jueves, julio 12, 2007

TOP 5 Eso allá es otro mundo

5. “Antes de Junín fue Boyacá, después de Junín fue Ayacucho. Hoy Junín, Boyacá y Ayacucho son calles. Y Bomboná y Palacé y Carabobo y Juanambú y Pichincha, y Bolívar y Sucre y Córdoba y Girardot. Héroes y batallas convertidos en calles. Son las calles del centro de Medellín y el destino de la Gloria. El héroe acaba siempre así, en pavimento.” El fuego secreto, Fernando Vallejo.

4. Soy muchas cosas, de lo que me acuerdo soy un imprudente de mierda, mala gente, buena gente, borracho, fumador empedernido, mal amigo, buen amigo, en ocasiones me dedico a odiar gente como a ese imbecíl de gafas que trabajaba en el canal U y se llamaba S*** que siempre que lo veía me provocaba agarrarlo a pata y a calvazos y mandarlo al ¡Juéguelo! ¡Juéguelo! ¡La caída del presidente, estamos jugando a cero contrapulcero! ¡Estamos jugando al que le rompan las gafas primero y a quién le arrancan un pedazo de pelo con los dientes! y luego meterle una cámara Betacam de esas por ******, mucho m****, go*****, catrec****, pi****, hijue****, para mandarle a los chachos, para mandarlo al papayo, para mandarlo al *******, si te veo en la calle te escupo en la cara hijo de las mil p**** ¿Cómo alguien se puede llamar S***? “Niñas, hola, soy S***, tantarantan me llamo S***, S***, S***, sé que suena como los Simpson pero me llamo S***, y soy un imbecil…” Qué imaginación la de esos papás al llamar a su primogénito S***, muchos Mari***!!!! Y además – este es otro tipo que no conozco, pero que igual me hincha las pelotas- ¡Soy un man ahí de Manizales!

3. ¿Pero de qué estaba hablando? Ah sí, soy muchas cosas, soy joven realizador promesa –aja-, bloguero, artista plástico – según dice el diploma-, fotógrafo, guionista, editor y camarógrafo. Por este último quehacer de mi vida fui a parar al Parque Bolívar, a otra dimensión, a otra Medellín que no conocía - bueno, no es que no la conociera, cuando trabajé como luminotécnico en Imagineros (en Prado Centro) mi rutina era pasar por allí todos los días para ir a coger el bus en la cámara de comercio en la Oriental; una vez, cuando estudiaba artes, hasta hice un performance atravesando el parque y atravesando Junín-. Me contrataron como camarógrafo, no sé muy bien de qué diantre va la historia o que Dios estamos grabando porque no leí el guión – camarógrafo que se respete no sabe que rayos está filmando o grabando, sólo se limita a que la imagen quede bien y sea bonita o fea (como quiera el señor director) y que los movimientos salgan fluidos o pegados (como quiera el señor director)- , pero sé que me toca montarme en una grúa y codearme con el libertador, Bolívar el héroe, el que se murió en Santa Marta por enchuspamiento – le voy a decir: don Boli, cómo me le va-. Sé que me toca solucionar mi problema de vértigo ya que hay un plano detalle de campanas con referencia al parque desde la catedral, la catedral donde se casó mi mamá, la catedral que huele a orines. Sé que me toca estar allá una semana entera grabando cuanta cosa se le ocurra a mi director o a mi productor o al de los tintos (cafés).

2. De primerazo ves que el parque Bolívar es como cualquier otro parque. De segundazo ves que el parque Bolívar es como cualquier otro parque. De tercerazo te das cuenta que el parque Bolívar es otro cuento, que es un mundo aparte, que es otra Medellín. Que es la Medellín que escribió Fernando Vallejo en Los días azules y El fuego eterno, no el Vallejo que escribió La virgen de los sicarios, el Vallejo de antes, antes de ser la viejita requeñecosa que es hoy en día. El parque Bolívar tiene vida propia, tiene palabreros que a las cuatro de la tarde te hablan de política, de cosas banales, de Dios, etc. Tiene borrachos amanecidos y tirados en las aceras. Tiene viejitos enchuspados. Tiene al de las fotos polaroid. Tiene carritos para que los niños le den la vuelta al parque. Tiene al de los tintos. Tiene travestís, gamines (cartoneros), prostitutos de todas las edades, prostitutas de todas las edades – desde los diez hasta lo que quieras-, señores que embolan los zapatos, señoras locas que se visten de anaranjado, verde y rojo, señoras que todo el día están asomadas en la ventana de su casa escandalizándose por lo que pasa en el parque como si no hubieran vivido toda la vida allá. Tiene palomas. Tiene la catedral. Tiene curitas pederastas que salen de misa y a por su prostituto de doce años. Tiene señoras solteronas que van a misa todos los domingos. Tiene Punkeros hippies que venden manillas. Tiene a San Alejo todos los finales de mes. Tiene al teatro Lido que en sus tiempos era un nido de alacranes y pasaban películas como Cazadores del arca pérdida, Robocop y Heman – bueno, me acuerdo que me vi esas películas allá-. Tiene sus matoncitos, sus atracadores, sus gays de turno. Tiene a las señoras que venden chuzo en la esquina. Tiene la calle Junín al frente…

1. Si están desparchados y no se aguantan la casa dense el paseo por allá y quédense toda la tarde, no se van a arrepentir.

3 comentarios:

La Mera Mera dijo...

Hey bacano ke te hayas acordado del verdadero Medellín

Byron Alaff dijo...

Mera Mera, como así que el verdadero Medellín? Hasta donde yo sé mi Medellín no es una ciudad imaginaria.

Saludos.

La Mera Mera dijo...

Si te pudiera sacar la lengua por entre las letras lo haría, ah por cierto, tengo blog nuevo, se lllama arepaconquesito.blogspot.com, visítame algún día...