viernes, septiembre 14, 2007

TOP 5 Mes de la continuación y de sopetón (primero lean el TOP 5 abajo, luego lean éste.)

5. “Cuando iba de regreso a mi carro casi me estrello con el que cuida los carros en mi restaurante favorito, al que sagradamente voy todos los días. No sé por qué pero siempre sospeché que él no cuidaba los carros, que en verdad me estaba espiando. Y sí, mis sospechas eran ciertas. No sé, tal vez por todo el licor que había ingerido, o tal vez por la adrenalina que aun corría por mi cuerpo por esa orgía tan horripilante en la que acababa de estar con dos de mis clientes, decidí hablarle al tipo ese...”

4. “Lo paré y le dije: vos a mi no me engañas tipo de mierda, vos vas por algo conmigo, quizás de lo freak que sos hasta me querés violar. Y el tipo sin más se largó a correr. Le grité: ¿hijo de puta a donde vas?. Y de nuevo yo sin saber por qué, empecé a perseguirlo. Para mi sorpresa corría más rápido que él y lo alcancé en el mismo parque donde minutos antes tuve la orgía. Lo tire al piso, me senté sobre él, apoyé mis rodillas en sus brazos para que no se moviera y así lo hizo. Estaba asustado y yo llena de valor le zampé unas buenas cachetadas en la cara. Lo hostigué para que hablara diciéndole: Vamos hijo de puta, te voy a matar a punta de cachetadas si no hablas de una puta vez. Y el muy blandengue entonces lo confesó.

- No soy un acosador o un violador, deje de pegarme ¿Sí? por favor. Reconozco que la espío.
- Así que te gusto tipo de mierda.- le dije zampándole otra cachetada que esta vez le reventó la nariz. Luego le zampé otras tres.
- Usted es el amor de mi vida.- me dijo.
- Yo soy la clase de mujer que nunca podrás tener bobo fracasado ¿Cómo puedo ser el amor de tu vida, asqueroso?- y dicho esto lo escupí no una sino varias veces hasta que quedé seca y con sed. Luego le zampé otras tres cachetadas que está vez le reventaron los labios.
- Deje de pegarme, de hacerme daño por favor. Ya sé que la vida es una mierda, ya aprendí la lección. Por favor no me pegue más.- Me dijo esto con los ojos llenos de tantas lágrimas que lograron conmoverme. Me conmovieron hasta los huesos y entonces, sin saber muy bien el por qué, le pegué un cabezazo que para mi mala suerte, antes de desmayarme y él también, me rompió la ceja izquierda y la nariz.


3. Cuando me desperté al amanecer, él aún yacía debajo de mí, desmayado. Sus brazos aún seguían debajo de mis rodillas y, a pesar de la poca lluvia que caía del cielo, tenía mi sangre de la ceja y nariz mezclada junto a la suya en el rostro. También había un bulto en sus pantalones que rozaban mis nalgas y fue entonces cuando me di cuenta que su verga estaba toda tiesa. A pesar del dolor que me aquejaba en la nariz y el temblor en el resto del cuerpo, porque ya el sopor que brinda el licor había menguado, me compadecí del pobre tipo. Me dije para mi misma: a algunos el mundo no les sonríe y están destinados a fracasar ¿Por qué no hacer que por un momento esos pobres desdichados sepan lo que es el goce?. No cavilé mucho en mis pensamientos porque si así lo hubiese hecho no contaría lo que hice a continuación:

2. Le abrí la bragueta, me quité las bragas, me lubriqué con el dedo lleno de saliva, lo lubrique un poco a él y, así como en un acto de necrofilia, me hice penetrar por lo que parecía un muerto.

Moví mis caderas de arriba abajo, de izquierda a derecha. Agarré sus manos, las hice que agarraran mis tetas y que sus dedos apretaran mis pezones, me pasé la lengua por labios, me los mordí, gemí como una mula y cerré los ojos. Para mi sorpresa gocé tanto que minutos más tarde, cuando abrí los ojos después del orgasmo, el tipo ya estaba despierto. Me miraba con incredulidad, pero sus ojos se hallaban excitados y estaban apunto de estallarse en sangre.

1.- Esto no se lo puedes contar a nadie o te matare a cachetazos. - Le dije con la voz entrecortada mientras me le quitaba de encima y hacia que su verga estallara en esperma al lado de mis piernas.
- A nadie se lo voy a contar porque nadie me lo va a creer. Opinarán que estoy loco, más de lo que creen ya. Además no tengo amigos, sólo tengo a mi mamá.
- De eso estoy segura.- Le dije tumbándome a su lado, exhausta, sin fuerzas y con mucho dolor en la nariz, añadí:- ¿Cómo te llamas?
- Esteban Carvajal.
- Esteban ¿Serías tan amable de llevarme a un hospital? La verdad no me siento muy bien, me duele mucho la nariz.- Dicho esto me dormí."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena loco!

Anónimo dijo...

En el medio del Sahara hay internet? y encima alguna persona viendo éste blog?