miércoles, julio 11, 2007

TOP 5 Recuerdos que vienen y van así como así, muy campantes ellos.

5. Era dos de mayo y mi primo Adrián, mi primo David y yo nos armábamos de lápiz, papel y un plato con mil frijoles o mil maíces por orden de mi abuela Mariela, luego nos reuníamos en la sala. Teníamos que dibujar en el papel un deseo, terminado el dibujo –por alguna razón yo siempre dibujaba una Tortuga Ninja o a Spiderman- doblar el papel y quemarlo en una veladora de la Santa Cruz. Prontamente contar los frijoles o los maíces mientras orábamos: “Si en la hora de mi muerte el Demonio me tentare, que se aparte de mi lado porque el día de la Santa Cruz dije mil veces: Jesús, Jesús, Jesús, Jesús, Jesús…”. Creo que ninguno de los tres entendió nunca tal rito, pero como nos divertíamos entonando de mil formas “Jesús, Jesús, Jesús…”, todo hasta que mi abuela se cansaba de regañarnos y nos mandaba a jugar, a jugar a los pistoleros o al escondidijo, a despertar a mi abuelo Marcos que yacía dormido en su silla plegable en la puerta de su taller. A los diez años mi mamá me dio a escoger entre una bicicleta y una Tortuga Ninja, yo escogí la Tortuga – un Donatello que se le abre el caparazón para sacar cuchillos, binoculares, pizza y una cosa ahí que nunca supe que diantre era. Algún día me dije: tal vez el deseo de los mil Jesuses se cumplió.

4. Donatello y su tropa conformada por varios G.I. joe, un Transformer azul y amarillo, un Mazinger Z y un Linterna Verde sin cabeza vigilaban a los malos desde la colina. Los malos eran: un muñeco que no tenía pies y tenía media cara quemada por fósforos asesinos, Federico – un gorila de peluche que años más tarde sería el primer fanático de los Gun´s and Roses de mi casa-, Toro – el compañero del Llanero Solitario-, varios soldaditos verdes de plástico, una tortuga ninja que no se bajaba de una moto sin llantas y un puñado de muñecos de dudosa procedencia. Los malos eran muy malos y tenían superpoderes, siempre descubrían a los buenos arriba en la colina. Y entonces se armaba la guerra que duraba horas y horas hasta que al más fuerte (yo) lo llamaban a desayunar o a almorzar o a cenar o a bañarse o a rezar los mil Jesuses o a rezar el Rosario o... El primero en morir y ser resucitado por arte de magia era Donatello, era invencible, volaba, tenía visión de rayos x, una súper fuerza increíble y en el bajo mundo lo conocían como Superman. El segundo en morir y quedarse muerto hasta la próxima era Federico. La guerra siempre terminaba, sin razón alguna, con un partido de Fútbol; el balón era una bolita de cristal bogotana y los arcos dos muebles puestos en cada esquina de la sala. El más fuerte de todos (yo) siempre olía a babas por tanto disparo, tanto golpe y tantos superpoderes que se arrojaban los muñecos entre sí. Años después en un acto heroico y estupido mis juguetes fueron regalados a un niño que no se los merecía. Mundo infeliz.

3. “In 1972, a crack commando unit was sent to prison by a military court for a crime they didn't commit. These men promptly escaped from a maximum security stockade to the Los Angeles underground. Today, still wanted by the government, they survive as soldiers of fortune.If you have a problem, if no one else can help, and if you can find them, maybe you can hire... The A-Team. BRATATATATATATATATATA”

2. Natalia Gallego, la niña que vivía más allá de la conocida cuadra llamada La Primera en Belencito. La primera niña en romperme el corazón sin saber ni siquiera que yo existía, y eso qué en ese tiempo yo era amigo de su hermano Cesar, el fortachón del barrio, el que siempre salía corriendo por todo el barrio como el chiste ese del conejo que va corriendo por toda la selva tratando de que el león, el tigre, el mico y el rinoceronte dejen las drogas, y al final el conejo es el más drogo de todos.

1. Villa Laura queda en una colina y el 20 de julio en un hueco, más allá queda San Javier. Ambos barrios, Villa Laura y el 20 de julio, son comunicados por unas infinitas escaleras con escalones donde apenas cabe un pie, escalones altos y escalones empinados. David y yo, que vivíamos en Belencito, subíamos hasta Villa Laura y luego bajábamos esas escalares los días que había entrenamiento de Break Dance en una capilla en San Javier. Primero hacíamos escala en la casa de Augusto – justo en la mitad de las escaleras-, donde nos reuníamos todos los que bailábamos: Augusto, David, Duván, Mariano, Alejandro, Leonel el graffitero, el otro Leonel que más tarde se ahogaría en la laguna de Guatapé a pesar de los intentos de David por salvarlo, Carechiste, Cesar, Nundier que más tarde pelearía con todos nosotros porque le decíamos Pinocho, y etc. – eran tantos nombres-. Nos reuníamos allí para alabarnos lo bien que bailábamos, para hablar de los caballeros del zodiaco, para decirle a Augusto que su hermana Lina estaba muy buena, para beber vino luminoso en garrafa. Una tarde, en casa de Augusto, un tipo barbado, con el cabello largo y rubio fue de visita, nos dijo a todos que tres naves que venían de un planeta de otra galaxia muy lejana estaban apoltronadas en las afueras de la Tierra esperando a por nosotros, pero que para poder recibirnos primero deberíamos lavar nuestros karmas ¿y como se conseguía tal cosa? Pues haciéndose lamer por un gato. Naturalmente pensamos que el tipo estaba loco, nos dijimos “éste se la fumó toda”, lo ignoramos y luego nos fuimos a bailar a la capilla. Días después nos enteramos que Alejandro y Leonel el graffitero eran discípulos del tipo y que prontamente serían recibidos en una de las tres naves. Es inolvidable la cara de los dos cuando se enteraron que dicho viaje sólo era posible si se volaban la tapa de los sesos.

5 comentarios:

cof dijo...

...y reafirmando mi comentario de días atrás: este blog está zarpado. Me va a costar, pero voy a tratar de leer todo. Porque quiero, eh?
Tengo una pregunta. ¿Cómo puede ser que tu Donatello trajera cuchillos, si era el maestro de la vara? Los cuchillos (o "Sai" como recuerdo en aquella época que ponía en el cartón que traía el muñeco) los manejaba Rafael, el tortugo con antifáz rojo.
Pensalo... Espero no haberte cagado un recuerdo de infancia, como aquella vez en que volví a ver "La Historia Sin Fin" con 25 años... Si no lo hiciste, ¡No lo hagas!! (aunque podés ver Laberinto, la volví a ver y sigue estando buena a pesar de los efectos que ya se van quedando...).
Hasta la próx y más

Byron Alaff dijo...

Claro que tenía una vara, pero esa no cabía en el caparazón, la vara la llevaba en la espalda, y sí tenía cuchillos, el mango de los cuchillos era en forma de pez.

Laberinto es una de mis pelis favoritas, Jennifer Conelly - como se escriba- de 15 años era una mamacita, bueno, lo sigue siendo. Y la banda sonora de Bowie es bien.

Matias Alejandro dijo...

Cuando era chico y vi por primera vez Laberinto, creí que Bowie era una vieja, de forma temprana empecé a asimilar los conceptos de lesbianismo... si, dulce infancia.
Ah! y tambien tenia tortugas ninja, Miguel ángel era el unico legal, un Leonardo que se olvido alguna vez alguien en casa, un Rafael que me dieron por error (un sobrino que no fue a una navidad, o algo asi), y... otro Miguel ángel que encontré en la calle todo descascarado, quien mutó a un pintoresco Donatello.

Matias Alejandro dijo...

lesbianismo, transexualidad, etc...*

traspié de una mente en peligro de extinción...

si... dulce... veinteañismo (porque de juventud no tengo nada)

mister Barman dijo...

jaja, que buen Top hombre Byron.