5. Siempre me soñé tener una chaqueta de cuero negra, utilizar una camisa blanca, jeans bastante discretos, peinarme el pelo como si me acabara de levantar, fumar cigarrillos sin filtro y decirme a mi mismo que era un escritor. En mi mente las imágenes de mi mismo caminando por la calle con todas esas características era la alquimia. Mi caminar era en cámara lenta y todos, absolutamente todos, me miraban al pasar. Decían: “Allá va el mejor escritor que jamás existió, Dios, Satán, el que nunca morirá porque todo lo que escribe es inmortal”. Pero como suele suceder con las utopías nunca escribí una sola línea. Nunca me compré una chaqueta. Fumo cigarrillos con filtro y el pelo simplemente está ahí; ni se peina, ni se corta.
4. Ya dije mi primera mentira, ja, perdón Maestro Dickenson. Me gané la fama de mentiroso cuando sin razón alguna me fui de bar en bar y de parque en parque y de prostíbulo en prostíbulo asegurando que yo era la mismísima reencarnación de Jesucristo, confieso que ese día salí armado, tenía una pistola 9 mm en mi cinto y dos granadas en el bolsillo, y tenía la intención de que de uno en uno me confesaran sus pecados o sino serían despachados. Pero luego me encontré con un amigo y nos fuimos a beber cerveza e hicimos algunos disparos al aire, y otra vez doña casualidad jugó un papel muy importante, sin razón alguna terminé en la cama con dos mujeres, una llamada Teresa a quien yo le decía “Teresa ¿te interesa?” y otra llamada Maringracia. Que gracia Maringracia, jua.
3. Pero eso no es lo que le iba a contar Maestro Dickenson, la mentira que le dije es que yo si he escrito, escribí esta poesía: “En la agonía de mi abandono las cosas de nada sirven, ni existen, ni coexisten. Estoy entregado a mi flojera, a mis ganas de no ver el mundo por fuera. Por dentro la cosa no es nada divertida, pero al menos tú y yo no estamos separados. Siempre viviendo la rutina, oliéndonos el aliento pútrido, besándonos, uniendo nuestros cuerpos en una amalgama de fluidos viscosos. Siempre te deseo, siempre te extraño, siempre las cosas contigo funcionaron. Eres mi vida toda la vida. Si te vas el afuera empieza a tocar la puerta y yo quiero abrir, no oír, ni tocar, ni nada, pero no soy capaz de dar un paso en la lumbre de tan abominable exterior, no soy capaz de abrir la puerta”
2. ¿Está buena la poesía, Maestro Dickenson? ¿Algún concejo de su parte? Se la dediqué a mi tortuga Salomé.
1. Cierta noche me desperté malhumorado, sudoroso, tembloroso y con la sensación de que el mundo se me venia encima - si mal no recuerdo tenía ocho años y por entonces ya tenía uso de razón, creo que desde los seis, aunque muy seguro no estoy-. Esa noche sabía que mi mamá se iba a casar por segunda vez y que yo la iba acompañar a su luna de miel, y por desazón o simple miedo me desperté como me desperté, con sed y ganas de orinar, con los ojos ardorosos porque en ese momento iba a llorar, pero no obstando lo ignoraba. Lo que sabía es que quería ir hasta el cuarto de mi mamá y abrazarla muy fuerte y fundirme en sus brazos para que así aquel usurpador con el que se iba a casar no la apartara de mi lado. Cuando salí del cuarto lo primero que vi fue a Salomé con sus ojitos tiernos y su caparazón manchado con marcador, el infeliz de mi medio hermano le había hecho unos dibujito de calaveras, y me enamoré. Maestro Dickenson ¿Qué me recomienda? ¿Sigo escribiendo inspirado en mi tortuga o desisto? ¿Si es bueno eso del festival de poesía en Medellín? Es que no sé, como que me suena recitar mi poesía en ese festival.
El nuevo videoclip que les hice a mi banda amada Neoplatonics, espero les
guste.
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El nuevo videoclip que les hice a mi banda amada Neoplatonics, espero les
guste.
Hace 4 días.
6 comentarios:
¡¿Te comías a tu tortuga?!
Mmmmmmm... noo, nooo, no, sólo le tengo gran aprecio. Salomé es bien.
Qué si me la comía, mmmmmm,... no no no, ella todavía está viva, esperemos la respuesta del Maestro Dickenson Mera mera.
Ya bastante buena gente fue Byron al dejarme hacer estas preguntas.
¡Maestro Dickenson Valderrama, los grandes siguen usando mi shampoo!
maldita sea, me veo obligado a responder a semejante majadería. Tú chicoempeliculado como quiera que te llames, cuándo te di permiso de hacerme semejante miting pretendiendo que YO, un hombre iluminado y todopoderoso me rebaje al verme obligado a responder de manera pública las inmundas consideraciones... a todas estas, querés mi opinión o querés que te ilumine? bueno, si es mi opinión, dedicate mejor a escribir panfletos reaccionarios, son bien pagados por los grupos derechistas de universidades porque de poeta o como escritor de prosa, no llegas ni a talento de bus intermunicipal. Sobre lo de las tortugas... malparido enfermo de mierda, hasta Mr. Natural (de quien puedo afirmar que es mi gran amigo) pensaría que es algo asqueroso, los reptiles sólo tienen cloaca, no podrías haber tenido algo con algo más cercano a la especie como un... qué se yo... un mamifero?... en fin... mis recomendaciones: dos cápsulas de compuestos derivados del opio, tres puñetas diarias y evitar los lácteos... nada de mariconerías, ni poesía ni chimbadas de esas... y no me joda en un tiempo!
apreciado trucha, el problema del champú radica en que todavía estás demasiado apegado a las cosas materiales y sigues comprando marcas que tientan a la familia, la solución es comprar el champú más gonorrea del mercado o cambiarse una temporada al jabón de tierra, con eso no hay posibilidad de que te sigan quitando el champú.
jajaja... como me he partio de gracia leyendo sus bien fundamentadas enseñanzas Maestro Dickenson.
un saludo!.
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