró en ese mismo intervalo, de él se bajó una señora, recogió cuatro de los gatos, se subió al carro y se marchó. Mi tía Ana se llevo consigo el gato que la señora del carro ignoró. Luego el gato resultó que era gata y, entre todas mis tías, la bautizaron Astrid Carolina en honor a una niña que les cae al culo.

- Hey, la gatica todo el día me ha perseguido.
- Se enamoró de usted mijito.
- Me la quiero llevar.
- Dígale a Ana, la gata es de ella.

Y mi tía Ana me regaló la gata. Y la gata ya no me persigue. Y bueno, así son los gatos.

- Vení Astrid yo te lanzo al aire para que caigas parada… bueno, quédese ahí pues, siga mirando fijamente… en serio, no me mires tan fijamente que me pones nervioso gata hijuemadre.

5 comentarios:

Mariana dijo...

Una vez tiré a una perrita que tenía por un balcón, pero no fue con mala intencióm.
Tuve un perro San bernardo y todos le tenían miedo por grande y una vez en un cumpleaños un niño se quedó montado en un árbol todo la tarde porque le daba miedo.
Ahora mi hermano tiene una perra y está loca, come carbón, piedras, pepas de frutas, lo que sea. Y está Jade, mi gata que se la encontró un amigo abandanoda en la calle. Antes me perseguía...ya no, así son, así son...bueno ya se me fue la mano en el comentario...saludos U¨.¨U

Este top de animales me puso toda nostálgica.

Ms. Martin Addams dijo...

el #3 es una cosa muy triste u_u

Byron Alaff dijo...

spaceboy: no sé por qué, pero al principio leí mal tu comentario y entendí que el San Bernardo duró montado todo un día en un árbol por miedo al niño, hasta me imaginé de fondo sonando algo todo bonito, no sé, me empelícule todo, hasta en la escena había viento. Hey, gracias por el comentario.

ms. martin: fue traumatico.

Mariana dijo...

Jum, el San Beranrdo también era muy cobarde, la gente no lo entendía...por grande. Creo que voy a cambiar la versión de la historia, Algo así: "...todos tenían miedo del perro, es que era muy grande. PEro el era bueno y hasta tonto, tanto que un día, en un cumpleaños se quedó montado en árbol, porque le daba miedo de los niños y se bajó sólo cuando la fiesta acabó...y ese día por alguna razón había mucho, mucho viento..."

idea original de Byron.

Hey, últimamente se me va la mano en los comentarios, en fin. Saludos. : )

Byron Alaff dijo...

hey, nada, cuál que se te va la mano.