domingo, septiembre 23, 2007

TOP 5 “¿Quienes somos? ¿De donde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Estamos solos en la galaxia o acompañados?”

5. Sentados en una terraza al frente de la casa de Duván, por la terminal de buses de Belencito, mirábamos el cielo. Era de noche, teníamos una garrafa de vino luminoso en la cabeza y hablábamos sobre extraterrestres.

- Mirá esa estrella, se está moviendo, es un ovni.
- Güevón, es un satélite.
- ¡Cuál satélite! maricón, es una estrella fugaz.
- Dicen que cuando se ve una estrella fugaz uno cierra los ojos y pide un deseo.
- ¿Sí?
- Sí.
- Pidamos un deseo entonces.

Cerramos los ojos, pedimos nuestro deseo. Mi deseo nunca se cumplió, no sé el de ellos.

4. Un 24 de Diciembre:

Adrián, David y yo nos asomamos por la ventana de las escaleras que llevan a la terraza en casa de mi abuela Mariela. Abajo, en el solar, está nuestro abuelo Marcos emborrachando a un pizco con aguardiente.

- Abuelito ¿Cuándo se sabe que el pizco está borracho del todo?

Mi abuelo Marcos nos mira con sus gafas redondas. Rápidamente le da más aguardiente al pizco.

- Bajen yo les muestro.
- Abuelito, pero el pizco nos pica.
- No pica ¿no ven que está borracho?

Adrián, David y yo bajamos hasta el solar con mucha precaución, que no nos vaya a picar el pizco.

- ¿Sí ven lo qué le cuelga al pizco del pico?
- Sí.
- Bueno, cuando eso que le cuelga esté más largo que el cuello es que está borracho del todo. Ahí ya lo podemos matar, cocinarlo y comérnoslo. ¿Cuál de ustedes quiere seguir dándole aguardiente al pizco?... ya que ninguno contesta, yo elijo: Adrián, por ser el mayor.
- Abuelito ¿y qué hacemos nosotros dos?
- Pregúntenle a su abuela si ya están los buñuelos y la natilla.

Le preguntamos a nuestra abuela Mariela si ya están los buñuelos y la natilla y nos contesta: ¿Ya está borracho el pizco? Díganle a Marcos que se apure porque ya van siendo las cuatro y cocinar a ese animal se demora mucho.

-¿Te acordás Adrián cuando los veinte cuatro comíamos pizco y no plato frío cocinado por mi tía Maye?
- Claro güevón, si a mi me tocaba emborrachar al pizco y ver como mi abuelo lo mataba.

3. En Palermo de noche subiendo una montaña rumbo a una vereda que no me acuerdo como se llama, donde quedaba la casa de mi tía Lucelly:

- Marica, fumamos mucha marihuana, la montaña me está hablando.
- A mi también, se está riendo la hijo de puta.
- Y eso que no han salido los duendes.
- ¿Duendes?
- Sí, siempre salen de noche y se lo llevan a uno.
- Bobo.
- En serio, Palermo es pueblo de duendes.
- Bobo.
- Home, más bien no te quedes atrás que los duendes siempre se llevan al que va de último.
- No me hagas asustar Adrián que vos sabes que voy muy trabado, la montaña se está riendo.
- Quien lo manda a fumar marihuana.
- Marica, no vuelvo a fumar de esa chimbada. No me gusta la sensación… jueputa ¿qué fue ese ruido?
- Apúrate güevón, es un duende.
- ¡Que no me asustes! Los duendes no existen.
- ¿Qué no? Yo conocí a un niño que se lo llevaron los duendes por ir atrás caminando. También he visto como pelean el duende de Tamesís y el de Palermo. Se transforman en burros y se ponen a pelear en la plaza.
- Güevón, pero eso son dos simples burros peleando.
- No, al otro día siempre aparece don Alberto aporreado. El es el rey de los duendes… marica ¿qué fue ese ruido?
- Ya vas a decir que fueron los duendes.
- No, ya me asusté, mejor corramos.

2. En una clase de semiología en la Universidad Nacional:

JUAN GONZALO MORENO
…y las abejas se comunican entre ellas bailando.

NOREÑA
Juan Gonzalo, entonces según eso ¿qué significa que cuando voy a Santa Elena y como hongos y me pongo a orinar los arbolitos me sonríen?

JUAN GONZALO MORENO
…¿En serio me está preguntando eso, no está molestando?

NOREÑA
Sí, es en serio. Es que a veces cuando voy a Santa Elena y como hongos y orino los arbolitos me sonríen ¿Eso que significa?

Noreña lo preguntaba en serio, lo juro.

1. “Yo te quiero te quiero, yo te quiero te quiero, yo te quiero te quiero, yo te quiero. Yo te quiero te quiero, yo te quiero te quiero. Esos hombres que tú admiras que parecen visigodos, mucho músculo poco cerebro y luego lloran como todos. Me dices que tú me dejas por un alvino, vino, vino, vino, vino. Me dices que tú recorres tu camino, mino, mino, mino, mino. Me dices que yo me busque mi destino, tino, tino, tino, tino. Y yo me dedico sólo al vino, vino, vino, vino, vino. Yo te quiero te quiero.”

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es rico un pizco? Si la inversión es darle escabio debería serlo.
Salute!

Byron Alaff dijo...

claro, el pizco es algo parecido al pavo.

Salute!

La Mera Mera dijo...

Que post tan charro, me reí a carcajadas con tu nostalgia.